Sebastián asegura que «la nuclear es insustituible»

Los trabajadores de Garoña decidieron ayer llevar sus quejas hasta Bruselas y Madrid. A la vez, en otro rincón de Madrid (Ministerio de Industria), los ecologistas entregaban una llave virtual a Miguel Sebastián para que proceda al cierre de la central. También a la vez, el presidente Zapatero aseguraba en el Parlamento que «no le condicionará ningún ápice lo que puede haber de interés economicista, que no económico, en el cierre o continuidad de la central nuclear» y volvía a insistir en sus argumentos para la clausura (vida útil, seguridad, número de centrales...). Y para rematar la cargada mañana atómica, Sebastián aseguraba en el Parlamento que «la energía nuclear es insustituible (argumento propio que no comparten otros compañeros de partido)». La sesión de control parlamentario desempolvó por enésima vez el debate sobre Garoña. Fuera, en la calle, cien trabajadores de la central coreaban eslóganes como «Garoña crea empleo, más que Zapatero». Rodolfo Gutiérrez, uno de los participantes, simplificaba su causa: «por un capricho nos vamos a la calle». Dentro, PSOE y oposición volvían a mostrar sus discrepancias. A una pregunta de CiU, Zapatero contestaba: «Señor Durán, no tenga ninguna de duda de que recapacito y recapacito casi todos los días sobre Garoña». El PP volvió a denunciar que «con cuatro millones de parados, el Gobierno no puede permitirse el lujo de dejar a miles de familias sin empleo. No hay ni una sola razón, ni un solo motivo para que esta planta nuclear no pueda seguir funcionando», explicó la diputada popular, Sandra Moneo. Una socialista, a la cabeza Pero el conflicto de Garoña fue ayer también protagonista en Bruselas, hasta donde se trasladó de la mano de los propios implicados. Una delegación de trabajadores de la central fue hasta allí, donde se reunió con un grupo de eurodiputados para pedirles ayuda en su cruzada por evitar la clausura de la planta atómica. Los miembros del Parlamento Europeo, de varias nacionalidades y pertenecientes a varios partidos, acordaron enviar una carta al presidente Zapatero para evitar el cierre de la planta. La idea del texto, que se enviará presumiblemente hoy, partió de la socialista húngara Edit Herczog, y fue respaldada por el resto de los asistentes que acudieron al encuentro, entre ellos los populares españoles Alejo Vidal-Quadras, artífice del encuentro, y Pilar del Castillo. Todos ellos, incluida la presidenta de la comisión de Industria y Energía de la Eurocámara, la alemana Angélica Niebler, criticaron que la clausura se haga por razones ideológicas. Herczog recordó que compañeros de partido españoles, como el ex presidente Felipe González, también están a favor de prolongar el servicio de la planta nuclear. «España, en la situación actual, no está en condiciones de cerrar Santa María de Garoña, sobre todo cuando lo que persigue la política energética europea es poder garantizar el abastecimientoaprecios módicos para los hogares y cumplir Kyoto», dijo la socialista húngara.