Reino Unido
Boris Johnson: de “rey del mundo” a diputado raso
Todo apunta a que el septiembre seguirá los pasos de Theresa May y se quedará en los Comunes mientras sus fieles todavía sueñan con una regreso: “El factor Churchill”
Boris Johnson ya ha revelado la fecha exacta en la que planea entregar su carta de renuncia a la reina Isabel II para poner fin a su etapa como primer ministro británico. Será el 6 de septiembre, el día después de que se anuncie el nuevo líder del Partido Conservador, que automáticamente se mudará a Downing Street.
Tal y como se había desencadenado su “destronamiento” -resistiéndose a aceptar que la situación era insostenible cuando la gran parte de su Gobierno ya le había abandonado- existían dudas sobre si la ambición rubia podría sorprender con uno de sus órdagos atrincherándose en el último momento en el Número 10. No es fácil aceptar una derrota cuando durante toda tu vida has estado soñando con ser “el rey del mundo”.
Pero Johnson parece admitir que su tiempo ha terminado. De hecho, este pasado fin de semana ha organizado una última fiesta de despedida en Chequers, la casa de campo para los primeros ministros, con familiares y amigos. Ahora bien, sus aliados -aún le queda alguno en la formación que forzó su salida- están convencidos de que va a volver. “Cuando tienes a alguien que tiene su singularidad, su atractivo, su nivel de genialidad, no vas a querer a un tipo rancio y soso”, aseguraba su fiel ministra de Cultura, Nadine Dorries. Su círculo más cercano habla del “factor Churchill” para referirse a un dramático regreso como lo hizo en su día su gran héroe.
Eso sí, hay “pequeñas” diferencias. Tras perder las elecciones de 1945, Churchill se quedó como líder de la oposición y volvió a ganar en los comicios de 1951. A Johnson, sin embargo, han sido sus propias filas las que organizaron el motín para sacarle del Gobierno. Por lo que está más complicado que vuelvan a llamarle cual salvador. Aunque cosas más extrañas se han visto en política.
Animadversión a Sunak
Lo cierto es que son muchas las teorías que se escuchan estos días sobre el futuro del aún primer ministro. A corto plazo, parece que va a seguir los pasos de su predecesora inmediata, Theresa May, permaneciendo en la Cámara de los Comunes como diputado raso. Planea realizar intervenciones parlamentarias sobre Ucrania, Brexit y “levelling-up” (nivelar diferencias entre norte y sur), que son las áreas de su legado que cree que están más amenazadas por su posible sucesor. Los mentideros aseguran que quiere que sea cualquiera excepto Rishi Sunak, al que tiene realmente odio personal. Considera que la dimisión del ministro del Tesoro fue lo que acabó forzando su salida.
Lo que es más incierto es si se presentará como diputado a las próximas generales, previstas para 2024. Es importante encontrar una buena fuente de ingresos. Los problemas financieros de Johnson -padre de al menos siete hijos reconocidos- no son ningún secreto. Salieron a relucir tras el “Wallpapergate”, uno de los muchos escándalos que marcó su carrera, cuando se reveló que Lord Brownlow, uno de los donantes del Partido Conservador, financió inicialmente la lujosa reforma del piso donde vivían en Downing Street. No es fácil mantener su alto nivel de vida.
Incluso si permanece en la Cámara de los Comunes como parlamentario, Johnson perderá su salario ministerial que completa sus ganancias de 99.278 euros a 194.000 euros. Eso sí, podría compaginarlo con su lucrativa carrera como escritor. Solo con la columna semanal que tenía en The Telegraph -cuyos textos, siempre polémicos, llegaron a comprar a las mujeres musulmanas que llevan burka con “buzones de correo”- se embolsaba anualmente 325.000 euros.
Por su parte, la editorial “Hodder and Stoughton” todavía está esperando un manuscrito sobre la vida de William Shakespeare, cuya publicación estaba prevista para coincidir con el 400 aniversario de la muerte del “Bardo” en 2016. El acuerdo del libro se adjuntó a un anticipo de 104.000 euros, pero el editor más tarde acordó que se retrasaría “hasta un momento más adecuado”, después de que la ambición rubia fuera nombrado ministro de Exteriores.
Y, por supuesto, estarían sus esperadas memorias. Guto Harri, director de comunicaciones de Johnson, ha negado los rumores de que había estado guardando notas de sus últimos cinco meses en el Número 10. No haría tampoco falta. Boris siempre ha tenido muy buena memoria, por lo que el libro promete ser explosivo. Las memorias que en su día publicó Tony Blair, “A Journey”, le hicieron ganar más de 5 millones de euros.
Conferencias lucrativas
Otra opción sería que Johnson retomara su papel realizando discursos. Ya antes de ser primer ministro llegó a cobrar más de 50.000 euros por intervención. “Como la mayoría de sus predecesores, desde Churchill hasta Blair, tendrá una gran demanda fuera de su propio país”, dijo su ex agente, Jeremy Lee. “En términos comerciales, Johnson es una marca global con reputación de coloridos discursos. Puedo ver audiencias desde los Estados Unidos hasta Asia en la palma de su mano”, añadió. Una fuente del Gobierno agregó irónicamente a “The Telegraph”: “Si Theresa May gana 60.000 dólares por discurso, entonces creo que Boris probablemente estará bien”.
En cualquier caso, la preocupación “más estresante” -según quienes le rodean- es dónde va a vivir con Carrie -su tercera esposa y madre de sus hijos pequeños de 2 años y seis meses- cuando en septiembre la familia tenga que dejar finalmente Downing Street.
La casa de campo de Johnson en Oxfordshire está alquilada y los nuevos inquilinos acaban de mudarse a otra casa en el sur de Londres que compró con su esposa antes de asumir el cargo en julio de 2019. Una fuente de Westminster bromeó sombríamente diciendo que “es una pena que el Gobierno haya prohibido a los propietarios desalojar a los inquilinos sin una buena razón, ya que ahora podría impedir que Johnson encuentre un lugar para vivir”. En definitiva, vida nueva para un hombre que, en cualquier caso, nunca ha dejado de reinventarse.
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