Misterio
Los seis turistas fallecidos en un hotel de Bangkok fueron envenenados con cianuro
Una mujer estadounidense alojada también en el hotel es la principal sospechosa
En un escenario que parece sacado de una moderna versión asiática de la célebre novela «Diez negritos» de Agatha Christie, el prestigioso hotel de cinco estrellas Grand Hyatt Erawan, ubicado en el corazón de Bangkok, ha sido testigo de un misterioso y trágico suceso. Seis personas han perdido la vida, entre ellas la presunta autora del supuesto crimen, quien, en un aparente acto de desesperación motivado por deudas, acabó con la vida de sus compañeros de suite utilizando una dosis letal de cianuro.
El inquietante y macabro descubrimiento tuvo lugar el martes, alrededor de las 17.30 horas locales, en la habitación 502 del reconocido complejo ubicado en una concurrida zona céntrica de la capital tailandesa, repleta de comercios y edificios gubernamentales. El personal de limpieza descubrió los seis cadáveres al percatarse de que los huéspedes no habían realizado el registro de salida a la hora prevista.
Se trata de Sherine Chong y Dang Hung Van, una pareja con nacionalidad estadounidense, mientras que los otros cuatro –Thi Nguyen Phuong y su marido Hong Pham Thanh así como Thi Nguyen Phuong Lan y Dinh Tran Phu– eran vietnamitas. Al parecer, los familiares de las víctimas explicaron a los investigadores que Chong se había enzarzado en una disputa legal con los otros cinco después de instarlos a invertir en varios proyectos de construcción, según declaró el general de división de la policía Nopasilp Poonsawat. Un matrimonio de entre las víctimas mortales, propietarios de una empresa constructora, había invertido unos 278.000 dólares en la construcción de un hospital en Japón, y amenazó con demandar a Chong si el proyecto no avanzaba.
Este lunes a las 14.00 horas, el grupo de turistas se reunió en la habitación de la quinta planta para pedir comida y té. Uno de los camareros del servicio de habitaciones informó a la policía de que se había ofrecido a servir él mismo la bebida, pero la señora Chong se negó. «Hablaba muy poco y estaba visiblemente estresada», relató. Las fuerzas del orden concluyeron que después del mozo en cuestión nadie más entró en la estancia. Es más, la puerta de entrada no mostraba signos de haber sido forzada y la alcoba estaba en perfecto orden. Entre los cadáveres, cuatro se encontraban en el salón y dos en un dormitorio. Por su parte, el teniente general Thiti Sangsawang, jefe de la policía de Bangkok, declaró que dos de los cadáveres trataron de acceder a la puerta de la suite, pero parece que se desplomaron antes de conseguirlo.
Por el momento, la investigación sigue su curso.
Las sospechas iniciales de que se trataba de cianuro surgieron porque los cadáveres mostraban restos de esta sustancia química mortal y tenían los labios morados, un indicador clave de la falta de oxígeno. Las pruebas y la autopsia confirmaron posteriormente esta teoría, al hallarse esta sustancia en los cuerpos y en los termos y tazas de té. Mientras que las fotos de las secuelas de la escena muestran las tazas de porcelana blanca vacías, el festín de arroz frito y verduras estaba intacto, todavía envuelto en film transparente.
El jefe del departamento de medicina forense de la facultad de medicina de Chulalongkorn, Kornkiat Vongpaisarnsin, declaró en rueda de prensa que la sangre de los seis cadáveres estaba contaminada y que la tomografía computarizada no mostraba signos de traumatismo por objeto contundente, lo que reforzó la hipótesis de que habían sido intoxicados.
El cianuro es una sustancia química de acción rápida, muy tóxica y potencialmente mortal. Puede encontrarse en bajos niveles en la naturaleza y en los productos que se consumen, pero en grandes dosis resulta un veneno muy peligroso y se ha utilizado como agente químico de guerra por sus propiedades letales y de acción rápida. Las personas pueden exponerse a esta sustancia inhalando, absorbiéndola a través de la piel o ingiriendo alimentos o líquidos que lo contengan. Cuando se consume en grandes cantidades, puede provocar lesiones pulmonares, coma y muerte en cuestión de segundos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Incluso en dosis menores, es muy perjudicial, ya que provoca dolor en el pecho, náuseas, dificultad para respirar y vómitos.
Las autoridades tailandesas han querido asegurar a los visitantes internacionales que su país es un destino muy seguro. Sin embargo, el año pasado, el tiroteo de un chico de 14 años en un centro comercial de la capital provocó el espanto de muchos visitantes, especialmente chinos. Y es que Tailandia depende en gran medida del sector turístico, que representa alrededor del 20% de todos los puestos de trabajo y el 12% de la economía.
El primer ministro tailandés, Srettha Thavisin, visitó la escena del crimen y declaró este miércoles que el suceso «no ha sido un acto terrorista ni un fallo de seguridad», quien añadió que han contactado con las embajadas de Vietnam y Estados Unidos, y que agentes del FBI estadounidense estaban de camino para colaborar en las pesquisas.