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Rearme en Asia

Australia duplicará su flota naval con 23 nuevos buques de guerra ante la amenaza china en la región del Pacífico

La defensa australiana quiere fabricar seis fragatas del tipo Hunter, once fragatas misiles guiados -alguna de las cuales se podría producir en España-, y seis buques de guerra de última generación

Destructor Sidney de la Armada australiana, copia de la fragata española de la clase "Álvaro de Bazán" La Razón

El Gobierno australiano ha presentado este martes un ambicioso plan para modernizar la Armada de guerra con 26 nuevos buques de guerra para 2040 con un coste inicial de 7.000 millones de dólares. Las autoridades justifican esta gran apuesta por la mayor amenaza estratégica desde la Segunda Guerra Mundial ante el ascenso de la China de Xi Jinping. El presidente chino ha ordenado modernizar al Ejército Popular de Liberación para que en 2027 esté en condiciones de tomar la isla de Taiwán, lo que según todos los observadores abriría un conflicto directo entre Pekín y el ejército de Estados Unidos, el mayor aliado de Australia.

En esencia, la Defensa australiana prevé un plan a diez años para duplicar las capacidades navales doblando el número de buques de guerra. De esta manera, la Marina pasaría de 11 a 26 grandes buques de combate. En concreto, el país oceánico quiere producir seis fragatas del tipo Hunter, once fragatas de misiles guiados más pequeñas capaces de realizar misiones de defensa aérea, ataque terrestre y escolta, y seis buques de guerra de última generación que no requieren tripulación que estarán armados con al menos 32 sistemas de lanzamiento vertical y equipados con el sistema de combate AEGIS.

El plan presentado por el ministro de Defensa, Richard Marles, incluye versiones mejoradas de tres destructores clase Hobart actuales equipados con misiles de crucero Tomahawk, y una flota de 25 “embarcaciones de guerra menores”, como lanchas patrulleras. Esta inversión implicará aumentar el gasto de defensa de Australia al 2,4% del Producto Interior Bruto.

España, preseleccionada para fabricar fragatas

De las once fragatas de misiles guiados, ocho se construirán en Australia (garantizando más de 3.000 empleos), y los tres primeros se construirán en España, Alemania, Corea del Sur o Japón para permitir la entrega antes de finales de la década, informa Naval News. Según el ministro de Defensa, los diseños de estos cuatro países han sido preseleccionados y la selección final se realizará el próximo año.

Aukus y los submarinos de propulsión nuclear

Australia se halla inmersa en una plan para comprar y producir submarinos de propulsión nuclear en virtud del pacto AUKUS firmado hace dos años con Estados Unidos y Reino Unido, con una inversión millonaria. En concreto, Camberra comprará cinco sumergibles que pueden ser los Virginia estadounidenses o los Vanguard británicos. Además, los tres países desarrollarán un nuevo modelo de submarino denominado SSN Aukus, diseñado por Reino Unido y que no se integrará en la armada australiano hasta la década de 2040. Se prevé que el programa tenga un coste de entre 268.000 y 368.000 millones de dólares de aquí a mediados de la década de 2050, y dependerá de la ayuda de Estados Unidos y el Reino Unido.El objetivo, una vez más, es hacer frente a una China que moderniza sus fuerzas a marchas forzadas y que ya cuenta con una flota mayor que la de la primera potencia mundial y construye nuevos barcos a mayor ritmo.

Críticas al plan naval

Analistas australianos han mostrado sus críticas al plan para duplicar la flota naval. Matthew Knott lamenta en un artículo en The Sydney Morning Herald que el gobierno realice una apuesta tan fuerte en buques de superficie "cuando la guerra en Ucrania y la agresión hutí en el Mar Rojo han demostrado que dichos buques son cada vez más vulnerables a ataques baratos con drones y misiles". Otro experto, Hugh White, sostiene que sería mejor invertir en aumentar los arsenales propios con drones y misiles aire-tierra. Además, se recuerda que el gobierno prevé desmantelar algunas de las fragatas actuales Anzac por envejecimiento en los próximos años, lo que dejará a la Armada en una situación de inferioridad.