Moscú
«La gaviota» puro Chéjov
El gran experto en el autor ruso, Ángel Gutiérrez, estrena el texto, con el que celebra 30 años del Teatro de Cámara
Entre un parque bucólico en el que pasean sus vacíos, anhelos e insatisfacciones varios personajes, y un disparo final que acaba con la inocencia, Anton Chéjov encerró buena parte de su teatro, resumido en la historia de Nina, Masha,Trigorin, Trepliov, Sorin... Y quién mejor que un ruso para interpretar a otro. Porque Ángel Gutiérrez no es ruso, pero casi... Fue un niño de la guerra exiliado y criado en Moscú, se graduó en artes escénicas con las enseñanzas de Stanislavski, codirigió filmes con Tarkovski y sirvió de revulsivo silencioso de la «modernidad» con su concepto litúrgico, reflexivo, de la escena, que cuajó en el Teatro de Cámara que fundó en Madrid en 1979.Este año se cumplen 30 años de vida de su compañía, que ha montado a Shakespeare, Ionesco, Gorki, Goldoni, Moliére, Strindberg... y, sobre todo, Chéjov. Gutiérrez lo celebra con «La gaviota», un texto que hasta ahora no había abordado. «Me estuve preparando para ello. Le tengo mucho respeto. Es como una cumbre que no te atreves a subir», asegura el veterano director. Pero lo ha hecho, y cuenta que esta «Gaviota» será «chejoviana de verdad, llena de conflictos internos. Problemas irresolubles, como la vida misma, que es de lo que escriben Chéjov y Shakespeare». Según el director, «de todas las "Gaviotas"que he visto, todas en el extranjero, no me ha gustado ninguna», y lamenta que «siempre están más cercanas al texto, a la atmósfera, quieren que se note que el actor está perfecto. Pero a mí todo eso me interesa menos: no hay que hacer teatro con el talento, sino con humanidad, con el dolor del corazón, con la esencia. Así sale arte verdadero y generoso».Condecorado por MedvédevGutiérrez rechaza el tópico de que en Chéjov los conflictos no se perciben. «Eso es una visión superficial del hombre, de la vida, incluso de nosotros mismos». En definitiva, el maestro ruso «sigue siendo el más moderno», recuerda. «Si hubiera tres autores que me llevaría conmigo a otro planeta serían Shakespeare, Chéjov y Beckett». Gutiérrez pisó el Kremlin en 2008: Dmitri Medvédev lo condecoró con la Orden de la Amistad. En mayo volverá a Moscú, con «La gaviota», invitado por el Festival Internacional Chéjov.
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