Una clase de Peter Brook

Texto: Peter Brook y Marie-Hélène Estienne, a partir de textos de Artaud, Gordon Craig, Dullin, Meyerhold, Motokiyo y Shakespeare. Dirección: P. Brook. Actriz: Miriam Goldschmidt. Música: Franceso Agnello. Festival de Otoño. Teatro de La Abadía. Madrid. «¿Por qué, por qué?» («Warum, warum», en alemán, idioma de este montaje). He ahí una de las grandes preguntas de la filosofía y la vida. También, claro, del teatro. Peter Brook se permite el lujo -él puede, para algo es una leyenda viva de la escena internacional- de recrearse en un soliloquio árido cargado de preguntas y con algunas respuestas: ahí está el universo Brook. Todas sus lecciones actorales, sus obsesiones sobre la utilidad del teatro, su querido Shakespeare, su espacio vacío... Oratorio para una voz, Miriam Goldsmicht -soberbia la actriz-hechicera con presencia de sacerdotisa y formas de niña traviesa- y acompañamiento musical, el curioso sonido oriental que extrae Francesco Agnello a su «hang» -instrumento con forma de brasero-, este pequeño espectáculo de una hora es casi un taller teatral, una lección-reflexión metafísica y una mirada crítica a su propia profesión. Nada que objetar: la inteligencia de Brook y su buen gusto relucen con discreción. Sólo cabe objetar que es un montaje endogámico: puede interesar, sobre todo, a la profesión teatral pero poco al público no festivalero. Quien aspire a ver un Brook mágico, de esos que tocan el alma, tendrá que esperar: éste es reflexivo, algo cerebral y nada espectacular.