Partygate
Cummings ejecuta su venganza contra Johnson
El defenestrado asesor del “premier” británico y cerebro de la campaña del Brexit, instiga las filtraciones sobre las fiestas en Downing Street
Boris Johnson parece que olvidó al despedir en noviembre de 2020 a sus asesor estrella, Dominic Cummings, que se debe tener cerca a los amigos y aún más cerca a los enemigos. La humillante foto de Cummings abandonando por la noche el número 10 de Dowining Street como si hubiera sido despedido ha terminando pasando factura a su jefe, víctima de las filtraciones de su antiguo “gurú” en el actual escándalo del “Partygate”.
Lo cierto es que la ruptura entre Johnson y Cummings fue todo menos amigable. El ex asesor de 50 años se creyó víctima de las intrigas de Carrie Symonds, la mujer del líder “tory”, a la que apodó “Lady Macbeth” el año y medio que trabajó para el Gobierno. “Nunca he informado en tu contra: créeme, cuando lo haga, lo sabrás”, cuentan que llegó a decir a Johnson cuando este decidió romper con quien le había encumbrado al poder desde la campaña del Brexit.
Cummings, hijo de un ingeniero de minas y una maestra para alumnos con necesidades especiales, creció en el condado de Durham, en el noreste de Inglaterra. Evitó la política de izquierdas dominante en su ciudad natal cuando estaba creciendo y en su lugar defendió a la némesis de la región, Margaret Thatcher durante la amarga huelga de mineros de los años ochenta.
Cummings, que estudió Historia en Oxford y trabajó sin mucho éxito en Rusia en los años noventa, se hizo cargo en 2015 de la campaña “Leave Europe”, con cuyas mentiras Johnson y el líder euroescéptico Nigel Farage lograron convencer a los británicos de abandonar la Unión Europea sin un “plan B” en el referéndum del 23 de junio de 2016. Suyo es el lema “Take Back Control” (”Recuperemos el Control) con el que los “brexiters” hicieron campaña contra Europa.
Este éxito empujó a Boris a llamar a Cummings a su lado nada más aterrizar en Downing Street en el verano de 2019. Con ayuda de su principal asesor, arrasó ese diciembre en las urnas con el eslogan “Get Brexit Done” (Completemos el Brexit) y consiguió para los “tories” su más amplia mayoría absoluta desde los tiempos de Thatcher.
Pero todo esto era historia antigua después de que Cummings traspasara las puerta del número 10 y se convirtiera en una bomba que podía explotar al primer ministro en cualquier momento. Y la, en opinión del “gurú”, desastrosa gestión de la pandemia le brindaba una oportunidad inigualable. Tachó públicamente a Johnson de “incompetente”, “loco” y “poco ético” e insinuó que tenía información sobre lo que sucedía en Downing Street cuando se desató la pandemia de coronavirus.
A través de su blog ha ido alimentando las revelaciones que publicaba la prensa británica sobre la multitudinarias fiestas celebradas en Downing Street en pleno confinamiento. No por casualidad, Cummings estuvo en la picota de la opinión pública por saltarse el confinamiento en marzo de 2020para visitar a sus padres pese a presentar síntomas de coronavirus. Johnson le cubrió, pero le obligó a comparecer antes los medios en los jardines de la residencia oficial para defenderse y pedir disculpas.
Justicia poética o no, son esos mismos jardines del Número 10 los que se han convertido en un quebradero de cabeza para Johnson, que se vio obligado a pedir perdón ante el Parlamento por haber participado el 20 de mayo de 2020 en una fiesta convocada por su mismísimo secretario personal, Martin Reynolds.
El detonante fue el post que publicó en su blog el 7 de enero donde decía que se debería investigar una fiesta celebrada el 20 de marzo de 2020, en pleno primer confinamiento, en Downing Street. “El primer ministro ha dicho múltiples mentiras sobre las fiestas en diciembre de 2020 y obligó o alentó a otros a decir cosas falsas a los medios”, escribió. Tras la exclusiva de ITV sobre dicha fiesta, Cummings deslizó sin mucha sutileza que Johnson había participando utilizando el emoji del carrito con el que se suele referir al “premier”.
En una potente mezcla de mayúsculas y minúsculas, Cummings escribió: “La invitación = obviamente totalmente SOCIAL NO FUNCIONA. (A diferencia de todos los “meetings” en el jardín). De ninguna manera ‘técnicamente dentro de las reglas’”. Y Cummings va incluso más allá: “una tontería porque la alternativa es admitir que rompió las reglas + renunciar”.
“Cummings es el tipo de persona que, una vez que se enfoca en algo, sigue y sigue hasta que siente que ha ganado”, explica alguien que trabajó con él en la campaña del Brexit. “Es lo que lo hace difícil y lo que lo hace brillante”, resume. Queda por saber qué está dispuesto a revelar el “gurú” para cumplir su objetivo: que Johnson dimita.
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