Suecia
Anders Tegnell, el gurú de la controvertida estrategia sueca contra el coronavirus
El epidemiólogo jefe de la Agencia Publica de Salud supera en popularidad a los políticos con su apuesta por la responsabilidad individual y las restricciones suaves para combatir la pandemia
La estrategia sueca para luchar contra el coronavirus sin confinamiento y con restricciones sociales suaves ha despertado el interés en todo el mundo, que contempla la experiencia con una mezcla de envidia y perplejidad. Su artífice es Anders Tegnell, el epidemiólogo jefe de la Agencia de Salud Pública, que de la noche a la mañana se ha convertido en el personaje más popular de Suecia. Sus admiradores le han dedicado una canción de rap e incluso se han tatuado su rostro en el brazo.
Tegnell, un médico de 63 años con tres décadas de experiencia, no oculta su sorpresa y bromea diciendo que ahora conoce cómo se debe de sentir la activista medioambiental Greta Thunberg: “He comprobado lo difícil que es estar, como ella, siempre en el centro de atención”.
El Fernando Simón sueco se ha convertido en alguien cotidiano para los ciudadanos con sus ruedas de prensa diarias sobre la pandemia de Covid 19. Tegnell apostó desde el principio por un “enfoque de baja escala” que es “más sostenible” para evitar el colapso del sistema sanitario. Sin embargo, lejos de cualquier arrogancia, el epidemiólogo, que trabajó para la OMS en Laos a comienzos de los noventa, reconoció al diario “Aftonbladet” que “no estoy para nada convencido” de la estrategia. “Nos hemos mantenido por debajo de lo que la sanidad puede asumir, aunque es duro igualmente para los profesionales”, reconoce.
“Estamos constantemente pensando en esto... ¿Qué podemos hacer mejor y qué otras medidas podemos tomar?”, explicó en otra entrevista en “The Independent”. “Lo más importante es intentar hacerlo lo mejor posible con el conocimiento y las herramientas que están a nuestro alcance. Y ser humilde en todo momento, porque es posible que se tengan que cambiar cosas”, asegura.
Y es que el “Señor Coronavirus” sueco suscita un creciente interés de la prensa internacional. En el “Daily Show” de Trevor Noah, Tegnell trató de explicar al público estadounidense que el país nórdico se enfrenta al coronavirus como ha hecho con otras emergencias de salud público en el pasado. Es decir, explicando la situación de forma transparente para contar así con la responsabilidad individual y colectiva de la población como principal herramienta para combatir el virus.
«Hemos dicho a la gente que asuma su responsabilidad y haga lo que les parezca mejor para no contagiar a otras personas», decía Tegnell, que recuerda que «históricamente nos ha funcionado bien». La Agencia de Salud Pública, que goza de la confianza de más del 70% de la población, es independiente de los políticos, lo que contribuye a su prestigio.
Si bien no se ha impuesto la cuarentena o cerrado fronteras como en otros países europeos, no es cierta la caricatura extendida en el resto del mundo de que nada ha cambiado en la vida cotidiana de los suecos por el coronavirus. El Gobierno rojiverde del primer ministro Stefan Löfven cerró en marzo institutos y universidades (guarderías y colegios permanecen abiertos), prohibió las reuniones de más de 50 personas, e impuso el distanciamiento social en bares y restaurantes. Asimismo, recomienda teletrabajar, evitar los viajes innecesarios, no visitar las residencias de ancianos y quedarse en casa en caso de sentir cualquier síntoma.
En opinión de Tegnell, “cerrar escuelas no tiene sentido en esta etapa. Además, es fundamental para la salud psiquiátrica y física que la generación más joven se mantenga activa”. Sobre el cierre de fronteras aseguró a la revista “Nature” que “es ridículo, porque el Covid-19 está en todos los países europeos ahora”.
Frente a la cuarentena, las autoridades suecas apuestan por medidas graduales que puedan mantenerse en el tiempo, sobre todo en caso de que se produzcan rebrotes de la enfermedad. “Es importante adoptar una línea de acción que sea sostenible y que pueda mantenerse durante un largo período, y es: si estás enfermo, quédate en casa. Es más factible que pedirle a todo el mundo que se quede en casa todo el tiempo, lo que no funcionaría a largo plazo”, argumenta el epidemiólogo en jefe.
Incluso la OMS reconoce las virtudes de la estrategia sueca para evitar un encierro permanente hasta que no se disponga de una vacuna. “Lo que ha hecho de manera diferente es que realmente ha confiado en sus propias comunidades para poner en práctica ese distanciamiento social”, asegura que la agencia de la ONU, que reconoce que Suecia había puesto en marcha una “política de salud pública muy fuerte”. Según la Agencia de Salud Pública, entre el 15% y el 20% de los habitantes de Estocolmo ya disfrutaría de inmunidad, lo que “ralentizaría la propagación” de un eventual rebrote de la enfermedad.
Con 24.623 infectados y 3.040 muertos contabilizados hasta el sábado, Suecia está muy lejos de los niveles de España, Italia, Francia o Bélgica, pero supera ampliamente el de sus vecinos nórdicos, que apostaron por políticas más duras para vencer al Covid-19. Los 256 muertos por millones de habitantes de Suecia contrastan con los 78 de Dinamarca y los 38 de Finlandia y Noruega.
Los ancianos, el flanco débil
Si bien la estrategia sueca recibe más críticas fuera que dentro de casa, el Gobierno, que ha visto aumentar su popularidad del 43% al 70%, reconoce que ha fallado en su objetivo de proteger al principal grupo de riesgo, la población mayor de 70 años, frente a la enfermedad. Así, el 45% de las víctimas en Estocolmo, el principal foco de contagio, vivía en residencias. “No es un fracaso para la estrategia general, pero es un fracaso para proteger a nuestros mayores que viven en hogares de ancianos”, reconoce Tegnell.
El epidemiólogo trabajó en el Instituto Sueco para el Control de Enfermedades Transmisibles entre 2004 y 2005 y en la Junta Nacional de Salud y Bienestar en 2005. Fue jefe del Departamento de Política Basada en el Conocimiento entre 2010 y 2012 antes de pasar a dirigir el Instituto para el Control de Enfermedades Transmisibles. Desde 2013, Tegnell es el epidemiólogo nacional, primero en el Instituto para el Control de Enfermedades Transmisibles, que en 2014 se convirtió en parte de la Agencia de Salud Pública de Suecia. Al ser elegido miembro de la Real Academia Sueca de las Ciencias de la Guerra, pronunció una conferencia sobre las consecuencias sociales de las pandemias. Algo que sin duda le ayudando para afrontar la más importante emergencia sanitaria del último siglo.
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