Política

París

El Consejo de Estado francés ordena dejar morir a un enfermo vegetativo

El Consejo de Estado francés, la mayor instancia administrativa del país, ordenó hoy retirar los cuidados paliativos a Vincent Lambert, un paciente en estado vegetativo desde hace casi seis años cuyo caso ha reavivado el debate sobre la eutanasia en Francia.

La decisión culmina la batalla jurídica que han mantenido desde 2013 la esposa de Lambert, Rachel, partidaria de dejarle morir y que contaba con el apoyo de los médicos, frente a los padres del paciente, católicos, opuestos a retirarle la alimentación e hidratación que lo mantiene con vida.

En previsión de que el Consejo de Estado se pronunciara en contra de sus intereses, los padres de Lambert recurrieron ya al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo para pedir la suspensión cautelar de la sentencia.

La corte europea tiene previsto pronunciarse en las próximas horas sobre esa petición.

Los 17 magistrados del Consejo de Estado consideraron legal la decisión de los médicos de retirar los cuidados paliativos al paciente, incluida la alimentación y la hidratación artificial.

Lo hicieron basándose en los muchos testimonios que mostraban que, antes del accidente que le postró en una cama de hospital, Lambert había mostrado su rechazo a ser mantenido con vida de forma artificial.

El caso Lambert y la batalla familiar que lo ha alimentado ha reavivado en Francia el debate sobre la eutanasia y ha marcado claramente la existencia de dos opiniones contrapuestas sobre el final de la vida de personas en situación extrema.

A la espera de una ley que aclare la situación, prometida por el presidente, François Hollande, durante la campaña electoral de 2012, el caso se ha visto afectado por la cierta ambigüedad que admite el actual marco jurídico.

El paciente, un enfermero que tenía 32 años cuando quedó postrado en una cama tras un accidente de tráfico sufrido en septiembre de 2008, se mantiene vivo gracias a que es alimentado e hidratado de forma artificial.

Sólo puede mover los ojos y siente dolor, pero los médicos no han podido determinar si comprende cuando se le habla.

Tal y como estipula la actual ley de cuidados paliativos, un equipo médico colegiado del hospital universitario de Reims, en el este del país, tomó en abril de 2013 la decisión de no seguir manteniendo artificialmente con vida al paciente.

Pero, un mes después de que se le retiraran los cuidados paliativos, los padres comenzaron una batalla jurídica que obligó a conectar de nuevo a Lambert.

Cada vez que los médicos han relanzado el procedimiento de fin de vida, los padres han recibido el respaldo de los tribunales.

Los médicos consideran que Lambert no se recuperará y que algunos de sus comportamientos dejan entrever que rechaza seguir con vida, una opinión que comparten seis de sus hermanos, su esposa y otros familiares y amigos según los cuales, antes del accidente, Vincent había dicho que no querría ser mantenido vivo de forma artificial.

Pero los padres y dos de los hermanos no comparten esa opinión y rechazan que se le aplique la ley de cuidados paliativos porque no se trata de un enfermo en fase terminal.

La batalla familiar se transformó en una pugna jurídica que llegó a la instancia más alta del país.

El relator general, representante del Gobierno en el Consejo de Estado, ya se pronunció el pasado jueves a favor de detener la alimentación artificial a Vincent, tras haber revisado tres nuevos informes médicos.