Advertencia de Pekín
China encuentra la manera de acorralar a Taiwán
Pekín ensaya la estrategia de bloqueo naval de la isla en unas nuevas maniobras mientras Taipei detecta 71 aviones chinos compuestos por cazas J-10, J-11, J-16, H-6K, Y-20
China envió este sábado más de setenta aviones de combate del Ejército Popular de Liberación cerca de Taiwán, al tiempo que el país iniciaba tres días de ejercicios militares y "patrullas de preparación para el combate" alrededor de la isla autogobernada, y apenas unas horas después de que la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, regresara a la isla tras provocar la ira de Pekín por reunirse con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy.
En total, el Ministerio de Defensa de Taiwán detectó 71 aviones chinos compuestos por cazas J-10, J-11, J-16, H-6K, Y-20, entre otros, de los cuales 45 cruzaron la línea media del Estrecho de Taiwán y/o entraron en el suroeste de ADIZ, la línea mediana del estrecho de Taiwán, una división diseñada para mantener a los aviones militares de ambos lados a una distancia de seguridad con el fin de evitar que los errores de cálculo desemboquen en un conflicto.
El Mando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación chino, que supervisa las operaciones en el mar de China Oriental, incluido el estrecho de Taiwán, informó en un comunicado que los simulacros "Espada Conjunta" y las patrullas de combate se estaban llevando a cabo en las aguas y el espacio aéreo al norte, sur y este de Taiwán y concluirán el lunes.
Se trata de una seria advertencia contra la connivencia y provocación de las fuerzas separatistas "independentistas de Taiwán" con fuerzas externas, y es una acción necesaria para salvaguardar la soberanía nacional y la integridad territorial", declaró el portavoz del Teatro del Este, coronel superior Shi Yi. "La fuerza especial organizará simultáneamente patrullas y avances alrededor de la isla, dando forma a una postura de cerco y disuasión", añadió.
Los ejercicios se esperaban con impaciencia después de que China, que reivindica Taiwán como provincia, condenara la reunión del miércoles de Tsai con McCarthy en Los Ángeles. Además, el anuncio de Pekín se produjo poco después de que Xi Jinping despidiera la visita de una comitiva de altos dirigentes europeos.
En un alarde de los juegos de guerra, los medios de comunicación estatales chinos difundieron una grabación en la que, al son de una emotiva música marcial, se veían buques de guerra en el mar y aviones de combate repostando en el aire. El video mostraba en todo su esplendor artillerías de cohetes de largo alcance, destructores navales, lanchas misileras, cazas de las fuerzas aéreas, bombarderos, aviones de guerra electrónica y aviones cisterna, así como misiles convencionales.
El viernes, la Administración de Seguridad Marítima de Fujian ya informó de que el lunes también se realizarán ejercicios con fuego real en la zona cercana al condado de Pingtan, a unos 130 kilómetros de la ciudad taiwanesa de Hsinchu. Los simulacros con fuego real continuarán en la zona desde el 11 hasta el 20 de abril.
La cancillería aseguró que China está utilizando la gira de la presidenta “como excusa para llevar a cabo maniobras militares, lo que ha dañado gravemente la paz, la estabilidad y la seguridad regionales". "Los militares responderán con una actitud calmada, racional y seria, y montarán guardia y vigilarán de acuerdo con los principios de no escalar ni disputas para defender la soberanía nacional y la seguridad nacional", añadió el organismo.
En Taiwán, acostumbrada desde hace tiempo a las amenazas chinas, no se percibió una alarma generalizada por los simulacros. Pekín lleva a cabo incursiones casi a diario, como parte de lo que se denomina tácticas de "zona gris", destinadas a intimidar, agotar a su personal y degradar la moral pública. También incluyen la guerra cibernética y campañas de desinformación, junto con una implacable ofensiva destinada a despojar a la isla democrática de sus aliados diplomáticos.
Una vez más, este fin de semana China ha sacado a relucir su músculo militar, con duras represalias para disuadir a lo que considera “fuerzas secesionistas de la independencia de Taiwán" y advirtió severamente contra la interferencia de agentes externos. “Se trata de una medida justa para salvaguardar la soberanía nacional y la paz y estabilidad en el estrecho”, justificaron.
Estados Unidos calificó el tránsito de Tsai de "privado". Sin embargo, la parte china considera que la mandataria se reunió con funcionarios del gobierno y congresistas estadounidenses, incluido Kevin McCarthy, el tercer funcionario de más alto rango, pregonó la "independencia de Taiwán" en cada oportunidad y buscó "apoyo internacional."
La cuestión de Taiwán se encuentra en el centro de los intereses fundamentales de China y el gigante asiático ha repetido incansable que es la primera línea roja que no debe cruzarse en las relaciones chino-estadounidenses. Cualquier acercamiento de la presidenta con la parte estadounidense “se considera un mal acto que viola flagrantemente el principio de una sola China y las disposiciones de los tres comunicados conjuntos de China y Estados Unidos, y socava gravemente la soberanía y la integridad territorial del país”.
Tsai, anfitriona de un almuerzo el sábado con una delegación de legisladores estadounidenses encabezada por Michael McCaul, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, expresó que esperaba reforzar la cooperación en materia de seguridad con Washington. "Me gustaría reiterar que el pueblo taiwanés ama la democracia y busca la paz", dijo, sin mencionar directamente las maniobras, en comentarios ante las cámaras de televisión.
Por su parte, McCaul afirmó que con su visita mostraban su firme apoyo a Taiwán y que era importante que ambas partes se mantuvieran unidas. “Como presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, apruebo todas las ventas militares al extranjero, incluidas las armas a Taiwán, y le prometo, señora presidenta, que se las entregaremos", declaró.
Desde el año pasado, Taipéi se queja de retrasos en las entregas de armamento estadounidense, como los misiles antiaéreos Stinger, mientras los fabricantes envían suministros a Ucrania para apoyar su defensa contra Rusia. “Estamos haciendo todo lo que podemos en el Congreso para acelerar estas ventas y conseguir las armas que necesitan para defenderse", dijo el republicano McCaul.
El ejército taiwanés está coordinando con EEUU la tramitación urgente de suministros de armas desde el año pasado, con la esperanza de tener más de la mitad de los misiles acordados dentro de tres años y el resto antes de finales de 2029, según el Liberty Times.
Estados Unidos aprobó la venta de 100 conjuntos de sistemas de misiles Harpoon montados en tierra a Taiwán. Esto incluía 400 misiles RGM-84L-4 Harpoon Block II, 4 misiles de maniobra RTM-84L-4 Harpoon Block II, 100 unidades de transporte de lanzadores del sistema de defensa costera Harpoon, 25 camiones radar y otros equipos relacionados y apoyo logístico, según la Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa.
Según el medio local Taiwán news, una fuente militar aseguró que la situación de seguridad en el territorio es cada vez más severa, al igual que las armas y equipos de la armada, la fuerza aérea y la fuerza de cohetes de China. Por lo tanto, Taiwán debe obtener más misiles antibuque en un periodo de tiempo más corto para contrarrestar eficazmente al ejército chino.
El anuncio de China se produjo horas después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, abandonara China, donde se reunió con el presidente Xi Jinping y otros altos dirigentes. Por su parte Macron instó a Pekín a hacer razonar a Rusia sobre la guerra en Ucrania. La jefa de la Unión Europea, Úrsula von der Leyen, también en territorio chino afirmó que la estabilidad en el estrecho de Taiwán es de vital importancia. En respuesta, Xi señaló que esperar que su pais transigiera sobre Taiwán era una "ilusión", según la lectura oficial china de la reunión.
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