Guerra
Ucrania golpea el puente de Crimea, símbolo del expansionismo de Putin
La destrucción de esta infraestructura clave se produce después de una serie de derrotas militares que ponen en serias dificultades al presidente ruso
“¡Feliz cumpleaños a usted, señor presidente!”. Este sábado, miles de ucranianos publicaron en sus redes sociales un breve clip de la famosa actuación de Marilyn Monroe en la fiesta de cumpleaños de John F Kennedy acompañado delas imágenes de la explosión del Puente de Kerch construido en 2018 por el Kremlin para conectar Crimea con Rusia. Esta infraestructura se convirtió en un símbolo del orgullo nacional ruso tras la anexión ilegal de la península ucraniana en 2014. En los mensajes en la red se podía leer que se trataba de “un regalo ucraniano” para el presidente ruso por negarse a poner fin a una guerra que ya se ha cobrado miles de vidas y ha destrozado millones de ellas.
Una gran parte del tren ruso, que transitaba por el puente, quedó envuelto en llamas después de la explosión. La estructura de hormigón quedó dañada y una parte de la calzada cayó al mar. El Gobierno de Zelenski no ha asumido abiertamente la responsabilidad del ataque e incluso ha dejado caer que podría tratarse de un acto de sabotaje desde la propia Rusia, pero el asesor principal del presidente ucraniano, Myjailo Podoliak, escribió en su Twitter que “todo lo ilegal debe ser destruido, todo lo robado debe ser devuelto a Ucrania, todos los ocupantes deben ser expulsados.”
Es probable que la destrucción parcial del puente haya asestado un gran golpe a Vladimir Putin por varias razones. Fue uno de los proyectos favoritos del presidente que acudió personalmente a su inauguración. El puente supuso la culminación de la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia y se convirtió en un símbolo del expansionismo de Putin.
Además, el puente ferroviario ha sido clave en el soporte logístico de todas las operaciones rusas en el sur de Ucrania. Incluso el daño parcial podría provocar dificultades en el suministro de materiales a las zonas ocupadas del sureste.
Finalmente, representa otro golpe más a la invasión rusa después de una serie de ataques exitosos por parte del Ejército ucraniano en el Donbás, que ha sido respondido por el Kremlin con la anexión ilegal de cuatro regiones que no controla y con la amenaza del uso de armas nucleares.
Cerca de 500 kilómetros cuadrados fueron liberados en Jerson en la última semana, mientras que el Ejército ucraniano también ha logrado avances en las regiones de Jarkiv, Donetsk y Lugansk. Estas derrotas ha provocado que pesos pesados del régimen y partidarios de la línea dura como el presidente de Chechenia, Ramzan Kadirov, reclamasen el uso de la bomba atómica. A pesar de las advertencias y amenazas, el Ejército ucraniano ha seguido exponiendo las deficiencias de las tropas rusas.
No es que los soldados ucranianos no teman un ataque nuclear es que están acostumbrados a la retórica belicista del Kremlin con la que trata de imponer el miedo en sus adversarios para paralizar los avances militares. El Ejército ucraniano también ha observado cómo las fuerzas de ocupación abandonan sus puestos cuando sienten la presión.
Frente al uso de armas no convencionales, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha pedido medidas preventivas, como más sanciones, contra Rusia. Comparó la situación actual con la previa a la entrada de los taques rusos y advirtió que “hablar solo” no hará que Rusia se detenga.
El economista ucraniano, Yuriy Gorodnichenko, ha recordado que durante la Guerra Fría se evitó una escalada nuclear por la certeza de que el otro lado respondería de la misma manera, lo que llevaría a la destrucción mutua asegurada y no habría ganadores.
Por su parte, los analistas militares ucranianos no descartan la probabilidad del uso de armas nucleares tácticas, aunque no creen que cambie el curso de los acontecimientos.
“Un ataque nuclear táctico destruiría a todo ser vivo en un área con un radio de 1.200 metros”, dice Viktor Kevliuk, analista del Centro de Estrategias de Defensa. “Sí, podría generar pérdidas, matando de 25 a 75 personas. Pero, ¿qué cambiaría en la línea del frente que tiene 2.450 kilómetros de largo?”. Por su parte, Mykhailo Samus del Centro de Investigación del Ejercito, la Conversión y el Desarme dijo a este periódico que, si Rusia alguna vez hubiera querido emplear un ataque nuclear, lo habría hecho al principio de la invasión después de que se hiciera evidente que su plan para controlar rápidamente Ucrania había fracasado.
“Podrían haber intentado poner fin a la guerra con un gran ataque nuclear intimidando tanto a Ucrania como a sus socios, que al principio dudaban sobre cuánto deberían apoyar al país defensor”, explicó. “Ahora es un poco tarde para hacer esto”.
Lucha existencial
Incluso un ataque nuclear no obligaría a Ucrania a rendirse después de ver lo que Rusia ya les ha hecho a los ucranianos en Bucha, Irpin y Mariupol. “No se puede asustar a una nación que está en una lucha existencial”, comentó a la prensa otro analista militar, Mykola Bielieskov. “Sabemos que si perdemos significa genocidio”. Además la destrucción causada por miles de misiles y ataques de artillería rusos ya corresponde al impacto de docenas de ataques nucleares.
El ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov, ha explicado en una entrevista que si bien no puede descartar por completo la posibilidad de un ataque nuclear, ve las amenazas rusas como una táctica de intimidación. El ministro apunta que Rusia ha sido advertida de que un ataque nuclear conduciría a su completo aislamiento y que por ahora no han visto ninguna señal de que Moscú se esté preparando para un ataque.
Las armas nucleares presentan además riesgos para los países vecinos de Ucrania que provocaría una escalada del conflicto, pero también para la propia Rusia que se podría ver afectada por la radiación lo que podría acarrear enormes problemas internos.
Reznikov también ha advertido de que miles de soldados rusos desplegados en el país podrían verse sometidos a la nube tóxica en caso de ataque. Y la capacidad de Rusia para protegerlos está en duda, ya que difícilmente puede proporcionarles incluso chalecos antibalas.
El objetivo es la liberación de Ucrania
Rusia pondría además en peligro sus alianzas en Asia, África y América Latina, que hasta ahora se han mantenido neutrales, si aprieta el botón nuclear.
Yuriy, un soldado de Leópolis, simplemente admite que no sabe si un ataque nuclear podría cambiar la dinámica sobre el terreno. “No hemos hablado de eso con otros soldados u oficiales”, cuenta a LA RAZÓN y asegura que el enfoque del Ejército ucraniano sigue siendo la liberación de los territorios ocupados. Para ellos no hay otra opción que seguir resistiendo.
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