Extradición
Alex Saab: el final de la escapada del cómplice más cercano de Maduro
La entrega a Estados Unidos del empresario colombiano culmina un proceso en el que el régimen chavista removió y cielo y tierra por salvar a un colaborador clave de sus desmanes
Tuvieron que pasar 16 meses, pero el empresario colombiano, Alex Saab fue finalmente entregado a Estados Unidos por las autoridades de Cabo Verde. La imagen más esperada llegó el sábado por la noche, cuando aterrizó en Miami. Las cámaras lo captaron subiendo esposado a uno de los coches oficiales siguiendo las indicaciones de los agentes que lo custodiaban.
Culminaba así un largo proceso de extradición que comenzó en junio de 2020, cuando fue detenido en Cabo Verde. El avión particular que lo llevaba a Irán paró a repostar en la nación insular africana, cuyas autoridades lo aprehendieron a instancias de Estados Unidos, que lo reclama por un supuesto delito de lavado de activos.
Este lunes por la mañana comparecerá ante un juez federal de Miami para hacer frente a la acusación de blanquear hasta 350 millones de dólares defraudados a través del sistema de control de cambios venezolano. Saab y su colaborador, Ávaro Enrique Pulido, habrían transferido a cuentas estadounidenses la fortuna obtenida mediante sus negocios ilícitos en Venezuela. La pena podría ser de hasta 20 años de cárcel.
Saab es una figura clave para Maduro y se le atribuye un papel esencial en los negocios de su régimen. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos incluyó a Saab en su lista de dirigentes chavistas sancionados en 2019 por su presunta participación en tramas de corrupción masivas en torno a la construcción de viviendas populares y el programa de reparto de alimentos subsidiados conocido como las cajas CLAP. La OFAC cree que Saab pudo conectar con la élite chavista gracias a su relación con Cilia Flores, la mujer de Maduro y una figura con cada vez más poder en Venezuela.
La comparecencia judicial de Saab se espera con expectación y se especula con el potencial explosivo de sus declaraciones si se decide a colaborar con la justicia estadounidense a cambio de una hipotética reducción de su condena. El testimonio de Saab podría arrojar más luz sobre los manejos del clan que rige los destinos de Venezuela.
El gobierno chavista y sus abogados han hecho todo lo posible por evitar que cayera en manos de la justicia estadounidense. Después de su detención, en un intento desesperado por salvarlo, Caracas aseguró que Saab viajaba como diplomático en misión oficial, a pesar de que entonces había mantenido en la sombra toda relación con este turbio personaje. Más tarde, se le quiso incluir como parte de la misión que negocia con la oposición en México.
Y sus abogados, encabezados por el juez español inhabilitado Baltasar Garzón, presentaron todos los recursos posibles, empezando por uno contra la alerta de Interpol que propició su captura, una estrategia que solo ha servido para dilatar el proceso.
La semana pasada, cuando el Tribunal Constitucional de Cabo Verde ratificó su decisión de autorizar la extradición, la suerte de Saab quedó definitivamente echada.
El gobierno estalló en un comunicado en el que calificó de “secuestro” lo ocurrido y repitió su denuncia de que Saab había sido torturado en Cabo Verde. Jorge Rodríguez, hombre fuerte del régimen y jefe de la delegación chavista en las conversaciones de México, compareció en Caracas para anunciar que el gobierno suspendía su participación en ese proceso, que debía haberse reanudado el domingo.
Las represalias alcanzaron a seis ejecutivos con doble nacionalidad venezolano-estadounidense de la compañía energética Citgo que permanecían bajo arresto domiciliario en Venezuela y fueron trasladados sin previo aviso al Helicoide, la temida prisión del servicio de inteligencia del régimen, el Sebin, según denunció su abogada en las redes sociales. Estados Unidos reclamó a través de un portavoz del Departamento de Estado su liberación inmediata.
El colombiano Saab será una de las fuentes más jugosas de todos los fugados o purgados del chavismo que han podido interrogar hasta la fecha los investigadores estadounidenses, una lista en la que figuran el es director del Sebin, Manuel Christopher Figuera, o Leamsy Salazar, ex jefe de seguridad de Hugo Chávez.
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