Lula creará un Ministerio de Pueblos Originarios

El presidente electo de Brasil, Lula da Silva, quiere que los indígenas brasileños “no sean tratados como bandidos”. Por ello, el mandatario brasileño de 77 años ha anunciado este miércoles la creación del ministerio de Pueblos Originarios en la Cumbre del Clima COP27 que se celebra en Egipto en la ciudad balneario Sharm el-Sheij.

Tras ser recibido con vítores y aplausos por centenares de personas a su llegada ayer a uno de los pabellones de la conferencia del clima de la ONU, Lula ha prometido “hablar mucho” con las comunidades indígenas para coordinar las políticas que les garanticen sus derechos humanos y la propiedad de sus tierras, muy cotizadas por la agroindustria y la minería ilegal.

En un encuentro de decenas de personas con los gobernadores de los nueve Estados amazónicos brasileños, Lula se ha comprometido a mantener un diálogo permanente con las comunidades de los pueblos originarios de Brasil y a “frenar” la deforestación del Amazonas. La activista del Amazonas Simone Karipuna se mostró esperanzada de que las comunidades indígenas puedan superar las dificultares y trabajen con el Gobierno entrante de Lula, quién tiene previsto tomar posesión del cargo el 1 de enero: “No tuvimos diálogo con el Gobierno actual”, lamentaba Karipuna sobre las políticas de Jair Bolsonaro en el Amazonas que favorecieron los intereses de la agroindustria y la minería ilegal.

“El planeta nos alerta en todo momento que necesitamos los unos de los otros para sobrevivir. Somos vulnerables a tragedias climáticas”, ha advertido. El catedrático de Ciencia Política la Universidad Estatal de Campinas André Kaysel explica a LA RAZÓN que “la cuestión indígena y ambiental es una de las grandes novedades del discurso político de Lula”: “Pese al importante combate a la deforestación del Amazonas, no eran temas centrales de su agenda en su periodo de gobierno”. Kaysel considera el Ministerio de Pueblos Originarios “interesante”: “Va a volver a haber un ministerio de Igualdad Racial y un ministerio de Igualdad de la Mujer, ¿por qué no un ministerio de Pueblos Originarios?”.

“Brasil está de vuelta en el mundo. No puede estar aislado como lo estuvo en los últimos años, con un gobierno que no hizo ningún esfuerzo para conversar con el mundo”, anunciaba Lula en Egipto, mientras el presidente saliente guarda silencio tras las concentraciones de miles de bolsonaristas frente a los cuarteles militares de doce ciudades brasileñas este martes en el Día de la República.

Lula ha criticado en varias ocasiones la política ambiental de Bolsonaro. La deforestación media anual en el Amazonas aumentó durante el mandato de Bolsonaro un 75% con respecto a la década anterior. Lula se ha comprometido a “frenar” la deforestación del Amazonas, que alcanzó un récord el primer semestre del año debido a la promoción de la minería y las actividades agropecuarias. Lula ha propuesto organizar la Cumbre del Clima de 2025 en el Amazonas.

En la víspera de sus discursos en la Cumbre del Clima, Lula se reunió la noche del martes con el enviado de EE UU a la COP27, John Kerry, para discutir medidas contra la deforestación y el cambio climático. Kerry se ha referido al fondo para salvar el Amazonas que Alemania y Noruega se han mostrado favorables a reactivar después de suspender las donaciones por su desacuerdo con la política ambiental de Bolsonaro: “Trabajaremos de forma diligente para lograr ese objetivo junto a nuestros aliados, Noruega, Alemania y otros países que han estado profundamente comprometidos con eso durante mucho tiempo”. Noruega es el mayor contribuyente de ese fondo, y según su ministerio de Medio Ambiente, hay actualmente 641 millones de dólares disponibles.

Lula no se ha referido a la posible alianza en la que está trabajando Brasil con el Congo e Indonesia, los tres países donde se encuentran los bosques tropicales más grandes del planeta. Brasil, Indonesia y República Democrática del Congo lanzaron una alianza climática para trabajar juntos contra la deforestación provocada por las talas y la explotación agrícola bajo el lema la “OPEP de los Bosques” en alusión a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). La idea es que estos Brasil, Indonesia y el Congo coordinen sus estrategias para administrar las selvas y proteger su biodiversidad. Los delegados de los casi 200 países que participan en la Cumbre del Clima en Sharm el Sheij se encuentran inmersos en complicadas negociaciones sobre la posible creación de un fondo que compense a los países más perjudicados por la crisis climática.

Lula pretende afianzar un diálogo con las comunidades indígenas de Brasil para diseñar su agenda ambiental. Kaysel explica que Lula deberá utilizar su faceta negociadora para acercarse a los pueblos originarios y no perder el apoyo de una parte del empresariado brasileño: “La relación de Lula con los pueblos indígenas y los ambientalistas se volvió mala en su segundo mandato, y especialmente desde el gobierno de Dilma Rousseff, por la prioridad que se dio al crecimiento económico basado en la exportación de productos primarios”.