Pena de muerte

Lisa Montgomery, la primera presa ejecutada en Estados Unidos desde 1953

Fue condenada a muerte por asesinar a una embarazada y abrirle el vientre para extraer a su bebé

Lisa Montgomery
Lisa MontgomerylarazonAgencia AP

Las autoridades de Estados Unidos han ajusticiado este miércoles a Lisa Montgomery, condenada a muerte por asesinar a una embarazada y abrirle el vientre para extraer a su bebé, en la primera ejecución a nivel federal de una mujer en cerca de siete décadas en el país norteamericano.

Montgomery fue sentenciada por estrangular a una mujer embarazada de ocho meses y arrancarle el bebé del vientre, que sobrevivió. La mujer ha sido ejecutada a través de una inyección letal en una prisión de Indiana, según ha confirmado la Oficina Federal de Prisiones.

Con la ejecución de Lisa Montgomery, EE UU cruzó otro rubicón. Montgomery es la primera presa federal ejecutada desde 1953, cuando Bonnie Heady, secuestradora y asesina de un niño de seis años, terminó en la cámara de gas de Misuri. El mismo año de la ejecución de Heady estuvo el caso de Ethel Rosenberg, que terminó en la silla eléctrica de Sing Sing, igual que su marido Julius, después de ser condenados por espiar para los soviéticos. Y antes, por supuesto, Mary Surratt, ahorcada en 1865 por participar en la conjura para asesinar el presidente Abraham Lincoln. En el caso de Montgomery, que recibió la inyección letal en una penitenciaria de Terre Haute y fue declarada muerta pasada la una y media de la madrugada, había sido condenada por estrangular en 2004 a Bobbie Jo Stinnett, de 23 años, y posteriormente sacarle del vientre a su bebé, que sobrevivió.

La ejecución ha sido llevada a cabo poco después de que el Tribunal Supremo retirara la suspensión dictada por un tribunal de apelaciones, tras las demandas de la defensa por el estado mental de Montgomery tras “una vida de torturas sexuales a manos de sus cuidadores”, tal y como ha recogido la cadena de televisión NBC.

Su última oportunidad, su último tren, pasaba por lograr que el Tribunal Supremo mantuviera la suspensión de su sentencia, dictada por un juez y que fue revisada por el tribunal de apelaciones de Columbia el pasado 1 de enero. Los tres jueces resolvieron que la ejecución debía de llevarse a cabo el 12 de enero. Cuando el caso llegó al Supremo los magistrados votaron, por seis votos a tres, que la ejecución siguiera adelante. No sirvieron de nada las continuas apelaciones de su equipo legal, que siempre ha insistido en que su defendida fue víctima de continuas agresiones sexuales, incluidas las violaciones que habría perpetrado su padre adoptivo desde que era una niña.

Antes que ella, hace apenas un mes, también fue ejecutado en la prisión de Terre Haute el preso federal Brandon Bernard, condenado, junto a otras cuatro personas, por el asesinato en 1999 de Todd y Stacie Bagley. Y el pasado 11 de diciembre fue ejecutado Alfred Bourgeois, condenado por violar y asesinar en 2002 a su hija de dos años. En el caso de Bernard, tenía 18 años en el momento en que participó en el crimen y 40 cuando recibió la inyección letal. En sus últimas palabras, un mensaje de tres minutos dirigido a su propia familia y a la familia de las víctimas, pidió perdón por el daño realizado. «Lo siento», dijo, «desearía poder cambiarlo todo, pero no puedo».

Montgomery ha sido el décimo preso federal ejecutado este año, el primero con ejecuciones de este tipo después de 17 años de moratoria. A Montgomery le ha faltado exactamente una semana, hasta que Joe Biden llegue a la presidencia, para evitar la inyección letal. El nuevo presidente ya ha anunciado su intención de restaurar la moratoria.

En total, desde que EE UU, retomó las ejecuciones federales en 2003, han sido 14 los presos ejecutados, empezando por el terrorista doméstico Timothy McVeigh. Entre 2003, con George W. Bush de presidente, y hasta 2020, no hubo nuevas ejecuciones. Sí, por supuesto, en los estados que mantienen vigente la pena. Desde que el Supremo sentenció la legalidad de la pena de muerte en 1976, han sido ejecutadas 1.530 personas.

La Administración de Donald Trump anunció en 2019 el fin de la moratoria a las ejecuciones a nivel federal y durante los últimos meses han sido ejecutadas siete personas.