Barcelona
El teatro se ríe de la crisis
Hay pocas formas mejores para celebrar el Día Mundial del Teatro -que tuvo lugar ayer, viernes- que confirmando el excelente momento que atraviesa el mundo de la escena en España. Es algo que se siente en el ambiente. Basta con salir un fin de semana por Madrid e intentar comprar una entrada para algún espectáculo con un mínimo tirón para percibir que el público no se aprieta el cinturón. Colas para ver a las estrellas, teatros llenos y miles de entradas despachadas en la venta anticipada. Las preguntas son inmediatas: ¿Por qué el teatro se está salvando de la crisis? ¿Durará? La respuesta: no es un espejismo. Las cifras confirman las sensaciones: en 2008, en Madrid se vendieron 3.976.500 entradas. En total, los montajes de teatro, danza y circo recaudaron 90.537.000 euros, cerca de siete millones más que en la anterior temporada (según confirman los datos de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, elaborados a partir de otros del Centro de Documentación Teatral y la Sociedad General de Autores y Editores). Todo esto sucede en un panorama en que las alternativas de ocio no paran de caer. Las salas de cine llevan dos años perdiendo espectadores, y en concreto las producciones españolas han perdido casi 1,5 millones en 2008. La recaudación global de los cines cayó de 557 a 537,7 millones de euros y la de películas españolas de 86,7 a 81,6 millones. Jesús Cimarro, empresario de Pentación Teatro y presidente de la Asociación de Productores de Teatro, Música y Danza de España (Aptemde), lo corrobora: «La apreciación es cierta. Desde comienzos de temporada la mayor parte de los espectáculos van bien, hay una estupenda media», explica Cimarro, pero también que «estábamos un poco asustados la temporada pasada, entonces sí notamos un bajón». Pero en 2008, en pleno torbellino económico, Madrid y Barcelona vieron revivir sus carteleras. Los motivos de este auge son varios: «No hay top manta en el teatro, eso es clave. No te puedes descargar una obra de teatro», comienza citando el productor. Pero hay más motivos, uno, de fondo: «Es una forma de ocio barata, en relación a otras». Otro, coyuntural: «La mayor parte de los empresarios no ha subido los precios de las entradas desde hace tres años, eso se nota». Si en Madrid el buen momento es llamativo, en Cataluña (que equivale casi a hablar de Barcelona, el gran eje teatral del país junto a la capital) puede casi hablarse de ciclo: el número de espectadores no ha parado de crecer desde 2005/06, cuando tuvo un pequeño bajón y se situó en 2,09 millones de espectadores. Le siguieron los 2,24 de 2006/07 y los 2,65 de 2007/08. Esta subida última supone un crecimiento de casi 415.000 espectadores (un incremento del 18,5 %). En recaudación, los datos son mejores aún, ya que el crecimiento comenzó dos temporadas antes: de los 44,3 millones de euros de 2003/04 se subió sin parar hasta los 50,8 de 2006/07 y los 69,8 de 2007/08. Daniel Martínez es presidente de Focus, una de las productoras más activas y poderosas de España, con sede en Barcelona. Además, Martínez preside Adetca y Faeteda, asociaciones que agrupan a empresarios y salas de Cataluña. En una reciente conferencia, Martínez aseguraba que «el teatro en Cataluña está en las mejores cifras de su historia, cualitativamente mantiene un alto grado de reconocimiento y sus señas de identidad son netamente autóctonas». Aun así, los productores teatrales piden prudencia. «Estamos un poco alerta, no sabemos que va a pasar ahora», reconoce Cimarro, quien recuerda el talón de Aquiles del sistema: «Estamos financiando a las administraciones públicas», cuenta el productor. Muchos Ayuntamientos ya retrasan en varios meses los pagos a las compañías de teatro que contratan. Y la administración local es el mayor cliente del sector teatral. En la misma línea, también Martínez advertía: «Sería absurdo considerar que el sector teatral está milagrosamente a salvo de los avatares de nuestra economía». El peligro es obvio y coincide con lo señalado por Cimarro: «Un sistema cuyos ingresos, en Barcelona, dependen directamente del público asistente a los espectáculos y, en el resto del territorio, de la capacidad de compra de los programadores públicos». Los musicales, otro filón Los datos de Madrid no incluyen a los musicales, que se computan aparte. En 2005, último año con datos fiables publicados, «Mamma mía!» tuvo 458.000 espectadores y 18 millones de euros de recaudación; «Cabaret» vendió 307.600 entradas; «Hoy no me puedo levantar», 251.700; y «Dralion», 222.000 espectadores. Julia Gómez Cora es la directora de Stage Entertainment España, la multinacional que produce buena parte de los grandes musicales. «Hasta noviembre, agosto y septiembre incluidos, 2008 ha sido un año excepcional», confirma Gómez Cora. Igualmente, las campañas de diciembre y enero funcionaron muy bien, explica. Pero también advierte: «La idea real y la temperatura del mercado la vamos a tener este año». Hace muchas temporadas ya que los musicales tiran del carro de la cartelera. Pueden llegar a ser grandes taquillazos pero también dependen del turismo, y, aclara Gómez Cora, «sí que notamos que el turista está sintiendo la crisis, sobre todo en noviembre. El problema que tenemos es cómo la situación económica afecta a los hosteleros». Aunque en el primer semestre de 2008 los musicales sufrieron «una pequeña bajada», el resto del año, asegura la productora, «aportaron 400.000 nuevos espectadores a la temporada».
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