Elecciones municipales
El M5E pierde Roma mientras el centroizquierda avanza en Italia
Virginia Raggi resultó ser la tercera candidata más votada, según los primeros resultados de las elecciones municipales celebradas este domingo y lunes en casi 1.200 localidades italianas
Hace exactamente 12 años un excéntrico cómico italiano logró dar vida a un movimiento con el que pretendía revolucionar la política del país transalpino. “Abriremos el Parlamento como una lata de atún”, gritaba Beppe Grillo desde las plazas de Italia arrastrando a una marea de ciudadanos hartos de las políticas de austeridad. El proyecto comenzó a materializarse de verdad cuando una desconocida abogada de 38 años, Virginia Raggi, se convirtió en la primera mujer al frente del Ayuntamiento de Roma con casi el 70% de los votos. Pero la parábola ‘grillina’ ha durado cinco años.
Virginia Raggi resultó ser la tercera candidata más votada, según los primeros resultados de las elecciones municipales celebradas este domingo y lunes en casi 1.200 localidades italianas, incluidas las ciudades de Roma, Milán, Nápoles, Bolonia y Turín. La abogada romana compartió el podio con Carlo Calenda, ex titular de Economía en el último gobierno del exprimer ministro Matteo Renzi, que se presentó con su propia lista electoral. Al cierre de esta edición, el representante de la coalición de centroderecha, Enrico Michetti había superado al candidato del PD, el exministro de Economía, Roberto Gualtieri, pero ninguno había obtenido más del 50% de las papeletas, por lo que se medirán dentro de dos semanas en una segunda vuelta donde el voto de los electores del M5E decidirá probablemente el futuro político de la Ciudad Eterna.
Además de Roma, el M5E perdió su otro bastión, Turín, donde también se celebrará un segundo turno. La alcaldesa saliente, la ‘grillina’ Chiara Appendino, ni siquiera se presentó a la reelección y su sustituta, Valentina Sganga, apenas alcanzó un 10% de las papeletas. En la capital del Piamonte, que nunca ha sido gobernada por un alcalde conservador, el candidato del centroderecha, Paolo Damilano, deberá medirse de nuevo en las urnas frente al aspirante del centroizquierda, Stefano Lo Russo.
El partido que lidera desde este verano el ex primer ministro Giuseppe Conte sólo consiguió salvar los muebles en los ayuntamientos donde se presentó en coalición con el PD o con otras listas de centroizquierda. En Nápoles, Gaetano Manfredi, ex ministro ‘grillino’ en el último gobierno de Conte, se perfila como ganador ya en la primera vuelta. Mientras que en Bolonia, Matteo Lepore, apoyado por una coalición progresista, habría obtenido alrededor del 65% de las papeletas, según los primeros resultados.
El desastre en el M5E, que a pesar de todo sigue siendo el primer partido en número de escaños en el Parlamento, abre un periodo de reflexión en sus bases. La formación ya se dividió en agosto de 2019 cuando aceptó gobernar con el PD a nivel nacional para frenar a la Liga de Matteo Salvini, que había roto la coalición con los ‘grillinos’ con la esperanza de que se convocaran elecciones anticipadas.
“Hace 12 años hicimos lo imposible, ahora hagamos lo necesario”, escribió Beppe Grillo en las redes sociales, en un mensaje que fue interpretado como la apertura a una alianza estratégica con los socialdemócratas más allá de las elecciones municipales. Una hipótesis que el actual líder del PD, Enrico Letta, no descartó. “Hemos demostrado que se puede vencer a la derecha”, dijo el ex primer ministro tras conocer los primeros resultados. “Si la coalición se expande más allá del PD, ganamos”, añadió.
En el otro extremo, la derrota de la coalición del centroderecha abre una crisis interna entre sus tres socios --Hermanos de Italia, Liga y Forza Italia-- que aspiran a gobernar juntos el país tras las próximas elecciones generales previstas para 2023. Sólo el resultado de Calabria, donde se votaba para elegir a un presidente regional tras la muerte hace un año de Jole Santelli, exponente del partido de Silvio Berlusconi, pudo aliviar la sensación de fracaso.
La elección de los candidatos ya supuso un quebradero de cabeza para los tres líderes conservadores y ahora será el momento de buscar responsabilidades. La decisión de Matteo Salvini de presentar a un desconocido médico pediatra en Milán, Luca Bernardo, se reveló un auténtico error, pero tampoco fue una sorpresa, sino más bien una estrategia para no quemar a ningún peso pesado dentro del partido frente al liderazgo indiscutible del actual alcalde milanés, el progresista Giuseppe Sala, que resultó elegido para un nuevo mandato con más.
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