Elecciones en Italia
Decenas de jabalíes llegan a Roma atraídos por la basura de las calles
El vertedero de Malagrotta, a tan solo 20 kilómetros de la capital, se ha convertido en símbolo de la decadencia de la ciudad y tema de debate en las elecciones municipales
A finales de los años 70, el vertedero de Malagrotta, en Roma, era considerado un lugar de vertidos de residuos ilegal. A día de hoy, sigue suscitando una gran polémica en la capital de Italia. Situado a unos veinte kilómetros del centro, es el más grande del Europa y alberga una capacidad de más de 60 millones de toneladas de desechos, lo equivalente a 343 campos de fútbol. La situación de este basurero, símbolo de la decadencia de Roma, ha salido a la luz al calor de las elecciones municipales y, sobre todo, por ser el foco que atrae a una manada de jabalíes.
Hace cuatro días, decenas de jabalíes aparecieron por Roma, en busca de comida y atraídos por la basura. Los animales invadieron las calles del antiguo imperio e incluso se mezclaron con la gente. La actual alcaldesa de la ciudad, Virginia Raggi, cree que corresponde a las regiones y al Estado controlar la situación. “Hay más de 2,3 millones de jabalíes viviendo en el territorio nacional y nada impide que proliferen”, afirma a RFI Ettore Prandini, presidente del sindicato de agricultores de la región de Roma, donde las bestias han destruido varios cultivos. La ley italiana de protección de las especies prohíbe su sacrificio. Se calcula que alrededor de 2 millones de jabalíes vagan por las ciudades italianas.
Cada día, Malagrotta recibe más de 4.000 toneladas de residuos producidos por los romanos, lo que le ha llevado a causar daños ambientales considerables en el Valle de la Galería, zona donde se encuentra. “Roma nunca ha sido una ciudad limpia y ordenada, pero en los últimos años la situación ha degenerado”, lamenta Giovanna, que denuncia cómo los desechos se acumulan en los contenedores situados en la puerta de su casa en el barrio de San Giovanni.
Contaminación del aire, de acuíferos subterráneos y de suelos con sustancias químicas venenosas como arsénicos, mercurio o amoníaco son algunas de sus consecuencias medioambientales, perjudiciales para la lucha contra el cambio climático, en general, y para la vida en la ciudad, en particular. Pero la falta de alternativas a su cierre en 2013 y el agujero en los balances de la empresa municipal que los gestiona ha hundido a la ciudad en su propia basura.
Según una clasificación publicada en septiembre por la revista Time Out, Roma es una de las ciudades más sucias del mundo junto a Nueva York y Bangkok. La problemática gestión de los residuos urbanos, agravada en los últimos meses por los enfrentamientos entre el ayuntamiento y la región, obligó este verano a intervenir a Nápoles, que anunció que se hará cargo de 150 toneladas diarias de basura ‘romana’. Un bofetón para el orgullo de la capital.
Las elecciones en Roma se celebran entre este domingo y lunes y, sin duda, Malagrotta será un desencadenante y principal problema al que se presente el futuro alcalde. Los cuatro candidatos han llevado sus propuestas en sus programas electorales, en donde prolifera una “limpieza extraordinaria” de la ciudad tras el término de los comicios.
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