Ejercicios militares
Así son los juegos de guerra de Taiwán para reforzar su defensa ante China
Un entrenamiento de defensa antiaérea obligará a los civiles a refugiarse en sus casas
Taiwán acoge esta semana ejercicios y simulacros militares que incluyen la defensa del principal aeropuerto internacional de la isla frente a un ataque, la detención de desembarcos anfibios y la garantía de que las rutas marítimas permanezcan abiertas, en respuesta a un bloqueo simulado por parte de China. Las maniobras anuales «Han Kuang» y «Wan An», que comenzaron ayer y se desarrollarán hasta el 29 de julio, además incluirán por primera vez simulacros de refugio y evacuación en distritos de toda la isla.
Las maniobras «Han Kuang», los mayores juegos de guerra taiwaneses, se celebran anualmente desde 1984 en forma de ejercicios con fuego real e informatizados, con el objetivo de garantizar la preparación para el combate ante una invasión china. Y es que, el gigante asiático no cesa de realizar prácticas de lo que sería bloquear Taiwán, con buques de guerra, aviones e incluso un portaaviones.
Por ello, Taipéi pretende reforzar la capacidad de respuesta ante dicho acoso, reducir el número de víctimas en caso de un posible ataque y aplicar las lecciones aprendidas de la guerra rusa en Ucrania. Con este objetivo, los responsables de las subdivisiones del cuerpo de defensa civil taiwanesa han estado trabajando con agentes de Policía para repasar los ejercicios de ataques aéreos, las directrices de evacuación y la preparación de suministros de emergencia y material médico.
Cabe destacar que el presidente chino, Xi Jinping, anunció poco después de asumir el poder un drástico programa de reforma militar, modernizando las armas y la tecnología y mejorando la organización, el adiestramiento y la preparación del Ejército Popular de Liberación (EPL). Su objetivo es «completar básicamente la modernización de la defensa nacional y el Ejército para 2035 y transformar plenamente las Fuerzas Armadas populares en fuerzas de categoría mundial para mediados del siglo XXI».
Además, la retórica de Xi ha despertado inquietud entre los taiwaneses. Durante varias visitas al Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación este pidió «mejorar la planificación de la guerra y el combate e intensificar el entrenamiento para aumentar las capacidades de las fuerzas para luchar y ganar». Y, aunque es posible que sus órdenes sobre cómo «planificar una acción bélica» tengan más que ver con el envío de un mensaje a su pueblo, Taiwán considera que no puede correr el riesgo de que Xi decida actuar de acuerdo con sus advertencias.
China reivindica que la isla democrática y autogobernada forma parte de su territorio. En particular, está recurriendo a las maniobras militares como herramienta para demostrar su poderío militar y señalar su voluntad y capacidad para «reunificarse». Estos ejercicios suelen servir además como táctica intimidatoria para advertir de las posibles consecuencias de acercarse a Estados Unidos.
«Los que juegan con fuego perecerán», advirtió el año pasado el presidente chino a su homólogo estadounidense, Joe Biden, subrayando la firme determinación china de oponerse a cualquier acción que pueda interpretarse como un apoyo a la independencia taiwanesa, así como a una amenaza sobre su propia seguridad. Entretanto, Taiwán está tratando de obtener de Washington sistemas nacionales avanzados de misiles tierra-aire (NASAMS, por sus siglas en inglés) para prepararse para su defensa, según declaró esta semana el ministro de Defensa taiwanés.
Además de poner a prueba los límites de la isla penetrando con frecuencia en su Zona de Identificación de Defensa Aérea y cruzando la línea mediana del estrecho, China ha desplegado en los últimos meses cazas y buques de guerra en la parte oriental de la isla.
Esta montañosa zona se considera un lugar clave para proteger a las fuerzas de la isla y alberga dos importantes bases aéreas. Por ello, durante los actuales simulacros se ampliará el despliegue de misiles antibuque y antiaéreos y añadirá ejercicios de aterrizaje y despegue en el aeropuerto civil del condado oriental de Taitung. «Los ejercicios en este aeropuerto civil ayudarán a aumentar la flexibilidad de la fuerza aérea, especialmente en caso de ataque a sus bases aéreas», declaró Su Tzu-yun, analista del Instituto de Investigación sobre Defensa y Seguridad Nacional (INDSR) de Taiwán. Añadió que, si se destruyen estas pistas, podrían utilizarse aeropuertos civiles como reserva.
Asimismo, el Ejército realizará entrenamientos en el mar y en las zonas costeras. El ministerio de Defensa taiwanés dijo que los militares llevarán a cabo un simulacro de desembarco antianfibio de dos días en tres áreas norteñas y que la marina realizará un ejercicio de guerra conjunta para simular la ruptura de bloqueos impuestos por fuerzas hostiles y mantener abiertas las rutas marítimas.
Junto al ejercicio «Han Kuang», se celebrará un entrenamiento de defensa antiaérea de cuatro días que obligará a la población civil a refugiarse en sus casas y a los conductores y pasajeros de automóviles a detener sus vehículos y refugiarse. Ayer, un simulacro de media hora de duración comenzó a las 13:30 horas con la activación de las sirenas antiaéreas en Taipéi, Nuevo Taipéi, Keelung, Taoyuan, Hsinchu y Yilan, donde además los residentes recibieron un mensaje de texto del Gobierno en sus móviles notificándoles un ensayo de ataques aéreos.
Este año, los gobiernos locales están obligados a poner a prueba el funcionamiento de los refugios y comprobar si los servicios públicos funcionan y si hay suministros suficientes, según el Ministerio de Defensa Nacional.
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