Bangkok
Arrecian las protestas tras la fallida moción de censura en Tailandia
Miles de manifestantes intensificaron hoy el asedio de decenas de ministerios y oficinas gubernamentales en Bangkok y otras provincias de Tailandia tras el fracaso de la moción de censura contra la primera ministra, Yingluck Shinawatra.
La jefa del Ejecutivo fue respaldada con 297 votos a favor y 134 sufragios en contra en la Cámara Baja del Parlamento gracias a la amplia mayoría de la que dispone su partido político, Puea Thai (De los tailandeses).
Tras la votación, Yingluck reiteró su llamamiento al diálogo y pidió a los manifestantes el fin de las protestas, al tiempo que acusó a sus líderes de buscar una salida antidemocrática a la crisis.
"El Gobierno no quiere entrar en este juego político porque de hacerlo se resentirá la economía y el país", dijo Yingluck en un mensaje televisado después de superar la moción presentada por el Partido Demócrata, que la acusó de amparar la corrupción y hundir la economía.
La mandataria instó a los manifestantes a regresar a sus casas y a sentarse a negociar una solución con el Gobierno, y solicitó a la comunidad internacional que tenga confianza en Tailandia y la capacidad del Ejecutivo para alcanzar una salida pacífica.
Desde hace varios días el ex viceprimer ministro Suthep Thaugsuban, líder de las protestas, denuncia que la jefa del Gobierno ha perdido la legitimidad por la corrupción y exige la creación de un consejo extraordinario para salir de la crisis.
Suthep, que renunció recientemente como parlamentario del Partido Demócrata, propone que este consejo esté formado por representantes de los sectores sociales y económicos del país y que se creen organismos para garantizar el control de las instituciones, antes de volver al sistema electoral.
"El pueblo no abandonará hasta que el poder vuelva a sus manos", dijo desafiante, al tiempo que se declaró dispuesto a morir en las protestas.
El exdiputado demócrata asegura que su objetivo es acabar con el "régimen de Thaksin", el hermano de la primera ministra al que acusa de dirigir el país desde el exilio.
Los principales campamentos de los manifestantes, agrupados bajo "Movimiento Civil para la Democracia"de Suthep y otros grupos antigubernamentales, se concentran en torno al Monumento de la Democracia y en el Ministerio de Finanzas.
También hay concentraciones frente a otra docena de ministerios y oficinas gubernamentales en Bangkok y otras provincias, sobre todo en el sur del país donde el Partido Demócrata destaca.
Los manifestantes cortaron hoy el suministro eléctrico de la sede de la Policía Nacional en Bangkok y continuaron, por segundo día, con la ocupación del complejo gubernamental de Chaengwattana, aunque la mayoría de las oficinas continúan en funcionamiento.
"Thaksin, con todos sus millones, se aprovecha de las clases medias y utiliza su dinero para comprar a los más pobres. Así es como llegó al poder. Luego trajo toda la corrupción para él y su familia", afirmó una manifestante en Chaengwattana.
En el lugar, miles de personas con banderas de Tailandia hacían sonar sus silbatos de forma ensordecedora y gritaban consignas en contra de la primera ministra y su hermano, quien fue derrocado en un golpe militar incruento en 2006 y ahora vive en el exilio.
La Policía tiene órdenes de evitar la violencia, hasta el punto de que los manifestantes han ocupado sin encontrar resistencia varios recintos gubernamentales, aunque no han provocado destrozos ni entrado dentro de las oficinas.
Así, las protestas han sido pacíficas hasta el momento, excepto por el lanzamiento de un explosivo casero que no causó daños y tres manifestantes antigubernamentales heridos tras una trifulca con miembros de los "camisas rojas", los seguidores de los Shinawatra que se encuentran congregados en un estadio en las afueras de la capital.
Desde 2006, Tailandia vive una profunda crisis política que cada uno o dos años desemboca en manifestaciones de partidarios o detractores de Thaksin que han provocado decenas de muertos e importantes pérdidas económicas.
Thaksin, sobre el que pesa una condena de dos años de cárcel por corrupción si vuelve a Tailandia, cuenta con amplios apoyos en las regiones rurales del noreste y sus opositores representan en su mayoría a las clases media y alta de Bangkok y la élite cercana al Ejército y la monarquía.
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