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México

Guanajuato tiembla: el narco «El Marro» ya tiene sucesor

La banda criminal que lideró hasta su captura convirtió a este estado en el más violento de México. El padre y el hermano del peligroso capo asumirán el liderazgo del cártel de Santa Rosa de Lima

Fuerzas federales exhiben al capo El Marro GUANAJUATO'S ATTORNEY GENERAL'SReuters

Las Fuerzas Especiales del Ejército mexicano detuvieron el pasado domingo a José Antonio Yépez «El Marro» líder del cártel de Santa Rosa de Lima y principal agitador de la violencia en el estado más sanguinario de México, según las autoridades. Llevaban mucho tiempo detrás de él, en varias ocasiones se organizaron operativos de captura aunque siempre había logrado escapar. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador logra así arrestar por primera vez en dos años a uno de sus objetivos prioritarios y golpea a una organización que las autoridades sitúan en el centro de la peor violencia de México.

Guanajuato es el estado con más muertos del país. En la actual administración, desde diciembre de 2018 a junio de 2020 han sido asesinadas más de 4.500 personas según información oficial, que sitúa el origen del conflicto en la lucha entre dos grupos criminales que se disputan el control de actividades delictivas en esta zona estratégica del centro de México: el cártel de Santa Rosa de Lima del recién caído «Marro» y el cártel Jalisco Nueva Generación, el más poderoso del país en la actualidad.

La detención del capo deja tocado al CSRL, aunque eso no significa que vaya a desaparecer. En estas situaciones las organizaciones criminales «mutan, se dispersan y se fracturan», dice a LA RAZÓN el analista de seguridad Javier Oliva, que recuerda que lo mismo sucedió con otros grupos en el pasado como Los Zetas y la Familia Michoacana. «El propio CJNG es fruto de una escisión del cártel de Sinaloa», añade.

El escenario que se abre ahora presenta varias incógnitas. La primera es quién sucederá al líder caído al frente del CSRL. Según un informe de la Marina y el Ejército que ha trascendido a la prensa local, el padre y el hermano de Yépez asumirían el mando. «Se espera poco conflicto al interior, es la sucesión natural», explica Oliva porque «la red está basada en relaciones familiares y hay pocas posibilidades de traición o ruptura». La mayoría de la gente de confianza ya ha sido detenida por autoridades federales, según el informe de inteligencia.

Cuatro amantes

Alrededor de 30 personas, incluidos los más cercanos como Fernando Juárez Morelos y los hermanos Fabián y Noe Lara Belman de una estructura total formada por 162 personas: hombres y mujeres, familiares, gente de confianza, operadores financieros y personal dedicados al robo de hidrocarburos, venta de droga y vigilancia. El documento señala también detalles de la vida privada del Marro, que tenía cuatro parejas sentimentales que le ayudaban en tareas financieras.

La segunda incógnita es si el descabezamiento del CSRL agitará la disputa geográfica en los límites de Guanajuato con los estados de Zacatecas y Jalisco. «Podría agudizarse, aunque también es posible que ese aumento de violencia no se produzca si las autoridades continúan con la dinámica de control que demostraron en la detención de Yépez», dice Oliva, que destaca que en esta ocasión «los secuaces no cortaron carreteras con vehículos como hicieron otras veces para impedir la actuación de las fuerzas de seguridad, que actuaron bien».

El grupo del «Marro» se dedica principalmente al robo de combustible mientras que el cártel Jalisco está más interesado en controlar los laboratorios de opioides, las rutas del narcotráfico hacia Estados Unidos y el paso de ferrocarriles que transportan piezas de la industria automotriz instalada en la región, en los que perpetra robos con frecuencia.

Un punto de vista diferente tiene el analista Oswaldo Zavala, que sostiene que el discurso fomentado por las autoridades mexicanas otorga a los grupos criminales un poder muy superior al real para justificar la militarización del país. «El peligro de este tipo de eventos (como la última detención) es regresar a la lógica militar antidrogas que inició el expresidente Calderón. Es algo muy preocupante cuando esta administración había propuesto un nuevo paradigma de pacificación», dice en conversación con este diario.

Para Zavala, que escribió un polémico libro titulado «Los cárteles no existen», en el que cuestionaba el discurso que prima la seguridad en México, es muy dudosa la importancia real del CSRL porque no existe información del volumen real que mueve este grupo ni ningún otro cártel: «La información oficial se contradice».

A José Antonio Yépez lo considera un sujeto «bastante secundario» en la historia criminal de México. «El huachicol no se reduce a la actividad del Marro, es un delito sistémico al interior de Pemex y tal como está documentado por la periodista Ana Lilia Pérez el 80% del robo de combustible se lleva a cabo en las bases navales. Lo que estos grupos extraen de los ductos es una parte mínima», señala para rematar su argumento.

«Lo que sí podemos comprobar es la militarización del país que está llevando a cabo el presidente López Obrador», que ha otorgado al Ejército y la Marina el control de facto de la Guardia Nacional, los ha puesto a construir aeropuertos y líneas férreas y les ha entregado una parte de todos los proyectos estratégicos de su gobierno. «Está demostrado que en los estados con más presencia de militares la violencia aumenta».