Oriente Próximo
Fuerzas especiales iraníes asaltan y capturan «un petrolero de EE UU» en el golfo de Omán y elevan la tensión regional
El buque, perteneciente a una naviera griega, se dirigía a un puerto turco con 145.000 toneladas de crudo procedente de Irak. En agosto, Estados Unidos se había incautado de un millón de barriles de petróleo iraní de contrabando
En plena escalada regional del conflicto en torno a la Franja de Gaza, las autoridades iraníes anunciaron haber capturado «un petrolero estadounidense» en aguas del golfo de Omán. Se trata del petrolero St Nikolas, anteriormente denominado Suez Rajan, que navegaba bajo bandera de las Islas Marshall y pertenece a la naviera griega Empire Navigation. La agencia estatal helena AMNA reportaba que el barco estaba tripulado por 19 personas, una de nacionalidad griega y 18 con pasaporte filipino.
«La Armada de la República Islámica de Irán se incautó de un barco petrolero de Estados Unidos en aguas del golfo de Omán cumpliendo con un dictamen judicial», recoge una nota de la agencia estatal iraní IRNA, que proseguía afirmando que el buque «había robado con anterioridad un cargo petrolero iraní y lo había enviado a Estados Unidos».
Así se referían las autoridades iraníes al incidente en torno al entonces petrolero Suez Rajan, cuando en agosto de 2023 –una disputa que se había prolongado más de un año– el Departamento de Justicia acababa ordenando la incautación de un millón de barriles de crudo iraní de contrabando que contravenían las sanciones estadounidenses. Desde 2019, Washington se ha venido incautando de cargamentos petroleros iraníes que la República Islámica respondió con agresiones contra el comercio marítimo.
El barco capturado por las fuerzas iraníes había cargado en la ciudad iraquí de Basora unas 145.000 toneladas de petróleo y tenía como destino final la ciudad de Aliaga (Turquía), pues había sido fletado por la petrolera estatal turca Tupras. Ahora el St Nikolas se dirige hacia el puerto iraní de Bandar-e-Jask, en aguas del golfo de Omán, según la nota difundida por la empresa británica de seguridad Ambrey Analytics. La firma informó además de que los asaltantes taparon las cámaras de seguridad del buque antes de comenzar a dirigirlo a la citada ciudad del sur de Irán.
Horas antes del incidente, la Armada Británica había reportado el abordaje de un barco por parte de «cuatro o cinco personas armadas no autorizadas» a unos 80 kilómetros al noreste de Sohar, en Omán. La web tankertrackers.com, dedicada al seguimiento del transporte marítimo de petróleo, informaba que el buque asaltado por la República Islámica portaba «crudo iraquí».
Entretanto, la tensión sigue escalando en la región en las últimas horas. En la víspera, un portavoz de los insurgentes proiraníes de Yemen, popularmente conocidos como los hutíes, había asegurado que sus fuerzas habían lanzado un ataque de gran envergadura contra «un barco estadounidense» como respuesta a una acción de Washington –llevada a cabo el pasado 31 de diciembre– contra los rebeldes.
Según el responsable de la milicia chií, las fuerzas hutíes «llevaron a cabo una operación militar conjunta utilizando un número significativo de misiles balísticos, activos navales y aviones no tripulados, dirigida contra un buque estadounidense que prestaba apoyo a la entidad sionista».
Los insurgentes, fuerza proxy de Teherán en el país árabe que desde 2015 se enfrenta en un conflicto bélico con una coalición internacional liderada por Arabia Saudí, avisaron de que «no dudarán en hacer frente adecuadamente a todas las amenazas hostiles» y seguirán «impidiendo que los buques israelíes o los que se dirigen a los puertos de la Palestina ocupada naveguen por el mar Arábigo y el mar Rojo hasta que se ponga fin a la agresión y se levante el bloqueo a nuestros hermanos de Gaza».
Si la agresión iraní contra el buque St Nikolas se produjo en aguas del golfo de Omán, un lugar marcado en los últimos años por abordajes semejantes perpetrados por Teherán, los ataques hutíes contra buques vinculados a Israel desde que comenzara la guerra en Gaza han tenido lugar en el mar Rojo, escenario del tránsito de aproximadamente el 15% del comercio mundial.
También el miércoles el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas había adoptado una resolución sobre la seguridad marítima en el mar Rojo tras los recientes ataques de los hutíes a varios buques internacionales. El texto fue aprobado con 11 votos favorables y las cuatro abstenciones de Argelia, China, Mozambique y Rusia.
«Permítanme ser 100% clara aquí. El suministro de armas y material relacionado de todo tipo a los hutíes es una violación de la resolución 2216. Y la adopción de esta resolución hoy reafirma que todos los Estados miembros, incluido Irán, deben cumplir con sus obligaciones», afirmó la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield. El martes, Estados Unidos y Reino Unido habían derribado 21 drones y misiles lanzados por los hutíes, la mayor ofensiva desde el 8 de octubre.
Al margen del cada vez mayor riesgo de que el conflicto bélico se extienda por la zona, la actividad comercial ya comienza a resentirse: el tráfico de mercancías en el mar Rojo ha descendido ya un 46% desde que comenzaran los ataques de los insurgentes yemeníes, y el conjunto del comercio global cayó un 1,3% entre noviembre y diciembre pasados.
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