Sentarse a soñar, por unas horas, en un mullida butaca de terciopelo de una oscura sala de cine acompañado del tradicional cubilete de palomitas de maíz ya no será un deseo inalcanzable para una generación de saudíes que nacieron y crecieron sin experimentar la fantasía del cine. En los años 80, las salas fueron cerradas en Arabia Saudí tras el endurecimiento de las normas y la imposición de severas restricciones a las libertades individuales, a la cultura, el ocio y todas las manifestaciones artísticas. Ahora, 35 años después, el conservador reino saudí abrirá el 18 de abril su primera sala de cine con la proyección de la taquillera película de Marvel «Pantera Negra», una superproducción de Hollywood que apunta a ser una de las diez películas más exitosas en la historia de Estados Unidos.

Aunque se trata de reformas descafeinadas, el joven príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, ha apostado por romper con los tabúes de la estricta sociedad saudí. Teniendo en cuenta que casi dos tercios de la población tiene menos de 30 años, Bin Salman tiene las miras puestas en la juventud, que con entusiasmo apoya y respalda su programa de reformas. Consciente de que corren tiempos difíciles para la industria petrolera, el todopoderoso Bin Salman ha sabido cómo adaptarse a los contratiempos ofertando entretenimiento cultural y ocio tanto para deleite de sus súbditos como para llamar a la inversión extranjera con el fin de hacer al reino menos dependiente del petróleo.

Con una oferta cultural de festivales, danza, conciertos y salas de cine, los saudíes, que gastan miles de millones de dólares al año en entretenimiento en el extranjero, podrán hacerlo ahora en casa y contribuir a crear empleos. Para este año se han previsto 28 eventos culturales que incluyen una gira del Circo del Sol, la Semana de la Moda saudí, un festival de jazz y la ópera «Antar y Abla», cuyo estreno tuvo una gran acogida.

El Gobierno saudí prevé que el sector del cine pueda contribuir con 90.000 millones de riales (unos 20.350 millones de euros) al PIB y que pueda crear 30.000 puestos de trabajo permanentes y más de 130.000 temporales para el año 2030. Para impulsar la industria del ocio, las autoridades esperan incrementar el gasto en entretenimiento del 2,9% actual hasta el 6% en 2030. Las expectativas del Gobierno son que para entonces el reino cuente con unos 300 cines y unas 2.000 pantallas. La cadena estadounidense AMC será la que inagure la primera en Riad.