Punto débil
"Aunque es importante reforzar el corredor de Suwalki, ampliar las líneas de defensa estáticas no funcionará, como demuestra la guerra de Ucrania"
Ante el refuerzo de Lituania y Polonia de sus fronteras por la amenaza de los mercenarios Wagner, preguntamos al director de la Fundación para la Seguridad del Báltico
El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, se reunió ayer con el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, en Suwalki para abordar la situación de seguridad en la frontera y las amenazas que supone el despliegue de mercenarios del grupo Wagner en Bielorrusia. Ambos compartieron información preocupante sobre los combatientes que se han estacionado a escasos kilómetros de la frontera lituana. Morawiecki apostó por «fortalecer» la presencia militar fronteriza junto a Lituania. En la misma línea, Nauseda aseveró que «debemos estar alerta y listos para todos los escenarios».
«El número de combatientes de Wagner estacionados en Bielorrusia ya ronda los 4.000», indicó el jefe del estado lituano. Algunos de los mercenarios «se han acercado a nuestra frontera, tomando posición en el área de Grodno. Esta situación es muy conveniente para perpetrar provocaciones». De ahí que el «premier» polaco haya abogado por «fortalecer la línea defensiva, la Guardia Fronteriza y aumentar el número de guardias fronterizos y policías».
Desde que a finales de junio los milicianos de Wagner abandonaran Ucrania y se establecieran en Bielorrusia tras un inédito motín contra el Kremlin, ambos países han estado en alerta. Ante la llegada de estos mercenarios y el despliegue de armas tácticas nucleares rusas en Bielorrusia, preguntamos al director de la Fundación para la Seguridad del Báltico, Otto Tabuns sobre el refuerzo de Lituania y los países vecinos. Para el experto, "un aspecto clave para defender mejor el corredor de Suwalki debería ser la defensa aérea".
¿Ha aumentado Lituania su seguridad desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania?
Lituania ha aumentado su seguridad desde la invasión rusa de Ucrania en 2014 de varias maneras. En 2015 se reintrodujo el servicio militar obligatorio para aumentar el tamaño del ejército, se han ampliado las conexiones por carretera y ferrocarril entre el norte y el sur para facilitar la movilidad militar, se ha mejorado la frontera con Bielorrusia, aliada de Rusia, para que esté videovigilada en todo su recorrido, y se ha aumentado el gasto nacional en defensa hasta el 2,52% del PIB en 2023. Esto se ha complementado con la acogida de fuerzas de Presencia Avanzada Reforzada de la OTAN.
Algunos analistas ven en la brecha de Suwalki uno de los principales puntos débiles de la OTAN. ¿Deberían reforzarse (en Polonia y en Lituania)?
Si la brecha de Suwalki es contestada con medios militares convencionales o mediante sabotaje, esto puede convertirse en un problema para reforzar también Lituania, Letonia, Estonia y Finlandia. La zona del Mar Báltico ofrece alternativas a través de vías navales y aéreas de refuerzo, pero cabe esperar que Rusia intente denegar el acceso por mar y aire utilizando sus fuerzas estacionadas alrededor de San Petersburgo, Kaliningrado y las situadas actualmente en el mar (lo más importante: submarinos). Aunque es importante reforzar el corredor de Suwalki, ampliar las líneas de defensa estáticas no funcionará, como demuestra la guerra de Ucrania. Como Polonia y Lituania tienen un fuerte componente de fuerzas terrestres, un aspecto clave para defender mejor el corredor de Suwalki debería ser la defensa aérea para proporcionar cobertura a las mencionadas fuerzas terrestres e impedir que Rusia logre una superioridad aérea por sorpresa.
Rusia ha estado militarizando Kaliningrado en los últimos años, incluso hay armas nucleares desplegadas allí. ¿Es una forma de chantajear a Lituania (y a la OTAN y la UE)?
Sin duda, es una forma importante de presionar a Lituania, a los países bálticos, a la OTAN y a la UE. Por un lado, se trata de capacidades nucleares militares. Por otro, la construcción de centrales nucleares civiles más allá de las necesidades energéticas del propio Kaliningrado. Esto último puede utilizarse como carta para suscitar preocupación por el posible impacto medioambiental de una guerra convencional en la región, empujando a los vecinos regionales a negociar con Rusia y acomodarse a sus deseos. Esto es idéntico a la política rusa de tácticas de terror en torno a las centrales nucleares ucranianas.
El hecho de que Bielorrusia acoja a mercenarios de Wagner y también las armas nucleares de Putin, ¿es una amenaza directa para Lituania?
Los mercenarios de Wagner sólo pueden convertirse en un problema si Putin o Lukashenko no pueden controlarlos. Tras el intento de golpe de Estado, cabe esperar que las figuras clave de Wagner estén bajo estricta supervisión para que no se repitan los recientes acontecimientos. Las armas nucleares rusas no son más una amenaza de lo que eran cuando estaban situadas en territorio ruso o cargadas en submarinos rusos en el mar. En ambos casos se trata más de una acción psicológica que táctica, porque la OTAN es más fuerte que Rusia y cuenta con tres potencias nucleares entre sus filas, así que Rusia no puede repetir la estrategia ucraniana y tiene que buscar otras formas asimétricas de cómo desafiar la unidad aliada y la confianza de las naciones transatlánticas.
Teniendo a Rusia tan cerca... ¿No deberían oírse más las voces de los países vecinos en la comunidad internacional?
Los países vecinos euroatlánticos han sido escuchados relativamente bien. La OTAN ha proporcionado defensa colectiva (incluyendo tropas españolas en el Báltico), la UE ha respondido con amplias sanciones contra la agresión rusa y, por último, la Organización de Naciones Unidas también ha sido capaz de expresar preocupaciones compartidas por muchos países del mundo a pesar del asiento ruso en el Consejo de Seguridad. Fue alentador para los países de Europa Central y Oriental escuchar de boca de los líderes de Europa Occidental que las preocupaciones expresadas eran correctas y que deberían haber sido escuchadas antes. Al mismo tiempo, este entendimiento tiene que continuar y ampliarse. Los ciudadanos de los países bálticos no son ingenuos y comprenden que para países como España hay una serie de prioridades, también en la dirección estratégica Sur. Sin embargo, es de esperar que todos mantengamos los ojos abiertos en la dirección estratégica oriental, porque el fracaso euroatlántico en el flanco oriental supondría problemas fundamentales y existenciales para todos. Y sería una lástima perder nuestros intereses y valores a manos de un adversario más débil, que tal vez haya sido más connivente a la hora de dividirnos.
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