Alemania
La secta Qanon: antisemitas, neonazis y antivacunas al asalto del Reichstag
Doscientos extremistas alemanes tratan de irrumpir en la zona de seguridad de la sede del Parlamento en Berlín por segunda vez en 24 horas
Unas 2.000 personas se han vuelto a manifestar en Berlín contra la política de control de la pandemia del Gobierno alemán a pesar de no contar con una autorización ni de guardar las distancias de seguridad o ni llevar mascarillas. Ni siquiera la lluvia les hizo marcharse, a pesar de que la policía intentó durante horas sin éxito expulsar a los manifestantes primero del parque frente al Reichstag, donde temían que ocurriese lo mismo que el día anterior, y más tarde de la Puerta de Brandenburgo. Al final de la tarde incluso hubo actuaciones musicales.
Los manifestantes están descontentos con las medidas tomadas por el Gobierno de la canciller Angela Merkel para combatir el nuevo coronvirus, que consideran exageradas. Aunque la mayoría se reunió de forma pacífica, no respetaron ni el llevar mascarilla ni las distancias interpersonales porque las consideran innecesarias.
Entre la protesta hubo un número significativo de seguidores de la secta Qanon, antisemitas, neonazis, antivacunas y negacionistas de la pandemia. Un cóctel explosivo.
La protesta del domingo ha sido la continuación de la manifestación del sábado y del viernes noche. Alrededor de la medianoche del sábado, un grupo de unos 200 manifestantes realizaron una sentada en la carretera en torno a la Columna de la Victoria que fue desalojada por la Policía. Muchos de ellos durmieron en tiendas de acampada en el parque Tiergarten. Horas antes, un grupo de varios cientos de personas saltaba las vallas de seguridad del Reichstag, pero consiguió ser repelido en el último momento por la Policía.
Annegret Kramp-Karrenbauer, la ministra de Defensa y jefa del partido de Merkel, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) aseguraba el domingo a la segunda cadena pública ZDF que está “muy enojada por las imágenes” de los manifestantes que el sábado trataron de asaltar el Reichstag. “El derecho a la manifestación y la salud de muchas personas se puso en juego para ser usado para propaganda nazi”. AKK aseguró que, aunque entiende la crítica de muchas personas ante algunas medidas, porque se trata de una situación excepcional con la pandemia y los políticos también se equivocan, “ello no justifica el manifestarse junto con neonazis y tratar de asaltar el Reichstag”.
El ministro de Sanidad Jens Spahn, del mismo partido, aseguró que las manifestaciones fueron “profundamente insolidarias y antipatrióticas, sin llevar mascarilla ni mantener las distancias”. La crítica fue unánime en todos los partidos, aunque la Alternativa por Alemania había llamado a asistir a la manifestación también condenó el asalto al Reichstag. El presidente alemán Frank-Walter Steinmeier lo denominó como “un ataque al corazón de nuestra democracia”.
Uno de los asaltantes al Bundestag la noche anterior resultó ser Gavin Singer, miembro de la organización juvenil del partido Alternativa por Alemania, que es la tercera fuerza en el parlamento que la masa pretendía ocupar ayer por la fuerza. Según el semanario de extrema derecha junge Freiheit, Singer habría renunciado el domingo a su carnet del partido por ser consciente del daño que su actuaciónpodría tener para la organización.
Mientras tanto, la pandemia sigue expandiéndose por el país a una velocidad que todas las autoridades han calificado de muy alarmante, con una media de 1.500 casos al día y la mayor parte de las regiones del país con nuevos casos en la última semana. Esta semana se decidió que la prohibición de actos masivos como fiestas, conciertos o partidos de fútbol continuarán hasta al menos el próximo 31 de diciembre.
El número de asistentes a fiestas privadas como bodas y otras celebraciones será asimismo reducido ya que los expertos aseguran que en este momento, junto a las personas que vuelven de viajes en el extranjero, son el mayor grupo que compone las nuevas infecciones en el país.
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