Las víctimas
Las primeras imágenes de los inocentes de la matanza en Texas
Muchos de los niños asesinados en la escuela de Uvalde eran de origen hispano y tenían entre 8 y 10 años
Salvador Ramos, de 18 años, ha dejado un reguero de muerte en dolor en la localidad de Uvalde, en Texas, donde este martes asesinó a sangre fría a 19 niños y dos profesoras de la Escuela Primaria Robb, identificadas como a Irma García y Eva Mireles. La mayoría de las víctimas tenían entre 8 y 10 años y muchos eran de origen hispano, como el autor de la masacre. La matanza ha causando una gran conmoción en Estados Unidos, donde se ha reabierto el debate sobre la venta de armas, pero también en otros países de todo el mundo, cuyos líderes han enviado mensajes de condolencias a las autoridades de Estados Unidos. Pero sin duda quienes peor lo están pasando son las familias y allegados de las víctimas, que han visto como sus vidas han dado un vuelco brutal y ahora buscan explicaciones y consuelo.
Muchos familiares de los niños heridos y asesinados se reunieron anoche en un centro cívico local de Uvalde para llorar y suplicar desesperadamente información sobre el paradero de sus hijos y nietos. Las escenas de dolor se sucedieron a medida que iba llegando la confirmación de los nombres de los alumnos muertos. En la parte trasera del edificio, una mujer lloraba y gritaba al saber que entre los fallecidos estaba su hijo.
Manny Renfro se enteró que su nieto, Uziyah García, de 8 años, era uno de los abatidos por el tirador: “Era el niño más lindo que he conocido”, contó el abuelo. “No lo digo solo porque era mi nieto”. Renfro relató a la agencia AP que Uziyah lo visitó por última vez en San Angelo durante las vacaciones de primavera. “Jugamos a la pelota juntos y le enseñé a hacer pases. Era un niño rápido que sabía parar la pelota fenomenal”, añadió el abuelo.
Eva Mireles, de 44 años, es una de las dos profesoras que fallecieron en Uvalde. Madre de una niña, comenzó su carrera educativa cuando tenía solo 17 años y actualmente estaba casada con Ruben Ruiz,un oficial del departamento de policía local. “Era aventurera. Solo puede decir cosas maravillosas sobre ella. La vamos a echar mucho de mucho”, comentó Amber Ybarra, pariente de 34 años, de San Antonio, en declaraciones a la agencia AP. “Para mí, se trata más de crear conciencia sobre la salud mental”, dijo Ybarra, una terapeuta mental que asistió a la escuela primaria donde tuvo lugar el tiroteo.
Lisa Garza, de 54 años, de Arlington, Texas, lamentó la muerte de su primo, Xavier Javier López, que esperaba la llegada del verano con gran emoción porque quería ir a nadar. “Era solo un niño cariñoso de 10 años, disfrutaba de la vida sin saber que esta tragedia iba a ocurrir hoy”, dijo. “Era muy espabilado, le encantaba bailar con sus hermanos y con su mamá. Esto nos va a pasar factura a todos”.
Adolfo Cruz, un instalador de aire acondicionado, de 69 años, acudió a la escuela tras el ataque para obtener información de su bisnieta de 10 años, Eliajha Cruz Torres, cuyo paradero desconocía la familia. Cruz condujo hasta el lugar después de recibir una llamada aterradora de su hija poco después de los primeros informes de que un hombre armado de 18 años había abierto fuego en la escuela. Mientras esperaba afuera de la escuela el martes por la noche, su familia estaba en el hospital y en el esperando alguna noticia sobre la evolución de la menor: “Espero que esté viva”, dijo Cruz.
La Escuela Primaria Robb de Uvalde cuenta con cerca de 535 estudiantes escolarizados en segundo y cuarto grado, de edades comprendidas entre los 6 y los 10 años. El diario The New York Times, que ha consultado los registros del centro educativo, dijo que el 90% del alumnado es latino.
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