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Guerras y conflictos

Catástrofe humanitaria en Idlib tras bombardeos sirios

La ONU denuncia ataques del régimen de Asad a escuelas y hospitales. Al menos cien civiles han muerto en los últimos días en el norte del país.

«Cascos blancos» sirios trabajan en el rescate de víctimas de un bombardeo en la ciudad de Kfar Rouma, en la provincia de Idlib larazon

La ONU denuncia ataques del régimen de Asad a escuelas y hospitales. Al menos cien civiles han muerto en los últimos días en el norte del país.

El régimen sirio y su aliado ruso siguen bombardeando indiscriminadamente a la población civil en la provincia de Idlib, último bastión rebelde en manos de la organización extremista Hayat Tahrir al Sham (HTS), ex filial de Al Qaeda en Siria. La situación no ha dejado de empeorar desde que Damasco comenzó en abril una ofensiva a gran escala en esta provincia vecina con Turquía, con el pretexto de que estaba respondiendo a las violaciones de una tregua.

Idlib y las áreas circundantes del noroeste se incluyeron en un acuerdo de «desescalada» el año pasado entre el principal aliado de Asad, Rusia, y Turquía, que respalda a algunos grupos rebeldes, para reducir los bombardeos tras ocho años de guerra.

La ONU denunció ayer que más 100 de civiles han muerto en los últimos diez días, incluidos 26 niños, en bombardeos aéreos, a pesar de la tregua que entró en vigor el 12 de junio pasado. «Estos 100 muertos son objetivos civiles y parece muy improbable, dado el patrón persistente de tales ataques, que todos estén siendo golpeados por accidente», esgrimió la jefa de Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet.

Entre los objetivos del régimen están escuelas, hospitales y otras infraestructuras civiles que van en contra del Derecho Internacional. En total, desde que comenzó la ofensiva a finales de abril más de 730 civiles han muerto en bombardeos aéreos en esta zona por parte del Gobierno sirio y sus aliados, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. La campaña de bombardeos en Idlib ha provocado una crisis humanitaria con más de 400.000 desplazados. En esta provincia del norte de Siria viven cerca de tres millones de personas bajo la tiranía de 30.000 extremistas de HTS y otros bandas armadas, y bajo los bombardeos aéreos del régimen de Asad, lo que hace muy difícil a la población civil poder escapar de allí.

Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, Idlib es ahora el foco de una estrategia del Estado Islámico (EI) para restablecerse. Mientras el mundo mira hacia Irán y el Golfo, «un desastre humanitario se está desarrollando ante nuestros ojos», denunció recientemente un alto funcionario de la ONU, en referencia a la situación de Idlib.

«Como el régimen y las fuerzas rusas no pueden tomar nuevos territorios, quieren convertir los territorios bajo control de los rebeldes en un infierno», advirtió Hisham Al Sheij, activista en Idlib, a LA RAZÓN. Ciudades como Maarrat al-Nu’man o Seraqib han sido reducidas a escombros. «La gente camina ahora sobre piedras, que antes fueron sus casas, centros de salud y comercios mientras miran con urgencia al cielo para esquivar los explosivos que caen desde los aviones y helicópteros», sentenció el activista sirio.

Desde el alto el fuego a mediados de junio han muerto 317 civiles, la mitad de ellos mujeres y niños, además de miembros del personal médico y de la Defensa Civil, señaló un informe de la Red Siria de Derechos Humanos (SNHR, en sus siglas en ingles), al que tuvo acceso LA RAZÓN.

Según el informe, al menos 66 ataques se llevaron a cabo en instalaciones civiles vitales durante el último mes, incluyendo 16 en escuelas, 13 en lugares de culto, nueve en instalaciones médicas; 52 de estos ataques fueron llevados a cabo por las fuerzas del régimen sirio, mientras que los otros 14 fueron llevados a cabo por las fuerzas rusas.