Tegucigalpa
La OEA expulsa a Honduras
Honduras se asoma al abismo del aislamiento internacional tras ser suspendida de pertenencia a la OEA.
La OEA decidió hoy suspender con efecto inmediato la participación del Estado de Honduras en el organismo interamericano como respuesta al golpe de Estado que tuvo lugar el pasado domingo y que sacó del poder a Manuel Zelaya. Esta es la primera vez desde la firma de la Carta Democrática Interamericana en 2001 que los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) deciden suspender a un Estado miembro, aunque existe un precedente anterior con la exclusión de Cuba en 1962. Los países miembros del máximo organismo interamericano votaron a mano alzada la suspensión de Honduras, con 33 votos afirmativos, informó el canciller argentino, Jorge Taiana, que preside la XXXVII Asamblea General de la OEA. Para aprobar la suspensión hicieron falta dos tercios de los votos, es decir al menos 24. A continuación los Estados miembros de la OEA aprobaron por aclamación la resolución que insiste en que Honduras deberá continuar cumpliendo sus obligaciones como miembro de la organización, en particular en materia de derechos humanos. En este sentido, la Asamblea General de la OEA insta a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a que continúe adoptando todas las medidas necesarias para la tutela y defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Honduras. Por otra parte, encomienda al secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, que, junto a representantes de varios países debidamente designados, intensifique todas las gestiones diplomáticas y que promueva otras iniciativas para la restauración de la democracia y el Estado de derecho de Honduras y la restitución del presidente José Manuel Zelaya, de manera que pueda cumplir con su mandato para el cual fue elegido democráticamente. La resolución alienta además a los Estados miembros y a las organizaciones internacionales que revisen sus relaciones con Honduras durante el periodo de gestiones diplomáticas para la restauración de la democracia y el estado de derecho en Honduras y la restitución del presidente Zelaya. Ese punto podría implicar sanciones de diferentes niveles y formas, económicas, políticas y diplomáticas, por parte de los países miembros de la OEA. El texto destaca que "ninguna gestión implicará el reconocimiento del régimen surgido de esta ruptura del orden constitucional". Por último, instruye a Insulza que remita la resolución a los demás órganos del Sistema Interamericano y al secretario general de las Naciones Unidas.
AISLAMIENTOLa suspensión de Honduras de su pertenencia a la OEA profundiza el aislamiento diplomático del empobrecido país centroamericano, sumido en una crisis política que parece no tener salida tras los infructuosos intentos del secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, para que las autoridades devuelvan el poder a Manuel Zelaya.«La ruptura del orden constitucional persiste y los que hicieron esto no tienen por el momento ninguna intención de revertir esta situación», dijo Insulza a los periodistas en Tegucigalpa, tras entrevistarse con representantes de la Justicia, la Iglesia y organizaciones civiles.El Gobierno interino, secundado por la Corte Suprema de Justicia, reiteró que la salida del mandatario hondureño es irreversible pese al amplio rechazo externo generado por el golpe de Estado contra Zelaya, secuestrado por los militares en su casa el domingo pasado y expulsado del país a punta de rifle.Intentando adelantarse a la inminente suspensión de la organización, que era discutida ayer en Washington a la hora de cerrar esta edición, la vicecanciller interina, Martha Alvarado, anunció que «(Honduras) renunciaba a la Organización de Estados Americanos, con eficacia inmediata». Algo que rechazó rotundamente Insulza. La decisión, dijo, «no tiene efecto jurídico» porque ese Gobierno, el de Micheletti, no ha sido reconocido por la comunidad internacional. Honduras se convertiría en el segundo país sancionado por el principal organismo diplomático regional desde que la Cuba comunista fuera suspendida en 1962 por incumplir la carta democrática.«Es mejor pagar ese caro precio a vivir en la indignidad y haber agachado nuestra cabeza frente a exigencias foráneas que de momento nos están malinterpretando», dijo Roberto Micheletti.La peor crisis en Centroamérica desde la invasión de Panamá por EE UU en 1989 estalló por la insistencia de Zelaya en realizar una consulta que abriera el camino a la reelección presidencial, pese a ser declarada ilegal por un juez y rechazada por el Congreso.El líder hondureño –cuya creciente alianza con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, atemorizó a empresarios y políticos– ha asegurado que retornará al país hoy como «presidente legítimo» pese a la amenaza de que será encarcelado por traición a la patria. La presidenta argentina Cristina Fernández y su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa, acompañarían a Zelaya.Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal hondureña, el cardenal Óscar Rodríguez, pidió ayer al depuesto presidente que se abstenga de regresar a Honduras para evitar un «baño de sangre», según recoge el diario «La Prensa». «Sé que usted ama la vida. Hasta el día de hoy no ha muerto un solo hondureño, por favor medite porque después sería demasiado tarde», afirmó Rodríguez. «No ha habido en éste, como en muchos golpes militares, víctimas fatales que lamentar. Pero yo no puedo descartar que pueda existir enfrentamiento (militar)», respondió Insulza cuando se le preguntó si la OEA contempla un posible conflicto armado.Mientras, miles de seguidores de Zelaya se congregaron frente al aeropuerto de Tegucigalpa y bloquearon el acceso, tras marchar por toda la ciudad, un día antes de su anunciado regreso al país.Periodista asesinadoParalelamente, el periodista Gabriel Fino Noriega fue asesinado a tiros en una localidad del Caribe del país, pero se descarta que haya sido por la crisis política que vive Honduras, según la Policía.
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