430.000 millones
Biden logra aprobar la reforma económica estrella de su mandato
Ambas Cámaras dan luz verde a una ambiciosa ley climática, sanitaria y fiscal con la que el presidente de EE UU espera recuperar el favor de las clases medias
Los demócratas conseguían por unanimidad sacar adelante la ley fiscal, climática y sanitaria en ambas Cámaras del Congreso, que pretende reducir la inflación en EE UU. De ahí el nombre oficial de la norma. Si la Administración Biden consigue bajar la inflación, aumentará con toda probabilidad el ansiado índice de aprobación del presidente estadounidense. Su popularidad, como inquilino de la Casa Blanca, es una de las más bajas de la historia reciente y se ha mantenido bajo mínimos desde que tomó posesión del cargo el 20 de enero de 2021.
La conocida como Ley Fiscal, Climática y Sanitaria, impulsada en el Capitolio esta semana antes de la firma del presidente, destinará 430.000 millones de dólares para luchar contra el cambio climático, la reducción del precio de los seguros médicos, de los medicamentos y de la energía, así como la subida de impuestos a empresas y grandes fortunas.
Algunos de esos cambios tardarán todavía en llegar. Pero lo cierto es que los demócratas se felicitaban de manera anticipada recalcando que es el mejor avance en los últimos 30 años. La norma superó, en primer lugar, el más complicado trámite del proceso: el visto bueno del Senado. La votación salió adelante la semana pasada gracias al desempate de la vicepresidenta Kamala Harris. Los 50 senadores demócratas habían igualado a sus rivales republicanos en la votación, que finalmente lograron anotarse a su favor.
«Me presenté a la presidencia para que el Gobierno volviera a trabajar para las familias trabajadoras», escribió Biden hace unos días al saber que su ley climática, sanitaria y fiscal había superado la votación del Senado. «Celebramos esto. La Ley de Reducción de la Inflación será nuestra mayor inversión en acción climática hasta la fecha, con más de 370.000 millones de dólares invertidos en la construcción de cosas, como vehículos solares, eólicos y eléctricos para reducir la contaminación», añadía la vicepresidenta Harris.
Si el mandato de Barack Obama se caracterizó por su novedoso sistema de salud pública, el «Obamacare», ahora los demócratas aspiran a catapultar esta ley como la mayor reforma en el sistema sanitario de los últimos años. El proyecto contempla, además, extender hasta 2025 la cobertura sanitaria y hacerla más asequible para los pacientes. «Medicare», el seguro médico para mayores de 65 años, podrá negociar los precios de los medicamentos con prescripción médica. Acorde a la nueva medida, esta plataforma sería la encargada de negociar los precios de las medicinas directamente con las compañías farmacéuticas, liberando al Gobierno Federal de un margen de ahorro de cerca de 288.000 millones de dólares.
Presupuesto que incluye el uso de las vacunas gratuitas para adultos mayores, que verán limitados sus recetas médicas a 2.000 dólares mensuales en gastos personales. Los enfermos de diabetes también se beneficiarán de un cambio sustancial: las dosis de insulina no podrán costar más de 35 dólares.
Para la del ayer en la Cámara de Representantes, el siguiente y definitivo paso previo a la ratificación de la firma presidencial, no se esperaban sorpresas. La mayoría demócrata de la Cámara Baja daba por garantizado el éxito, anticipando así un nuevo impulso en beneficio del Partido Demócrata de cara a las próximas elecciones legislativas de noviembre.
El presidente se anota así un gran tanto a su favor, una importante victoria personal para Joe Biden, pero también para su Administración. La aprobación de la Ley de la Reducción de la Inflación supone cambios trascendentales en diversas materias que permiten al presidente seguir impulsando las prioridades de su agenda y, con ella, sus promesas electorales pero ni siquiera los buenos resultados económicos en materia de empleo –medio millón de estadounidenses se sumaban este mes a la población activa– le están ayudando a remontar su debilidad imagen.
Aunque este ha sido un buen mes para Biden, tal vez el más dulce de su presidencia hasta ahora. En Kansas, uno de los Estados más conservador del país y donde no se han votado a ningún candidato demócrata en unas elecciones presidenciales desde hace más de medio siglo, la población se posicionó mayoritariamente en contra de la propuesta republicana en referéndum de imponer aún más restricciones al aborto.
En territorio internacional, la localización y muerte del líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri, en Kabul, ha ayudado a reforzar el liderazgo de Biden en el exterior, debilitado por los efectos de la caótica retirada definitiva de las tropas estadounidenses en Afganistán hace justo ahora un año, poniendo fin a dos décadas de guerra, la más larga de la historia de Estados Unidos.
El resultado de la votación de la ley de la inflación tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes es, sin duda, un refuerzo a nivel político para los demócratas de cara a las «midterms», donde se juegan un necesario control de ambas Cámaras del Congreso. Las elecciones renovarán la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado de EE UU.
El optimismo se ha apoderado esta semana de los demócratas, que ya anticipan la posibilidad de conseguir nuevos escaños en las próximos elecciones, tal y como daba a conocer el líder del Senado, Chuck Schumer, en un gesto de reforzada confianza de los liberales. Aunque gozan de mayoría en la Cámara Baja, la ajustada diferencia con sus rivales republicanos les obliga a no bajar la guardia porque tradicionalmente la formación política que ocupa la Casa Blanca tiene todas las de perder en la contienda legislativa de mitad de mandato.
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