64% a favor
Suiza aprueba el matrimonio gay en referéndum
Italia, Grecia y Liechtenstein son los únicos países de Europa occidental que aún no reconocen las parejas del mismo sexo
Suiza votó ayer en referéndum a favor de que las parejas del mismo sexo puedan casarse por una amplía mayoría del 64%. Desde el año 2007, las parejas homosexuales sólo podían acceder a figurar como uniones civiles. Un paso que solían dar unas 700 parejas cada año y que, en algunos aspectos, les daba prácticamente el mismo estatus que los matrimonios convencionales.
A pesar de esto, a partir de ahora los cónyuges homosexuales podrán adoptar de manera conjunta a un niño y también optar a la ciudadanía suiza con mayores facilidades si uno de los miembros de la pareja es extranjero y quiere naturalizarse en el país. Además, también se permitirá a los matrimonios formados por lesbianas la inseminación artificial a través de un donante de esperma. Precisamente, éste es uno de los aspectos más controvertidos de la reforma en el Código Civil ya que las asociaciones conservadoras que se oponen a esta cambio alegan que esto perjudica al menor e infravalora la importancia de la figura paterna. Uno de los lemas de los opositores ha sido “el matrimonio entre personas del mismo sexo mata al padre”.
Este capítulo contiene más aristas, ya que la ley suiza prohíbe la ley la donación de esperma anónima y el niño podrá conocer la identidad del donante cuando alcance la mayoría de edad a los 18 años. Si la pareja prefiere recurrir a un banco de esperma extranjero para sortear la legislación del país, legalmente sólo se reconocerá a la madre biológica mientras que, tras la aprobación del matrimonio homosexual, la ley suiza contempla que las dos miembros de matrimonio puedan ser reconocidas legalmente como progenitoras La maternidad subrogada y la donación de óvulos siguen prohibidas en el país, por lo que matrimonios formados por dos hombres tendrán que acudir al extranjero, al igual que sucede en España, si quieren recurrir a esta controvertida técnica de reproducción también conocida como “vientres de alquiler”.
Hasta el momento, las uniones civiles homosexuales estaban protegidas al poder beneficiarse de la herencia o pensión de jubilación y, desde el 2018, el otro miembro podía adoptar al hijo de su pareja.
Suiza despenalizó la homosexualidad en 1949,pero algunas autoridades municipales y cantonales llegaron conservar registros sobre homosexuales hasta principios de los años 90. Este cambio en la legislación ha sido promovido por prácticamente todo el espectro político del país, con la única oposición del partido conservador UDC, la fuerza política mayoritaria, y algunos grupos religiosos. Al ser algún tema controvertido, algunos miembros de UDC sí que se mostraban a favor del reconocimiento.
De esta forma, el país transalpino se convierte en el 29º Estado del mundo, según contabiliza la organización no gubernamental Amnistía Internacional, en aceptar este tipo de uniones y equipararlas a los matrimonios heterosexuales. El primer país en legalizar el matrimonio homosexual fue Holanda hace 20 años, lista a la que se han unido los grandes países europeos como España, Francia, Alemania, Reino Unido y prácticamente todos los de Europa occidental exceptuando a Italia, Grecia y Liechtenstein que cuentan con figuras legales que reconocen estas uniones con diferentes tipos de protección.
Entre los países de Europea Oriental el matrimonio entre cónyuges del mismo sexo sigue siendo infrecuente y en los últimos años países como Hungría y Polonia han dictado diferentes leyes que consagran el matrimonio únicamente como una unión entre un hombre y una mujer. Polonia incluso ha declarado algunos municipios como libres de ideología LGTBI y Hungría ha promovido una nueva legislación que veta hablar de homosexualidad e identidad de género en los colegios y extiende esta prohibición al material audiovisual al que pueden acceder los menores. Los Bruselas ha abierto a los dos países procedimientos de infracción al entender que estas normativas van en contra de los valores europeos, pero el primer ministro húngaro, Viktor Orban, lejos de retractarse, ha anunciado la celebración de un referéndum para que los ciudadanos del país puedan pronunciarse sobre esta controvertida legislación. Budapest asegura que esta nueva legislación no puede considerarse homófoba sino que tan sólo busca preservar el derecho de los padres a educar a sus hijos hasta que ellos alcancen la mayoría de edad y puedan decidir por sí mismos.
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