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Primer día al frente

Lula impulsa “el regreso” de Brasil

El presidente brasileño se reúne con Felipe VI, otros 16 representantes extranjeros y anuncia visitas a EE UU y China tras revocar polémicas medidas de Bolsonaro

El presidente de Bolivia, Luis Arce, se reúne con el nuevo presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, hoy, en el Palacio de Itamaraty en Brasilia André BorgesEFE

El nuevo presidente de Brasil, Lula da Silva, se ha puesto manos a la obra en su compromiso de que Brasil vuelva a la escena internacional tras cuatro años de Bolsonaro marcados por una escasa agenda exterior. Tras su toma de posesión el domingo en Brasilia frente a 300.000 seguidores, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) de 77 años ha comenzado su intensa agenda de este lunes en el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería, con una reunión bilateral con el rey Felipe VI, acompañado de la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, y del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. “Hoy tendré 17 reuniones con delegaciones extranjeras que han llegado para la toma de posesión. Trabajemos para que Brasil tenga el papel que merece en el mundo”, informaba Lula este lunes.

Antes de la cita, Albares ha señalado que “con Lula se abre una nueva etapa en Brasil”: “España estará a su lado para impulsar la justicia social y la igualdad, defender el medio ambiente y la biodiversidad y reforzar los lazos entre Europa y América Latina”.

Tras un cordial encuentro con la delegación española, Lula se ha reunido con el presidente de Bolivia, Luis Arce, uno de los muchos jefes de Estado que han posado con Lula haciendo el signo de la letra “L” con su mano. El mandatario boliviano ha celebrado el regreso de Lula tras gobernar Brasil entre 2003 y 2010: “Ahora sí, el camino de la integración latinoamericana se abre más grande que nunca”. Lula ha asegurado que con Arce “hablamos sobre cómo nuestros países pueden colaborar en políticas sociales, energía y suministro de fertilizantes”. Lula se ha comprometido a “terminar con el hambre” en Brasil que afecta a 33 millones de personas, un drástico incremento frente a los 19 millones de 2020, apunta la Red Brasileña de Pesquisa en Seguridad Alimentaria.

Tras el encuentro con Arce, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, ha sido recibido por Lula. Tras subrayar que “ahora es más fácil hablar de integración en nuestra patria grande”, Fernández ha celebrado que “hemos decidido volver a poner en marcha el vínculo entre Argentina y Brasil”. Lula planea visitar Argentina, Estados Unidos y China en el primer trimestre de 2023. Fernández ha confirmado que el primer viaje internacional del exobrero metalúrgico será a Argentina el 23 de enero en otra cita bilateral y el 24 de enero para la participar en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Buenos Aires, que supondrá la vuelta a Brasil a este organismo que hace cuatro años Bolsonaro decidió abandonar.

Lula ha continuado su intensa agenda exterior reuniéndose con el presidente de Guinea Bissau, Umaro Sissoco Embaló, con el que se ha comprometido a “volver a tener a África como una prioridad en sus relaciones con el mundo”. Al mediodía, el mandatario brasileño ha mantenido una cita con el presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, quién adelantó que se centrarían en discutir “el nuevo papel de Brasil en el mundo” y el “multilateralismo”, incluido el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur, pendiente aún de ratificación.

Por la tarde, Lula mantuvo encuentros con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y la mandataria hondureña, Xiomara Castro. Posteriormente, Lula se reunió con el vicepresidente chino, Wang Qishan, y los presidentes de Angola, João Lourenço, de la República Democrática de Timor Occidental, José Ramos-Horta, y el primer ministro de Malí, Choguel Kokalla Maiga. Lula cerró su ronda de reuniones bilaterales con el vicepresidente de Cuba, Salvador Valdés, el presidente del Consejo de Ministros de Perú Luis Alberto Otárola, un país sumido en una profunda crisis política tras el intento de golpe de Estado del expresidente Pedro Castillo, y el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez.

Un Gobierno con 37 ministerios

Tras semanas de duras negociaciones, el presidente brasileño dio a conocer el pasado jueves su gabinete al completo en el que el PT dirige solo 10 de los 37 ministerios, una cifra récord para dividir el poder entre los nueve partidos de izquierda y centro-derecha que forman el frente amplio de Lula. Su vicepresidente, Geraldo Alckmin, antiguo rival político de Lula, será ministro de Industria y tendrá la complicada misión de hacer de puente con los sectores más conservadores de la coalición.

Una de las referentes del movimiento indígena, Sônia Guajajara, una de las 100 personas más influyentes de 2022 según la revista Time, se encargará del nuevo Ministerio de los Pueblos Indígenas. La senadora de centro-derecha, Simone Tebet, será la ministra de Planificación, una cartera menor ante el miedo en el PT de darle protagonismo.

Pese a sus diferencias ideológicas, Tebet se unió a Lula para frenar a Bolsonaro tras ser la gran relevación de la primera vuelta siendo la tercera candidata más votada. El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flávio Dino, ha dejado entrever que no habrá permisividad con las protestas golpistas.

Poco después de tomar posesión, Lula revocó más de una decena de decretos de Bolsonaro, entre ellos extender el pago de 600 reales (106 euros) a las familias del programa Auxilio Brasil, que vuelve a llamarse Bolsa Familia. Lula también selló su firma para restablecer el Fondo Amazonia, decretar el combate a la deforestación, suspender la emisión de nuevos permisos de armas y reevaluar el secreto de 100 años impuesto por Bolsonaro a documentos e información de la administración pública. Lula ha comenzado a revertir las políticas más polémicas de Bolsonaro mientras impulsa “la vuelta” de Brasil al escenario internacional.