Entrevista
El expresidente francés revela cómo cree Putin que acabará la guerra de Ucrania
François Holland describe al presidente ruso como un líder “radicalmente racional”, que está listo para usar la fuerza y que esperará el momento adecuado para salir favorecido del conflicto
El ex presidente François Hollande conoce a la perfección al presidente ruso Vladimir Putin. El líder galo, que gobernó Francia de 2012 a 2017, negoció en 2014 -junto a Angela Merkel- con el inquilino del Kremlin después de que Rusia se anexionara Crimea y apoyara a los separatistas prorrusos de la región del Dombás. Durante esos encuentros, comprobó de primera mano la fortaleza y decisión de Putin, con el que no pudieron llegar a un acuerdo.
En una entrevista concedida a “Político”, Hollande definió al líder ruso como una persona “radicalmente racional, o una persona racionalmente radical, como quieras”. Cuando se le preguntó sobre si el máximo mandatario ruso podría tratar de ampliar el conflicto más allá de Ucrania, indicó que “tiene su propio razonamiento y dentro de ese marco, está listo para usar la fuerza. Solo puede entender la dinámica [de poder] que podemos establecer contra él”.
A unos días de cumplirse el primer aniversario de la invasión Hollande indicó que Putin buscará “consolidar sus logros para estabilizar el conflicto, con la esperanza de que la opinión pública se canse y que los europeos teman una escalada”. En ese momento, “es cuando plantearía la perspectiva de una negociación”. Pero a diferencia de 2014, considera que es probable que el trabajo de mediación recaiga en Turquía o China, “lo que no tranquilizará a nadie”, afirmó.
Francia ya intentó ejercer ese poder de mediación a través del actual presidente Emmanuel Macron, que habló en varias ocasiones antes y después del inicio del conflicto bélico. Pero no logró ningún avance y recibió numerosas críticas del presidente ucraniano Volodimir Zelenski como de los países del este, que también se opusieron a que Macron dijera que Rusia requeriría “garantías de seguridad” después de que termine la guerra.
Sobre estas conversaciones Hollande afirmó que tenía sentido mantenerlas para “privarlo de cualquier argumento o pretexto”, pero después de un “breve período de incertidumbre” que siguió a la invasión, “la cuestión lamentablemente no se resolvió”.
Los intentos infructuosos de Francia y Alemania por lograr la paz han reforzado el argumento de que el poder en Europa se ha trasladado al este, donde países como Polonia han demostrado de manera mucho más clara y directa a Ucrania. Esta situación no convence a Hollande, que considera que los países del norte y del este se están uniendo a Estados Unidos bajo su propio riesgo. “Estos países, esencialmente los bálticos, los escandinavos, están esencialmente vinculados a Estados Unidos. Ven la protección estadounidense como un escudo”.
En este sentido, dijo que hasta ahora el presidente estadounidense, Joe Biden, ha mostrado “una solidaridad ejemplar y ha cumplido a la perfección su papel en la alianza transatlántica. Pero advirtió sobre el futuro: “Mañana, con un presidente estadounidense diferente y un Congreso más aislacionista, o menos dispuesto a gastar, ¿tendrá la misma actitud Estados Unidos?”, se preguntó.
“Debemos convencer a nuestros socios de que la Unión Europea se basa en principios y valores políticos. No debemos alejarnos de ellos. La unión también puede ofrecer garantías de seguridad valiosas y sólidas”, agregó Hollande.
La imagen de Hollande ha sufrido una transformación en los últimos años y ha pasado de ser uno de los presidentes más impopulares de Francia mientras estaba en el cargo, a convertirse en el segundo político más popular del país, por detrás del ex primer ministro Edouard Philippe y cinco puestos por delante de Macron Durante su mandato tuvo que afrontar numerosas crisis. Además de la diplomacia fallida sobre Ucrania, Hollande lideró la lucha contra el terrorismo que azotó el país, presidió la crisis de la deuda soberana de Europa con Merkel y tuvo que hacer frente a numerosas movilizaciones contra las reformas laborales.
Sobre la relación franco-alemana y su papel como guías de la Unión Europea, la situación ha cambiado de forma notable. Mientras que con Hollande, los países estaban más alineados, con Macron se han distanciado. Por ello, considera imprescindible que ambos países se vuelvan a acercar: “En estos momentos en que todo se redefine, la pareja franco-alemana es el núcleo indispensable que asegura la cohesión de la UE. Pero necesita redefinir las contribuciones de ambas partes y establecer nuevos objetivos, incluida la defensa europea”.
“No se trata de vernos más seguido, ni de hablar más claro, sino de tener en cuenta la nueva situación porque si no se hace ese trabajo, y si esa base política no es segura, y si persisten los malentendidos, no solo tendremos un desacuerdo bilateral entre Francia y Alemania, sino que acabará con una Unión Europea estancada”.
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