Guerra
Rusia canta victoria en el mar de Azov
Funcionarios rusos aseguran que Ucrania ha perdido el mar para siempre mientras que Rusia puede estar preparándose para anexar sus provincias del sur
“El combate en Donbás ha alcanzado la máxima intensidad”, advirtió el jueves la viceministra de Defensa de Ucrania, Ganna Maliar. Según los informes iniciales, Rusia ahora controla en gran medida Lyman, un importante centro ferroviario en la provincia de Donetsk. También está bombardeando la carretera entre Bajmut y Lysychansk, lo que dificulta mucho la entrega de suministros humanitarios a la ciudad de Severodonetsk. Según el gobernador Sergiy Gaidai, las tropas rusas habían logrado establecer un puesto de control en la carretera, pero supuestamente fueron derrotadas por el ejército ucraniano.
Sin embargo, Ucrania ya controla solo el 5% del territorio de la provincia de Lugansk. Rusia ha estado ganando ventaja en el área, avanzando hacia Severodonetsk, Bajmut y Avdiivka, según un general ucraniano. Rusia continúa bombardeando las posiciones del ejército ucraniano, así como las zonas residenciales. La policía ucraniana está cavando fosas comunes para los civiles fallecidos en las ciudades, con 150 enterrados solo en un distrito de Lysychansk.
Según oficiales del Ejército ucraniano, la artillería rusa en la zona dispara 20 o incluso 50 proyectiles por cada proyectil disparado por la ucraniana. Subrayan que los misiles antitanque, provistos por Occidente, son efectivos. Pero deben dispararse desde una distancia de 500-600 metros, mientras que los tanques rusos pueden disparar desde una distancia de 3 kilómetros.
Rusia también ha recordado que Jarkiv se mantiene dentro del alcance de su artillería y misiles a pesar del éxito de las tropas ucranianas en expulsar a los rusos del área cercana a la ciudad. Al menos siete personas murieron después de que sus zonas residenciales fueran bombardeadas el jueves. 17 personas resultaron heridas, incluido un niño. En la región sureña de Mykolaiv, una bomba rusa mató a una mujer mientras pastaba una vaca cerca del pueblo de Berezneguvate. Otros 14 resultaron heridos.
Un consejero del jefe de la administración presidencial de Ucrania, Olexiy Arestovych, advirtió que Rusia también podría estar preparándose para otro ataque en el norte de Ucrania. Su declaración se produce después de que el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, reorganizó el mando del distrito militar del sur, en la frontera con Ucrania, afirmando que “se ha abierto un nuevo frente”. Si bien los soldados bielorrusos no han participado oficialmente en la invasión, Rusia ha utilizado su territorio, aeropuertos y bases militares para lanzar ataques terrestres, con misiles y aviones contra Ucrania.
Las nuevas afirmaciones de los funcionarios rusos confirman que los objetivos de Rusia en Ucrania no se limitan ni a la supuesta desmilitarización o desnazificación, de las que habló su presidente al comienzo de la invasión, ni a la ocupación del Donbás. Georgy Muradov, el viceprimer ministro del gobierno ruso de Crimea, anexada por Rusia en 2014, aseguró que ‘el Mar de Azov está perdido para siempre para Ucrania’ y se convertirá en un mar interno ruso una vez que las provincias de Zaporiyia y Jerson sean ‘reunificadas’ con Rusia.
Rusia ha empleado estaciones móviles de propaganda con grandes pantallas de televisión cerca de los centros humanitarios en Mariupol para difundir las narrativas estatales sobre sus acciones en Ucrania. Mientras hacen cola, los ciudadanos de la ciudad destruida tienen que escuchar a los periodistas rusos que afirman que el Ejército ruso está salvando a los ucranianos de los colonizadores occidentales y los nazis.
Mientras tanto, el comandante del regimiento Azov en Mariupol, Denys Prokopenko, contactó brevemente a su esposa y le dijo que estaba bien. Junto con cientos de soldados ucranianos, está retenido por las fuerzas rusas. El mando militar ucraniano esperaba que fueran intercambiados por prisioneros de guerra rusos en Ucrania. Sin embargo, no puede ocurrir hasta que el Tribunal Superior de Rusia considere la moción de la oficina del Fiscal General para etiquetar a los combatientes de Azov como terroristas. Se esperaba que la primera sesión tuviera lugar el jueves, pero se pospuso para el 29 de junio.
Como Ucrania todavía tiene mucho menos equipo militar que Rusia, gran parte de lo que suceda depende del grado de apoyo que le brinden otros países, incluida la cantidad y calidad de las armas, así como las sanciones contra Rusia. El canciller alemán Olaf Scholz aseguró en su discurso del jueves en el Foro de Davos que “Putin no puede ganar esta guerra”. Indicó que “Putin quiere volver a un orden mundial en el que el poder dicte lo que es correcto, en el que la libertad, la determinación y la soberanía no sean para todos”. Advirtió que debe quedarle claro a Putin que esto no sucederá y que Ucrania no aceptará una paz dictada. Según Scholz, Rusia sólo comenzará a negociar en serio una vez que vea que no puede romper las defensas ucranianas.
Su discurso se produce en medio del creciente escepticismo sobre la falta de liderazgo mostrada por Alemania para ayudar a Ucrania. Si bien el canciller alemán indicó que Alemania estaba enviando armas pesadas a una zona de guerra por primera vez en la historia reciente, Ucrania hasta ahora no ha obtenido ni los sistemas de defensa aérea autopropulsados Gepard, ni los vehículos blindados Marder, cuya entrega se ha discutido ya por meses. Los líderes ucranianos continúan pidiendo a sus homólogos que envíen más armas pesadas a Ucrania, especialmente lanzacohetes múltiples.
La ministra de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, acusó a Rusia de convertir en un arma el hambre y la falta de alimentos entre las personas más pobres del mundo mediante el bloqueo de los puertos ucranianos. Rusia ha insinuado que podría permitir la exportación de cereales desde los puertos ucranianos a cambio de que se levanten las sanciones. Sin embargo, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha pedido a los líderes mundiales que introduzcan sanciones “máximas” contra Rusia. Truss aseguró que no se puede levantar las sanciones ni apaciguar a Putin, ya que esto solo lo haría más fuerte.
La asamblea de los miembros de la OMS votó el jueves para condenar el bombardeo de hospitales por parte de Rusia en Ucrania. 88 países apoyaron la resolución presentada por Ucrania, mientras que solo 12 votaron en contra y 53 se abstuvieron. Plantea la posibilidad de que Rusia pueda ser excluida de la asamblea si continúa destruyendo la infraestructura médica del país invadido.