El caos del Brexit
La grave escasez de alimentos y productos no cesa en Reino Unido: los supermercados ya retiran estantes y pasillos
Los británicos viven en una crisis logística permanente desde la ruptura definitiva con la UE y que se ha complicado aún más con la pandemia
Reino Unido vive una crisis logística sin precedentes. A la paralización de la cadena de distribución durante buena parte de 2020, fruto de las restricciones y de los confinamientos por la pandemia, le siguió un repunte de la demanda.
Millones de personas estaban interesadas en comprar todo aquello que no habían podido comprar durante meses. La suma de ambos factores provocó retrasos en la cadena de fabricación y un significativo atasco en la cadena de distribución. O lo que es lo mismo, escasez y precios elevados unido a las barreras autoimpuestas por el Brexit.
Y es que los británicos, después de la ruptura definitiva entre Reino Unido y la Unión Europa, ya vivían una crisis logística con largas colas de camiones en la frontera. Pero la situación a día de hoy es mucho peor como muestran las imágenes que circulan estos meses por las redes sociales, con supermercados británicos como Tesco comenzando a retirar estantes y pasillos de sus superficies.
Hace un mes la prensa bautizó este fenómeno como “pingdemia”, un término que resumía la mezcla de catastróficas desdichas que habían asolado a la economía local británica: una cadena de distribución global paralizada, ausencia de trabajadores cualificados por culpa del Brexit y un protocolo de aislamiento por contacto estrecho que había hundido el consumo directo y las ventas en los principales establecimientos. No había ni productos ni suficientes trabajadores disponibles ni consumidores capaces de comprarlos.
La prensa británica puso el foco en la escasez de la mano de obra. A finales del pasado mes, la patronal de distribuidores y suministradores británica cifraba en 14.000 el número de trabajadores necesarios para recuperar la normalidad. Y es que sin camioneros, las fábricas han reducido drásticamente sus operaciones: la producción de pollo ha caído un 10%, McDonald’s ha dejado de comercializar batidos, mientras que Nando’s, una popular cadena en Reino Unido, ha cerrado 45 establecimientos al quedarse sin su plato estrella.
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