Crisis petroleo
Maduro gana en la invasión de Ucrania
La venta de crudo le permite sentarse a negociar con Estados Unidos. El pragmatismo se impone en la agenda política
Por más inverosímil que parezca, Nicolás Maduro saca ventaja de la invasión a Ucrania por parte Rusia. Concretamente, ha logrado sentar a la administración Biden en el Palacio de Miraflores. Desde que el fenómeno Guaidó comenzó en 2019, el chavismo ha intentado acercarse al gobierno norteamericano con el propósito de impedir y, posteriormente, relajar las sanciones impuestas a lo largo de estos tres años.
El pragmatismo de los norteamericanos es una práctica habitual. En el mismo momento en el que Biden decidía prohibir todas las importaciones del gas y el petróleo ruso, dos altos representantes de la Casa Blanca negociaban con Maduro en persona: venta de crudo a cambio de flexibilizar las sanciones.
Juan Guaidó, por su parte, sigue siendo reconocido por los Estados Unidos como presidente interino del país. En consecuencia, dicha reunión significa una gran contradicción de Biden. Resulta incomprensible que mientras el FBI, por ejemplo, ofrece recompensa de 15 millones de dólares por Maduro y parte de su séquito, dos representantes del presidente norteamericano negocien con el chavismo.
Como era de esperase, el discurso de Maduro sobre la guerra ha cambiado en cuestión de horas. Hace días expresaba “estar preocupado” cuando, inicialmente, el apoyo a la invasión resultaba contundente. Nuevamente, el pragmatismo, esta vez del chavismo, se ha impuesto en la agenda política.
Además de liberar a algunos presos, es probable que Maduro vuelva a la mesa de diálogo en México muy pronto. Faltará ver si este reequilibrio de fuerzas ancla más al chavismo en el largo plazo o se trata, simplemente, de un escollo que los norteamericanos han decidido resolver con una muestra de acercamiento muy concreta a Caracas. Sin duda, para Maduro y sus acólitos esta ha sido una batalla ganada.
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