Oriente Medio
Israel, en guardia ante la inminente firma del acuerdo nuclear con Irán
Tel Aviv cree que la retirada de las sanciones económicas estadounidenses fortalecería la economía iraní, que podría traducirse en más armamento y dinero para las milicias chiitas pro iraníes
Ante los crecientes indicios de que Estados Unidos dio el visto bueno a los últimos parámetros propuestos por Irán y estaría a punto de reanudar el acuerdo nuclear, en Israel se encendieron todas las alarmas. En un país profundamente dividido políticamente –que se encamina a las quintas elecciones en noviembre-, la oposición al pacto nuclear entre las grandes potencias y Teherán es de los pocos frentes que aúna a la mayor parte de políticos, oficiales y ciudadanos israelíes.
Dado el compromiso del régimen de los ayatolá con la “destrucción del enemigo sionista”, el estado judío teme que retomar el pacto facilitaría la inminente obtención de armamento nuclear a Irán. Además, la retirada de las sanciones económicas estadounidenses fortalecería la economía iraní, que podría traducirse en más armamento y dinero para las milicias chiitas pro iraníes en Oriente Medio. Entre ellas, Hezbolá en el Líbano, que acumula decenas de miles de proyectiles al otro lado de la frontera norte.
Israel puso en marcha esta semana su maquinaria diplomática para disuadir a su aliado norteamericano y a los países europeos de proseguir el diálogo con Teherán. “El pacto que hay sobre la mesa es malo. Dará a Irán 100 billones de dólares al año”, pronóstico el primer ministro en funciones Yair Lapid. El líder de la oposición, Benjamín Netanyahu, lo tildó de “pacto terrible, que pone en entredicho nuestra seguridad y nuestro futuro”.
Pese a la alerta generalizada, Lapid aseguró que los norteamericanos consideraron gran parte de las advertencias israelíes en el borrador del acuerdo, y que se logró endurecer los postulados de Washington. Esta semana, el asesor de seguridad nacional israelí Eyal Hulata mantuvo “discusiones muy intensas” con su homónimo Jake Sullivan en la Casa Blanca. El jueves, el ministro de defensa Benny Gantz también voló a Washington para tratar la cuestión iraní. “Un pacto que no haga retroceder las capacidades iraníes varios años atrás, dañará la seguridad regional y global”, insistió Gantz antes de partir.
Actualmente, los últimos flecos para retomar el acuerdo nuclear firmado en 2015 giran en torno a la exigencia iraní de retirar a las Guardias Revolucionarias del listado de organizaciones terroristas de EE.UU.; los indicios de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) respecto a restos de materiales nucleares encontrados en varias centrales iraníes; y las demandas de mayores garantías que exige Teherán respecto al cumplimiento del acuerdo a largo plazo y la retirada de las sanciones económicas que impulsó Donald Trump en 2018.
El presidente Joe Biden, que sigue convencido de que retomar el pacto es la vía más efectiva para contener a un Irán nuclear, no parece dispuesto a eliminar a las Guardias Revolucionarias del listado. A su vez, la OIEA pretende seguir sus investigaciones, algo que indigna a los iraníes. La respuesta norteamericana, que se comunicó a través de los mediadores europeos, fue enviada a Teherán el pasado miércoles. “Estamos más cerca que hace unas semanas, ya que los iraníes aceptaron hacer concesiones”, insinuó un portavoz de la Casa Blanca.
Las discrepancias respecto al camino a seguir no influyen en la inquebrantable alianza militar entre Washington y Jerusalén. “Nuestro compromiso es preservar y fortalecer la capacidad de Israel para detener a sus enemigos y defenderse de amenazas, así como asegurar que Irán jamás obtendrá armas atómicas”, insistió Jake Sullivan. El mismo martes en que pronunció estas palabras, la aviación estadounidense bombardeó objetivos pro iraníes en Siria.
Haya o no acuerdo, en el estado judío preocupan los rumores que apuntan a que Irán estaría a solo varias semanas de obtener suficiente uranio enriquecido para la producción de armamento nuclear. La restauración del pacto podría retrasarlo solamente medio año más. La administración Biden considera que la firma contribuiría a neutralizar el programa de misiles balísticos iraní, así como la “promoción del terrorismo” en la región.
Pero desde el Mossad israelí, que en 2018 se infiltró en las entrañas del plan iraní para desmentir su presunta voluntad pacífica en el uso de la energía nuclear, alertan que EE.UU. está “entrando en un acuerdo basado en mentiras”. Aquel operativo de los agentes hebreos en Teherán, donde lograron extraer casi media tonelada de documentación, fue desvelado a bombo y platillo por el entonces premier Netanyahu. El archivo nuclear clandestino recogía años de trabajo para fabricar armas atómicas y planes detallados sobre su producción. Los iraníes tildaron el hallazgo de farsa: fue un supuesto complot organizado por Israel para fomentar la reimposición de las sanciones económicas.
David Barnea, jefe del servicio de inteligencia exterior hebreo, se reunió con Yair Lapid en Tel Aviv esta semana, y le recordó que la inminencia de la firma supondrá “un desastre estratégico para Israel”. No obstante, recordó que el eventual pacto no concierne a su país, que preserva la plena libertad de actuación. “El Mossad se está preparando y sabe cómo eliminar la amenaza. Si no actuamos, Israel estará en peligro”, concluyó Barnea.
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