América Latina
La selva del Darién, un infierno para los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos
Constituye uno de los pasos más peligrosos del mundo y una barrera casi insuperable. Sin preparación adecuada ni atención médica los migrantes carecen del equipo necesario para sobrevivir
La selva del Darién es una tierra con varios dueños que no le pertenece a nadie. Y, para muchos migrantes, cruzarla es un verdadero infierno en el que ponen en riesgo sus vidas con tal de tener la posibilidad de un futuro mejor para ellos y sus familias.
Se trata de un territorio que conecta a Panamá con Colombia y a América Central con Sudamérica. Es también una de las zonas más peligrosas de la región y, por lo tanto, también de las más difíciles para transitar.
En 2022 pasaron por allí unas 250.000 personas, es decir, unos 117.000 más de lo registrado oficialmente durante 2021, según cifras del Gobierno de Panamá. La estadística revela que, de la cifra de 2022, unos 150.327 eran de nacionalidad venezolana. En el total también hay ecuatorianos, cubanos, haitianos, asiáticos y africanos.
De enero a agosto de este año, la cifra de migrantes que ha cruzado el Darién superó los 330.000 personas, según la ONU, siendo la quinta parte de ellos menores de edad.
En el camino, muchos de ellos pierden la vida y familias enteras terminan separadas. Los registros de muertes rondan las 36 para el año anterior. Al menos nueve serían de menores de edad.
El cruce a la espesa selva se realiza por al menos tres rutas. En Colombia, desde Necoclí, Antioquia, para llegar a Acandí o Capurganá, en el departamento del Chocó. En esa zona algunos toman lanchas a un corregimiento de Panamá denominado Calidonia, y después hasta la capital del país. Más tarde continúan su recorrido, pasando por Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México, hasta la frontera con EE UU.
Otra ruta conocida y que, según fuentes locales, es también utilizada actualmente, es la que pasa por Carreto en Panamá. Es una de las más peligrosas y difíciles. Los migrantes salen desde Capurganá hasta Carreto. Cruzan caminos, selva, ríos y montañas.
Por último, está la ruta que por estos días es la más utilizada. En ella, los migrantes llegan hasta el Chocó desde Necoclí. De allí son transportados en lanchas hasta Acandí, posteriormente llegan a un primer refugio y luego a Las Tecas, la denominada "Puerta del Darién".
Los menores en el Darién
El paso de los menores por la selva del Darién es dramático. Los niños también son migrantes y se desplazan centenares en compañía de sus padres, otros familiares o conocidos. Es una travesía que, si para los adultos es difícil, para los más pequeños lo es mucho más.
Sufren la inclemencia del clima y el rigor de la selva, además de las picaduras de los insectos, la humedad, el peligro inherente al cruce de ríos y montañas, la falta de agua y la poca alimentación.
De acuerdo con UNICEF, "es alarmante que solo en la primera mitad de 2023 hayan cruzado más niños, niñas y adolescentes la peligrosa selva del Darién entre Colombia y Panamá que durante todo el año pasado. En los primeros seis meses de este año, más de 40.000 niños, niñas y adolescentes ya han realizado el peligroso viaje a través del tapón de Darién".
Agregan que "la mitad de estos niños y niñas en movimiento tienen menos de cinco años y tienen necesidades específicas". En la travesía, tanto los menores como sus padres enfrentan una travesía donde pueden perder sus pertenencias, sus documentos y su dinero. Muchos se quedan prácticamente sin nada, solo con lo puesto.
En este caso, para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, "la dinámica en evolución de la situación migratoria en la región exige una respuesta integral, transfronteriza y multidireccional que asegure el interés superior del niño".
El Fondo también recuerda que "independientemente de las razones por las que abandonaron el hogar o de su situación legal, los niños y niñas tienen derecho a estar protegidos en todo momento".