-Por primera vez, los europeos elegimos al presidente de la Comisión. ¿Los líderes europeos respetarán automáticamente el resultado de la urnas?

-El Tratado de Lisboa dispone que el Consejo deberá tener en cuenta el resultado a la hora de designar por mayoría cualificada, no unanimidad como en el pasado, al candidato. Los tres principales partidos (populares, socialistas y liberales) han asegurado públicamente que no votarán a ningún candidato que no proceda de la lista más votada. Los Estados deben ser conscientes de que no se pude pedir que la gente vaya votar y luego vea que no tiene relación con quién manda.

-Pese a la novedad de estas elecciones, la participación será escasa...

-En Europa no hay un partido de la abstención. En Estados Unidos o Suiza se han producido procesos electorales con un tercio de participación y nadie ha puesto en duda su legitimidad.

-¿La llegada de más eurodiputados euroéscepticos bloqueará el nuevo Parlamento?

-Es preocupante que la gente quiero volver al pasado cuando disfrutamos del mayor periodo de paz desde el Imperio Romano. Se calcula que rondarán los 60-70 diputados de un total de 751. En primer lugar, tendrán que ponerse de acuerdo en que están en desacuerdo. Estos grupos sólo funcionan en los aspectos técnicos para gozar de medios, pero ya el Tribunal de Justicia dijo que debe haber afinidad ideológica. No sé que afinidad hay entre el UKIP y el partido de Wilders, más allá de su rechazo al euro. Para aprobar el presupuesto o elegir a la Comisión hacen falta 376 y ni de lejos llegan a ellos. En Francia, se habla de que el Frente Nacional va en cabeza, pero cuando se acude a las instituciones francesas no se encuentra al FN, que está refugiado en el Parlamento Europeo viviendo de Europa. Paradójicamente, la UE financia a los que están en contra de ella.

-¿Será necesario que los partidos proeuropeos establezcan un "cordón sanitario"contra los eurófobos?

-Habrá que ver las características del programa que logre la mayoría. Deberemos ver en qué materias podrá haber acuerdos y en cuáles libertad de voto. Tenemos que esperar a ver si presentan iniciativas para acabar con la Europa sin fronteras o para aniquilar el euro. Podrán hacer intervenciones extemporáneas, pero nada más.

-¿Los partidos tradicionales han hecho lo suficiente para combatir a los partidos populistas?

-El populismo siempre existe en política, otra cosa es cuando domina la política. La primera mitad del siglo XX europeo demuestra cómo esto terminó en tragedia. Hay que tratar de aprender de los errores y ahora toca lograr el máximo contacto y el máximo consenso con la gente.

-Para los electores es muy difícil distinguir los programas del PPE y el PSE...

-Los programa son de matices. Es positivo que haya líneas de acuerdo entre socialistas y populares o entre liberales y verdes. Sin embargo, hay grandes diferencias en temas impositivos, en la introducción de un salario mínimo a nivel europeo o en acabar con las discriminaciones en la igualdad de género.

-¿El Parlamento es el gran desconocido para los europeos?

-Estamos haciendo un mundo nuevo. Cuando hicimos la Constitución española, las comunidades autónomas no estaban en la cultura de la gente y hoy se considera algo normal. Se debe hacer pedagogía y ésta debe empezar desde la escuela.

-¿A qué retos se enfrenta Europa en los próximos cinco años?

-El primero es avanzar en la unión económica y relanzar la economía europea. El segundo es la afirmación democrática para que nuestras Cortes puedan avanzar en la participación ciudadana sobre la UE. El tercero es el papel de Europa en el mundo. O conseguimos que el mundo mejore o nos encontraremos con dificultades.

-¿La Comisión debe recuperar la iniciativa?

-En el futuro debe ser menos una secretaría general técnica y ser más un Gobierno de Europa.