Guerra Fría
La visita de Yellen a Pekín aspira a reactivar el diálogo económico entre EE UU y China.
La visita se produce días después de que Pekín haya impuesto drásticas medidas a la exportación de los metales para la fabricación de chips
La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, inició el jueves una visita de cuatro días a Pekín, con la que se pretende recalibrar los lazos entre las dos mayores economías del mundo, sumidas en una profunda confrontación. No obstante, ambas partes tienen escasas expectativas depositadas en esta gira. Mientras Pekín desea más diálogo para mejorar las relaciones económicas, ha admitido que ambas partes han priorizado la salvaguarda de su propia seguridad nacional sobre los vínculos económicos.
Según la prensa estatal china, Yellen fue recibida por funcionarios chinos encabezados por Yang Yingming, director general del Departamento de Cooperación Internacional del Ministerio de Finanzas de China, así como por el Embajador de Estados Unidos en China, Nicholas Burns, en el Aeropuerto Internacional de Pekín Capital. En su primer "tour" como secretaria del Tesoro por Pekín, se espera que se reúna con el nuevo viceprimer ministro chino, He Lifeng, un estrecho aliado de Xi. La secretaria del Tesoro se entrevistó con el predecesor de He, Liu He, en Suiza en enero, durante la cual se comprometieron a mejorar la comunicación y gestionar la competencia para evitar entrar en conflicto.
Retrasada primero por la covid-19 y luego por disputas diplomáticas, la visita de Yellen a Pekín es parte de un esfuerzo por empezar a reparar sus relaciones económicas, mientras ambos países tratan de navegar por el panorama post-pandémico y evitar grandes desaceleraciones en sus respectivas economías.
La visita se produce pocas semanas después de que el secretario de Estado, Antony Blinken, viajara también a China por primera vez desde el inicio de la Administración Biden, en el marco de un esfuerzo por recomponer sus vínculos, que no han dejado de deteriorarse en varios frentes. En principio, el desplazamiento de Blinken estaba previsto para febrero, tras la reunión que mantuvieron Biden y Xi Jinping el pasado noviembre, en Indonesia. Pero el Departamento de Estado pospuso el viaje en medio de una intensa tormenta política provocada por el descubrimiento de un supuesto globo espía chino flotando sobre Estados Unidos. A raíz de ello, el gobierno de Biden también congeló los esperados viajes de Yellen y de la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.
Diálogo para evitar el conflicto
En su último encuentro, las potencias acordaron que su rivalidad no debería derivar en conflicto, en medio de una congelación de las conversaciones entre sus ejércitos. Estas misiones se consideran cruciales para mejorar la comunicación y preceden a un posible encuentro entre el presidente Joe Biden y Xi en la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, prevista para noviembre en San Francisco.
El periplo de Yellen se inició además pocos días después de que China impusiera drásticas restricciones a la exportación de metales para la fabricación de chips y sus compuestos, intensificando así la guerra tecnológica de Pekín con Washington y Europa.
Se espera que la funcionaria estadounidense intente persuadir a los funcionarios chinos de que los esfuerzos de EE UU por negar a China el acceso a ciertas tecnologías de vanguardia sólo pretenden proteger la seguridad nacional y abordar las preocupaciones por los derechos humanos, en lugar de obtener una ventaja económica. A su vez Yellen insistirá en la necesidad de que ambos países trabajen juntos para abordar problemas globales como el cambio climático y la carga de la deuda de muchos países en desarrollo, e intentará mitigar las preocupaciones sobre la posibilidad de una ruptura total de los lazos comerciales y económicos entre Estados Unidos y China.
El pasado lunes, Yellen se reunió con el nuevo embajador de China en Estados Unidos, Xie Feng, en lo que el Departamento del Tesoro describió como una "conversación franca y productiva". El embajador chino instó a EEUU a "prestar mucha atención" y a avanzar para abordar las principales preocupaciones chinas en materia económica y comercial. “Los aranceles comerciales impuestos por la administración Trump y las sanciones contra empresas chinas son las mayores inquietudes del país”, dijo Wu Xinbo, especialista en estudios estadounidenses de la Universidad de Fudan y conocedor del pensamiento de Pekín.
Seguridad nacional vs comercio
Analistas chinos han declarado a los medios de comunicación estatales que el discurso de Yellen de abril, en el que situaba la salvaguarda de los intereses de seguridad nacional de EE UU y sus aliados como el principal pilar de la política económica de EE UU con China, no inspira optimismo de cara a las reuniones de estos días. Asimismo, el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Nanjing, Zhu Feng, declaró al diario Global Times que el reciente énfasis de Yellen sobre la seguridad nacional, apuntaba a la improbabilidad de que Washington detuviera la "supresión económica y tecnológica" de China.
El Ministerio de Comercio chino anunció el lunes que a partir del 1 de agosto establecerá límites a la exportación de dos metales raros -germanio y galio- necesarios para producir semiconductores y vehículos eléctricos. Según la Alianza de Materias Primas Críticas, este país produce el 80% del galio y el 60% del germanio del mundo. El ministerio chino señaló que las exportaciones sólo se permitirán si estos reciben licencias del ministerio, y un ex alto asesor comercial chino advirtió de que los controles comerciales establecidos por China son "sólo el principio" de sus planes económicos.
Además, el ex viceministro de Comercio, Wei Jianguo, declaró el miércoles al diario gubernamental chino "China Daily" que Pekín está dispuesto a imponer restricciones comerciales adicionales a dichos metales, si Estados Unidos golpea a China con restricciones tecnológicas más duras. "Esto es sólo el principio de las contramedidas, y la caja de herramientas tiene muchos más tipos de medidas disponibles", dijo Wei, quien añadió que "si las restricciones de alta tecnología a China se endurecen en el futuro, las contramedidas también se intensificarán".
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