Tercera imputación
Trump se declara "no culpable" tras ser imputado: "Esto es una persecución política"
El expresidente estadounidense compareció ante una corte en Washington D.C. tras ser imputado de varios cargos penales
La temperatura de este jueves en Washington ha sido la mejor de toda la semana. Tras una ola de calor abrasadora, por fin las nubes tapaban el sol y soplaba una brizna que refrescaba el verano. Lo que seguía caliente eran los ánimos. Y es que este jueves también se produjo el regreso de Donald Trump a la ciudad desde donde gobernó Estados Unidos durante cuatro años (2016-2020), pero esta vez, como un acusado criminal.
El expresidente estadounidense se declaró "no culpable" este jueves ante una corte en la capital de varios cargos penales derivados de su presunto intento de revertir los resultados de las elecciones de 2020. El magnate, de 77 años, rechazó las acusaciones tras una investigación liderada por el fiscal especial Jack Smith, que ha sido tachada por el exmandatario de una "caza de brujas". "Esto es una persecución de un oponente político. Se supone que esto nunca tendría que haber pasado en EE.UU.", lamentó Trump en declaraciones a los periodistas en el aeropuerto Ronald Reagan, en las afueras de la capital.
Aseguró que para él ha sido "un día muy triste" y que le ha resultado también "muy triste" ir a Washington y ver "la suciedad y la decadencia, y todos los edificios y muros dañados, con grafiti...". "Este no es el sitio que yo dejé", apuntó el expresidente a pie de pista antes de subirse a su avión personal, el Trump Force One, y partir en dirección a Nueva Jersey para ir a su club de golf en Bedminster. La próxima vista será el 28 de agosto.
Así fue la llegada de Trump a Washington para declarar tras ser imputado
Su llegada se anticipó en medio de un fuerte despliegue policial, como si la fuerza pública se preparaba ante lo que podía ser un desastre. El Servicio de Alguaciles reforzó la protección de los jueces asignados al caso y las barreras de metal para bicicletas con cinta amarilla que indican acceso restringido fueron colocadas cerca de la entrada de la Corte para controlar el tráfico de peatones.
En el juzgado federal durante la noche y desde primera hora de ayer, casi 100 periodistas y espectadores hicieron fila, esperando conseguir un lugar dentro de la sala. Con el paso de las horas, seguidores y detractores del exmandatario han ido apostándose fuera con carteles a favor y en contra de Trump. Las voces se dividen entre quienes piden cárcel para el principal aspirante a la nominación republicana para las presidenciales de 2024 y entre quienes lo describen como un mártir de un sistema que ha conspirado para meterle preso y evitar que regrese a la Casa Blanca.
En la sala le esperaba su cita con la justicia. Trump llegaba desde su club de golf privado en Bedminster, Nueva Jersey, hasta Washington DC para comparecer ante la jueza Moxila Upadhyaya, frente a quien deberá responder por los cuatro cargos de los que se le acusa: manipulación de testigos, conspiración para defraudar al Gobierno estadounidense, obstrucción de un procedimiento legal y conspiración para violar derechos civiles. Todos estos cargos están relacionados con el asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021.
En un golpe irónico de la vida, que se cuenta casi poético, el juzgado E. Barrett Prettyman, donde tiene lugar la lectura de cargos, está precisamente a pocos metros del Capitolio al que sus seguidores intentaron, convertidos en una violenta multitud, ingresar tras romper las barreras policiales y obligar a los miembros del Congreso a huir por su seguridad. Esa multitud, compuesta por personas que creían las mentiras de Trump de que las elecciones de 2020 estaban amañadas mediante un fraude electoral generalizado, bloqueó temporalmente al Congreso para confirmar la victoria del presidente Joe Biden sobre Trump. Mientras se desarrollaba el caos, Trump y sus cómplices «aprovecharon la interrupción» presionando a los legisladores para retrasar la certificación, según alega la acusación que encabeza el fiscal Jack Smith.
Toda la anterior argumentación deberá ser desmontada por la defensa de Trump en un juicio durante los próximos meses, que se anticipa novelesco y que se espera domine la retórica de la campaña para las próximas presidenciales. Para el magnate, su visita de este jueves a Washington busca dejar en evidencia la «instrumentalización de la justicia» por parte de sus rivales políticos. También ha dicho que llega a la capital para «ser acusado de cargos penales derivados de sus esfuerzos por revertir su derrota en las elecciones presidenciales de 2020», según manifestó horas antes a través de su red social personal, Truth.
«Voy ahora hacia Washington para ser arrestado por desafiar una votación corrupta, amañada y robada. Es un gran honor porque voy a ser arrestado por vosotros», escribió en Truth Social.
Trump, que supera a la otra decena de aspirantes de su partido por más de la mitad de intención de voto según todas las encuestas, ya se ha declarado inocente en otros dos casos penales. Fue acusado por última vez en junio por cargos federales derivados de su retención de registros clasificados después de dejar el cargo en 2021.
Biden guarda silencio
Su más probable rival en 2024, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no siguió la comparecencia de su predecesor en el cargo. Biden fue preguntado este jueves por los periodistas cuando daba un paseo en bicicleta en Rehoboth Beach, en el estado de Delaware, donde se encuentra esta semana de vacaciones y tiene una de sus residencias privadas. «¿Va a seguir la lectura de cargos a Trump», le dijo un reportero de la cadena CNN, a lo que el presidente respondió con un «no» lacónico, mientras pasaba a toda velocidad con su bicicleta.
Por considerarlo un asunto personal, Biden ha evitado hacer declaraciones sobre la imputación de Trump, que fue acusado el martes formalmente por un gran jurado de cuatro cargos.
El juzgado E. Barrett Prettyman, en Washington, está ubicado paradójicamente en la avenida Constitution (Constitución) y no es ajeno a casos como el que recibió ayer. En esta edificación intimidante han sido adelantados los casos de al menos mil partidarios de Trump que participaron en el asalto al Capitolio y que han tenido que presentarse a audiencias de comparecencia. Día tras día, el juzgado ha sido el lugar donde jueces, acusados, abogados, testigos, jurados y funcionarios judiciales han tenido que revisitar constantemente la importancia del ataque al Congreso y lo que lo motivó.
“Justo afuera de este juzgado... hay recordatorios visibles del motín del 6 de enero y del asalto al Capitolio”, había dicho la antigua cabeza del juzgado, Beryl Howell, en una sentencia emitida contra uno de los alborotadores en 2021. “Este lugar recuerda que lo ocurrido no fue una protesta pacífica, sino más bien cientos de personas que vinieron a Washington para perturbar la pacífica transferencia de poder”, escribía entonces.
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