Antigua URSS

Armenia y Azerbaiyán se sientan para dibujar su frontera: 6 claves para entender este "conflicto congelado"

Solo 12 de los 1.007 kilómetros que separan a las dos ex repúblicas soviéticas están delimitados. El conflicto de Nagorno-Karabaj sigue siendo una herida abierta

Azerbaiyán lanza una "operación antiterrorista" en Nagorno Karabaj
Soldados en una operación militar de Azerbaiyán en Nagorno-KarabajEuropa Press

Armenia y Azerbaiyán se han puesto esta semana manos a la obra para hacer algo tan elemental como pintar su frontera común. En concreto, 1.007 kilómetros de separación que, aunque parezca increíble, sigue en disputa y que ha sido fuente de innumerables enfrentamientos y tensiones en uno de los patios traseros de la antigua URSS. La culpa, precisamente, la tienen la antigua federación soviética y un territorio que sigue de actualidad décadas después: Nagorno-Karabaj.

Para ayudar a entender esta herida abierta, aquí van cinco claves que explican el contexto y las consecuencias de esta disputa:

1. Una frontera de más de mil kilómetros

La delimitación de esta frontera común comenzará a hacerse de norte a sur desde la frontera con la vecina Georgia, en un punto en el que confluyen estas tres antiguas repúblicas soviéticas. Desde ahí se seguirá el trazado hasta llegar a la frontera de Irán.

Solo 12 de estos 1.007 kilómetros de separación están ya delimitados, en unos trabajos que se realizaron en abril de 2024. Entonces, se acordó delimitar la frontera de acuerdo con la existente al momento de la desintegración de la Unión Soviética.

2. El origen de todas las disputas

Los problemas en la frontera entre Azerbaiyán y Armenia están relacionados principalmente con un conflicto territorial y étnico sobre la región de Nagorno-Karabaj y áreas circundantes, que se atribuyen como propia ambas partes y que cada cierto tiempo se reaviva.

Nagorno-Karabaj es una región montañosa dentro de Azerbaiyán pero poblada mayoritariamente por armenios étnicos. Durante la era soviética, se convirtió en una región autónoma dentro de Azerbaiyán.

Tras la disolución de la URSS, los habitantes armenios de Nagorno-Karabaj declararon su independencia con el apoyo de Armenia, lo que llevó a una guerra a gran escala (1988-1994).

3. Una guerra larvada en la actualidad

El frágil alto el fuego se rompió en 2020, cuando Azerbaiyán lanzó una ofensiva militar respaldada por Turquía, que le permitió recuperar gran parte del territorio perdido, incluido el acceso estratégico a Shusha, una ciudad clave en Nagorno-Karabaj.

La guerra terminó con un acuerdo mediado por Rusia, mediante el cual Armenia aceptó retirar sus fuerzas de las áreas ocupadas fuera de Nagorno-Karabaj, pero no resolvió el estatus político de la región.

Dos años después, Bakú bloqueó el llamado corredor de Lachín, una ruta de conexión de gran importancia. Y vuelta a empezar.

4. Un problema humanitario

Como consecuencia de esta situación, los mayoritarios armenios de Nagorno-Karabaj sufren las consecuencias de los bloqueos y restricciones impuestos por Azerbaiyán, lo que es una fuente permanente de preocupación por el riesgo a que se desate una crisis humanitaria.

5. Un escenario del pulso de dos grandes potencias

Para desgracia de ambos países, en el trasfondo hay una lucha de mayor envergadura. Turquía apoya a Azerbaiyán, mientras que Rusia está de lado de Armenia, cuya población fue víctima de un genocidio por parte de Ankara que no puede olvidar.

6. Un conflicto congelado

El de Armenia y Azerbaiyán es un ejemplo de tantos “conflictos congelados” derivados de la abrupta desintegración de la Unión Soviética, un desmantelamiento sin un plan trazado que dejó al descubierto las tensiones, en algunos casos muy violentas, entre nuevos países que antes eran repúblicas de una entidad mayor.

Otros ejemplos son los de Abjasia y Osetia del Sur, dos regiones con un fuerte movimiento separatista de Georgia; Transnistria, una región que busca también la independencia, en este caso de Moldavia; o uno de triste actualidad, el de Crimea y la región de Donbás, en Ucrania e invadidas ahora por Rusia.