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Alexander Stubb: «Debemos entender el miedo de los europeos a perder su empleo y su identidad»
Ex primer ministro finlandés, Alexander Stubb (Helsinki, 1968) compite contra Manfred Weber como candidato del PPE en las elecciones europeas
Alexander Stubb (Helinski, 1968) puede presumir de una dilatada experiencia política a pesar de su juventud. Ha sido primer ministro en su país desde 2014 a 2015, ministro de Exteriores y de Economía. Todo indica que la política nacional se le ha quedado pequeña y quiere pelear por un puesto en la UE. Por eso, ha decidido solicitar una excedencia en su puesto de vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones para disputar la candidatura a presidente de la Comisión Europea a Manfred Weber dentro del Partido Popular Europeo. Medirse con el favorito de Ángela Merkel demuestra hasta qué punto llega su ambición. Los rumores también le sitúan como posible sustituto de la alta representante Federica Mogherini. Recibe a la Razón en una sala del Parlamento Europeo mientras apura un Red Bull a las nueve de la mañana. Quizás sea una metáfora fácil, pero Stubb pretende dar alas a un proyecto de integración europeo con síntomas de grave cansancio.
Empecemos por la actualidad. ¿Qué debe hacer la Comisión Europea con los presupuestos italianos y el desafío de un gobierno populista?
Primero, el papel de la Comisión Europea es ser la guardiana de los Tratados. Segundo, tengo experiencia de primera mano en este ámbito porque en 2015 en Finlandia estuve en Gobierno con los Verdaderos Finlandeses y acabamos llevándolos a la muerte. Fueron a la campaña electora con tres promesas: nada de austeridad, nada de dinero a Grecia y nada de inmigración. No pudieron cumplir estas promesas, su popularidad cayó y tuvieron que abandonar el Gobierno. Así que sé cómo afrontar el populismos. En cuanto a Salvini, hay que dialogar, mantener el diálogo y explicar por qué estas medidas son importantes. España, Irlanda y Portugal tuvieron que tomar decisiones en momentos difíciles. En ese sentido hay dos cosas que hay que tener en cuenta: es necesaria la solidaridad pero también hacer todo lo posible por mantener las normas. El problema de Italia ahora mismo es que ellos no están en problemas a no ser que ellos mismos se metan en líos prometiendo demasiadas cosas. Un país con un 140% de endeudamiento y que en un momento de buena marcha económica decide una política expansionista con un déficit público del 2.4% durante tres años... Creo que esto es inaceptable.
¿Y cómo convencer a Italia en el flanco migratorio?
La gente debe entender que el principal problema se centra primero en los países de entrada como España, Grecia y Portugal y ahora el país que atraviesa una situación más complicada es España. Hay tres propuestas en mi programa: centros de asilo fuera de la UE (probablemente en Marruecos), una guardia costera europea de 10.000 efectivos y cuotas para los demandantes de asilo. Necesitamos solidaridad tanto en el ámbito económico como en el migratorio, pero especialmente en este último.
En los últimos años han arreciado las críticas a gobiernos del Partido Popular y también a la Comisión Europea. Se les acusa de haber adoptado los postulados de la extrema derecha en el ámbito migratorio.
Depende de cómo se mire. En el tema migratorio debemos tener un gran corazón, pero también un corazón frio. Tenemos que acoger a los demandantes de asilo por razones humanitarias pero también debemos tener soluciones prácticas. Por eso me refiero al corazón frio supone que hay que encontrar soluciones prácticas. El acuerdo con Turquía ha dio bien y debemos mantener este tipo de acuerdo con otros países como Turquía, Marruecos y Egipto y también incrementar el comercio y la inversión con África. En el Partido Popular Europeo tenemos a gente que ha sido muy dura en el tema migratorio, es cierto. Yo no lo comparto.
Le tengo que preguntar por Viktor Orban. ¿Debe seguir su partido dentro de las filas populares?
La principal razón por la que decidido embarcarme en esta campaña es la defensa de los valores. Eso el que nos une como europeos, la razón por la que Finlandia y España nos queremos. Porque compartimos valores como la defensa de los derechos humanos y el Estado de Derecho. Tengo una tolerancia cero con la intolerancia. Tras la activación del artículo 7 contra Hungría, he propuesto mantener un diálogo con Orban y después negociar una declaración vinculante que exija respeto a esos valores. Si Orban no admite ese compromiso, debe irse.
