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Abdelhamid Abaaoud, el cerebro del 13-N, muerto en Saint-Denis
Abdelhamid Abaaour, el presunto cabecilla de los atentados de París, ha sido "formalmente identificado", ha señalado la Fiscalía
La Fiscalía ha confirmado este jueves la muerte de Abdelhamid Abaaoud, el islamista belga al que se considera el cerebro de los atentados de París del viernes en los que murieron 129 personas. El miliciano de Estado Islámico ha sido "formalmente identificado"como uno de los dos terroristas muertos en la operación policial de ayer en Saint-Denis.
Todavía bajo el impacto del 13-N, Francia halló hoy cierto motivo de alivio al conocer que el hombre que organizó los atentados de París y que presumiblemente planeaba volver a golpear al país cayó ayer en la operación antiterrorista de Saint Denis. Acribillado hasta hacerlo irreconocible, el cadáver de Abdelhamid Abaaoud apareció entre los escombros de la batalla campal que se libró en un apartamento de la periferia parisina durante siete horas.
Solo las huellas dactilares permitieron identificarlo. Su descomposición era tal que la Fiscalía ni siquiera pudo precisar si había detonado su chaleco de explosivos para suicidarse.
El fiscal, François Molins, había anunciado ayer que el hombre no estaba entre los detenidos, pero dejó abierta la posibilidad de que fuese uno de los dos terroristas muertos en el asalto.
El otro, a falta de confirmación oficial, es el de una mujer suicida, identificada por los medios franceses como Hasna Aitboulahcen, supuestamente prima de Abaaoud.
Aunque el éxito de la operación de Saint Denis concedió una breve tregua, Francia se pregunta estupefacta cómo es posible que semejante número de yihadistas, decididos a morir matando, se infiltrasen en su territorio sin saltar las alarmas.
Los datos que se han conocido hasta ahora sobre el reciente periplo de Abaaoud entre Europa y Siria hablan de una libertad de movimientos asombrosa para una persona cuya implicación en los últimos atentados era de sobra conocida por los servicios franceses.
Este belga de origen marroquí, de 28 años, estaba detrás de "cuatro de los seis atentados evitados o fracasados desde primavera", reveló el ministro galo del Interior, Bernard Cazeneuve.
Su papel en los ataques coordinados del pasado viernes está fuera de toda duda -fue "determinante", según Cazeneuve-, pero falta por concretar exactamente en qué consistió.
El propio primer ministro, Manuel Valls, se refirió a él como "uno de los cerebros"de los ataques, pues "hay que ser particularmente prudente y conocemos las amenazas".
El cabecilla había sido ya condenado en Bélgica en rebeldía a 20 años de cárcel por su participación en el reclutamiento de yihadistas y era objeto de una orden de busca y captura internacional.
Entre otras acciones en Francia, se sospecha que Abaaoud tuvo relación con el oscuro intento de atentado cometido por Sid Ahmed Ghlam en abril pasado contra una iglesia en Villejuif, a las afueras de París, en la que murió una mujer.
Los servicios secretos franceses también lo relacionan con un yihadista arrestado en Francia a su vuelta de Turquía en 2015 y evalúan si fue el responsable intelectual del intento de atentado en un tren Thalys entre Amsterdam y París el pasado 21 de agosto, abortado gracias a la intervención de los pasajeros.
Las televisiones francesas repitieron hoy hasta la saciedad las abundantes imágenes que Abaaoud dejó en sus viajes a Siria, donde se labró una imagen legendaria entre la juventud en proceso de radicalización en Europa.
Presuntamente cercano a la cúpula del Estado Islámico (EI) y a su portavoz, Abu Mohammed al Adnani, el yihadista había comenzado su carrera criminal como la mayoría de los implicados en los atentados del 13-N: un delincuente común, un vulgar ratero, que se radicalizó en el distrito bruselense de Molenbeek.
Resulta sorprendente constatar la velocidad con la que todos ellos pasaron del trapicheo callejero al fanatismo religioso.
Su paso por Siria, datado por primera vez en 2013, le ofreció un altavoz desde el que llamar la atención, con aldabonazos mediáticos como la presentación de su hermano Younes, kaláshnikov en ristre a sus solo 13 años, como "el yihadista más joven".
Desde allí, se convirtió en uno de los principales captadores del grupo terrorista y, posteriormente, según todos los indicios, en una de sus manos más influyentes en Europa. Solo el lunes pasado, dos días después de los atentados que costaron la vida en París y en Saint Denis a al menos 129 personas, "un país no europeo"comunicó a Francia que había detectado la presencia de Abaaoud en Grecia.
Una refriega con más de 5.000 balas e incontables granadas acabó en la madrugada del miércoles en Saint Denis con su carrera de terror.
El diario estadounidense 'Washington Post' ya había anunciado ayer la muerte de Abaaud, pero las autoridades francesas no lo habían confirmado hasta ahora.
Son varias las pistas que llevaron a las fuerzas de élite galas y las brigadas especiales antiterroristas al número 8 de la rue Corbillon donde se encontraba el piso franco del comando yihadista liderado por Abaaoud. El fiscal de la República, François Moulin, señaló en una multitudinaria rueda de prensa que fue gracias al seguimiento del receptor de un mensaje de texto de móvil enviado por uno de los terroristas que atentó en la sala Bataclan. En un teléfono móvil encontrado en una papelera del distrito 11 se envió un mensaje a las 21:42 en el que se podía leer: «Estamos listos, comencemos». El texto indicaba que alguien más estaba al tanto de los atentados sin su participación directa y los yihadistas rendían pleitesía a alguna figura externa.
Según añadió el fiscal galo, desde el lunes, París tiene presente que Abaaoud estaría en su territorio. Al parecer, varios testigos habrían informado a las autoridades francesas de su presencia en París. Además, el arsenal hallado en el piso de la célula yihadista es similar al que utilizaron en los ataques del viernes.
El fiscal precisó tras la confirmación de la muerte de Abaaoud que entre los detenidos no estaba Salah Abdeslam, el único presunto terrorista de los atentados de París identificado que no murió en los mismos. Buscado desde entonces por toda Europa, los investigadores sospechan que Abdeslam participó junto a su hermano Brahim en una serie de tiroteos en diversas terrazas de la noche parisiense en las que murieron al menos 39 personas. Al menos otras 89 fallecieron en la sala de fiestas del Bataclan, mientras que junto al Estadio de Francia hubo un muerto. Efe
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