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Min Aung Hlaing: El general del exterminio rohingya

De 64 años, asumió el mando de las fuerzas armadas en 2011 en el inicio de la transición después de una carrera mediocre. En 2017 ordenó la persecución de la minoría musulmana

Min Aung Hlaing, en una imagen de 2018
Min Aung Hlaing, en una imagen de 2018LYNN BO BOAgencia EFE

Todas las miradas se centran ahora en el poderoso jefe militar de Myanmar, el general Min Aung Hlaing, después de que los políticos del partido gobernante Liga Nacional para la Democracia (NLD) fueran detenidos y el ejército anunciara que asumía el poder.

El ejército de Myanmar es notoriamente hermético e incluso los observadores expertos saben poco sobre su funcionamiento interno. Estos son algunos datos clave sobre su líder y el papel duradero del ejército en el sistema político:

El papel de los militares en la política

El ejército gobernó directamente durante casi 50 años después del golpe de 1962 y se ha considerado durante mucho tiempo el guardián de la unidad nacional. Como arquitecto de la constitución de Myanmar de 2008, el ejército se consagró un papel permanente en el sistema político. Obtiene una cuota no electa del 25% de los escaños parlamentarios y su jefe nombra a los ministros de defensa, Interior y Asuntos fronterizos, lo que garantiza una participación clave en la política, lo que ha generado un acuerdo de reparto de poder incómodo con la NLD. Muchos miembros del partido, incluida la líder Aung San SuuKyi, sufrieron durante años persecución por oponerse a la antigua junta.

Ascenso lento y continuo

Min Aung Hlaing, de 64 años, se mantuvo alejado del activismo político cuando estudió derecho en la Universidad de Yangon en 1972-1974. “Era un hombre de pocas palabras y normalmente mantenía un perfil bajo”, dijo un compañero de clase a Reuters en 2016. Mientras sus compañeros se unían a las manifestaciones, Min Aung Hlaing presentó solicitudes anuales para unirse a la principal universidad militar, la Academia de Servicios de Defensa (DSA), y tuvo éxito en su tercer intento en 1974. Según un miembro de su clase de DSA, que habló con Reuters en 2016 y que todavía ve al jefe del ejército en las reuniones anuales de clase, era un cadete mediocre. “Fue ascendido regular y lentamente”, dijo el compañero de clase, y agregó que le había sorprendido ver a Min Aung Hlaing asecender más allá de los rangos medios del cuerpo de oficiales.

De soldado a político

Min Aung Hlaing asumió el mando de las fuerzas armadas en 2011 cuando comenzó la transición a la democracia. Diplomáticos en Yangon aseguran que para el inicio del primer mandato de Suu Kyi en 2016, Min Aung Hlaing se había transformado de soldado taciturno en un político y figura pública. Comienza a usar Facebook para publicitar actividades y reuniones con dignatarios y visitas a monasterios. Su perfil oficial atrajo a cientos de miles de seguidores antes de ser desmantelado a raíz de la ofensiva del ejército contra la minoría musulmana rohingya en 2017.

Min Aung Hlaing ha estudiado otras transiciones políticas, han dicho a Reuters diplomáticos y observadores, y ha insistido mucho en la necesidad de evitar el caos que se vive en Libia y otros países de Oriente Medio después del cambio de régimen en 2011. El comandante en jefe nunca ha mostrado ninguna señal de que esté dispuesto a ceder el 25% de los escaños del ejército en el parlamento ni a permitir ningún cambio en la cláusula de la constitución que prohíbe a Suu Kyi convertirse en presidenta.

Las quejas recientes del ejército sobre irregularidades en las listas de votantes para las elecciones generales del 8 de noviembre que, como se esperaba, dieron otra victoria arrolladora al partido de Suu Kyi, han estado acompañadas de comentarios crípticos sobre la abolición de la Carta. Min Aung Hlaing extendió su mandato al frente del ejército por otros cinco años en febrero de 2016, un paso que sorprendió a los observadores que esperaban que se hiciera a un lado ese año durante una reorganización regular del liderazgo del ejército.

Sanciones

Una represión militar de 2017 en Myanmar llevó a más de 730.000 musulmanes rohingya al vecino Bangladesh. Investigadores de la ONU han dicho que la operación militar de Myanmar incluyó asesinatos masivos, violaciones en grupo e incendios generalizados y fue ejecutada con “intención genocida”. En respuesta, Estados Unidos impuso sanciones a Min Aung Hlaing y otros tres líderes militares en 2019 y se están llevando a cabo varios casos judiciales en varios tribunales internacionales, incluido el Tribunal Internacional de Justicia. También en 2019, los investigadores de la ONU instaron a los líderes mundiales a imponer sanciones financieras específicas a las empresas vinculadas al ejército