País Vasco
El alto precio de sentar a Ibarretxe en el banquillo
Foro Ermua y Dignidad y Justicia no han cesado de recibir insultos del Gobierno vasco por ejercer de acusación popular
MADRID- Insultos, descalificaciones, amenazas, agresiones... Criticar al Gobierno vasco o sentar a su lendakari en el banquillo de los acusados tiene un precio. Lo saben bien el Foro Ermua y la asociación Dignidad y Justicia (DyJ), que no dudaron en ejercer de acusación popular por las reuniones con Batasuna mantenidas por Juan José Ibarretxe y los dirigentes del PSE Patxi López y Rodolfo Ares. Su decisión de llevarles a los tribunales ha traído consigo numerosos ataques desde el Ejecutivo vasco, la mayoría encabezados por su portavoz, Miren Azkarate, quien también tuvo que declarar como testigo. Y lo avisó: «No saldrá gratis». «Nunca nos han tenido especial simpatía», afirma Fernando García-Capelo, abogado del Foro Ermua. «Hemos oído de todo».
Todo comenzó en abril de 2006, cuando se formalizó la querella. En marzo de ese año, Azkarate retaba al Foro Ermua a explicar su proyecto para llevar la paz al País Vasco. Desde el Foro, entonces encabezado por Iñaki Ezkerra, dejaron claro que lo que el País Vasco necesita era libertad, reiterando que no se puede negociar con terroristas.
«Manipulados»
La respuesta no gustó demasiado y comenzaron los insultos. «Que hemos sido manipulados, que sólo llevamos crispación, que somos unos fascistas...», dice Daniel Portero, presidente de DyJ. Fueron meses de constantes descalificaciones, que se multiplicaron en enero de 2007 durante la primera comparecencia de Ibarretxe. Entonces, «Azkarate dijo que eramos asociaciones con intenciones políticas contrarias a cualquier solución al conflicto vasco», señala. Incluso, «que no nos respondía porque sólo aportábamos odio y crispación. Pero sí que respondía a la defensa de Batasuna», añade García Capelo.
También han cargado contra ellos los simpatizantes del PNV «en la calle, a la entrada de los juicios, con insultos y amenazas de muerte», comenta Portero. La declaración de Azkarate como testigo tampoco estuvo exenta de polémica. Calificó de «desvergüenza» su presencia en el proceso que, según sus palabras, respondía a «motivos ideológicos. No saldrá gratis», decía.
Y no tardó mucho en producirse la primera agresión. Apenas cinco días después de que la portavoz conociera su imputación, Antonio Aguirre, miembro del Foro Ermua, recibía una patada de un militante del PNV. Ese 26 de marzo de 2007 comparecían los miembros de Batasuna Arnaldo Otegi y Rufi Etxeberria, y el propio lendakari. Les apoyaban en la calle centenares de simpatizantes de la formación ilegalizada y del PNV.
«Te vamos a matar»
Antes, durante y después de la agresión «se escuchó de todo», recuerda Portero, al que se le quedó grabada una frase: «Te vamos a matar como a tu padre». Además, de «ultras, fascistas y todo tipo de insultos». La respuesta del Gobierno vasco: Azkárate dijo que no tenía conocimiento de lo ocurrido. Pero acusó a los agredidos de concentrarse sin autorización, provocar e insultar. Desde entonces, no han cesado los insultos y descalificaciones de una u otra forma. Los últimos insultos y amenazas verbales se escucharon el pasado jueves cuando arrancó el juicio oral. Y no serán los últimos.