¿No se ha actuado demasiado tarde?
Sí, deberíamos haber sido más duros y haber actuado antes. Está absolutamente claro. Ciertas líneas no deberían haberse franqueado. Los valores están en el centro de mi campaña. Están en peligro en EEUU, China y Rusia fuera del territorio europeo. Dentro de nuestras fronteras, en Polonia, Italia, Hungría, Rumanía, asesinatos es Eslovaquia. ..No es admisible que tres periodistas hayan sido asesinados en la UE en el último año. Debemos reaccionar
¿En qué se diferencia usted de su contrincante, Manfred Weber?
Sobre todo en diferencias de personalidad y experiencia. Los dos empezamos en el Parlamento Europeo en 2003, pero yo después pasé al gobierno de mi país como ministro de Exteriores, Finanzas y primer ministro. Ahora trabajo en el Banco Europeo de Inversiones. En cuanto a personalidad, quiere representar a una nueva generación de líderes y en eso basaré mi campaña
Tanto Jean Claude Juncker, actual presidente de la Comisión Europea como su predecesor José Manuel Durao Barroso pertenecen a su partido. ¿Con cuál se siente más identificado?
Probablemente una combinación de los dos. Me gustan los dos. A José Manuel lo conozco muy bien, me gustaba mucho. Juncker es muy pro- europeo, al igual que yo. Una combinación de los dos, pero más joven y espero que más fresco.
Defíname lo de fresco.
Quiero ser el primer presidente digital de la Comisión Europea. Entiendo los desafíos como la robotización, inteligencia artificial y en resumen, la revolución tecnológica. Tengo dos hijos adolescentes que me mantienen al tanto, pero es también una forma de vida. La tecnología es nuestro futuro y seré un presidente digital. La revolución digital cambiará la economía y el trabajo, la política, los medios de comunicación y la ciencia. Estos próximos cinco años y más allá van a ser muy importante encontrar soluciones europeas. Esta revolución es muy disruptiva, todo va muy rápido, no es cómo las revoluciones anteriores. Debemos actuar para ayudar a la gente a formarse y encontrar nuevos trabajos. No podemos ceder a las dictaduras digitales en la forma de fake news. Tendremos que tomar muchas decisiones.
Sabe que mucha gente está asustada por este cambio tecnológico. Estos miedos dan votos a partidos populistas de derecha e izquierda.
Por supuesto, hay que coger el todo por los cuernos. No sé si esta expresión se utiliza en España. Tenemos que entender que la gente esté asustada por su futuro. Hay dos motivos del miedo: la inmigración y la tecnología. La gente tiene miedo de perder su trabajo y de perder su identidad. Entiendo ese miedo. Hay que empezar a trabajar y encontrar medidas de transición de una forma positiva, también nos enfrentaremos a nuevos dilemas éticos. La ciencia nos ayuda y la tecnología nos ayuda, aunque nuestro trabajos vayan a desarrollarse de manera diferente. Por ejemplo, escribir una pieza periodística puede ser realizado por la inteligencia artificial.
¡No me diga eso!
(Risas) Bueno quizás no una larga entrevista como ésta... No se trata de ser sustituidos por los robots sino de humanos cooperando con robots, vamos a llamarlo “co-bots”. Es también una oportunidad. Muchas de la labores que ahora hacemos serán realizada por robots, pero lo que nos distingue a los humanos es la empatía. Es una transición difícil pero hay que abordarla. La solución no es dar la espalda a la tecnología.
Pablo Casado ha participado en varias reuniones del Partido Popular Europeo. ¿Qué le parece?
Me gusta mucho, creo que es la próxima generación. Es incluso más joven que yo. Creo que en política es muy importante apelar a la imaginación y dar un mensaje de esperanza en vez de miedo y odio. Casado es muy bueno en eso. Soy un gran fan de Casado.
Si es el próximo presidente de la Comisión Europea, ¿cuál será la respuesta al desafío catalán?
Creo que la línea del Partido Popular es clara. Es un asunto interno de España. Tengo una cero tolerancia con el nacionalismo ya sea local o nacional. Seguiré la línea dura de hasta ahora. España es para mí un país como Finlandia.
No facilitaría entonces ningún tipo de intermediación por parte de la CE
No, no sería mi trabajo. Es un asunto interno.
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