China
Tita Cervera peregrinará al castillo navarro de Javier por Jesús Mariñas
Estoy harto de decirle al hijo de Carmen Thyssen lo mucho que lo sentirá, su madre ya no puede más. La otra noche, en un encuentro en la embajada francesa, se desahogó. Asombra su capacidad de resistencia y, quizá como decía Bernanos: «Dios no pone a prueba nuestro aguante, sino nuestra debilidad». Sin embargo, en lo profesional lo tiene todo, el museo malagueño que inaugurará el próximo febrero y que enriquecerá, aun más, el patrimonio español. En su Hotel Ritz formábamos tertulias con José Luis de Villalonga, Cuixart y Ramón Galisteo, entre otros. Tiempos irrecuperables cuando Florinda Chico cantaba «La Menegilda» con estola de Roberto Alcaraz y a la que cada noche aplaudía Kety Corsini, a quien comprometí para que la Reina amadrinase el primer concierto español de Julio Iglesias, «Protagonistas».«Pasaré el verano de puerto en puerto», suspiró la baronesa. No tiene ninguna fe en una posible reconciliación. De ahí que Julio Ayesa resolviera las dudas cuando le planteó a Tita que, antes de irse en barco, visitara a James Hunt: «¡Que tiene más pasta, mona!». Fue mano de santo, como la que ahora solicita en su visita, en peregrinación, a Javier Navarro, escenario de las «javieradas». «Pídeselo y ya verás», le animaba el eterno «playboy» navarro que entre sus trofeos de caza figura como presentador de Preysler a Julio.Había cierta incredulidad ante la rotundidad con la que impulsaba a la baronesa: «No te arrepentirás, y si no, al tiempo», insistimos. Y parece dispuesta a intentarlo. Sólo un milagro superará la incompatibilidad de Blanca que, por su juventud, debería mostrarse más flexible, después del compañerismo que mantuvo con Cervera durante sus compras por Puerto Banús, hace años. Estas dudas las contemplaba Tony Benítez, íntimo de la condesa de Montijo, con la que pudo haber compartido una relación amorosa, si seguimos lo que escribió el biógrafo Jean des Cars. Todo se evocaba entre tapices Gobelinos, sanguinas de Maillol y burbujeo Munn, mientras observaba a Berhanyer y su eterna juventud, a Juan Pedro Abeniacar, más delgado, o a la bellísima Carmen Martínez-Bordiú hablando de sus nietos. Esos que posaron para Efe y por el que Luis Alfonso no cobró y, sin embargo, la agencia vendió a 21.000 euros. Otra tropelía inadmisible al «lo tomas o lo dejas»: «No han nacido grandes, es que mis nietos ya están criados», bromeaba la nietísima, cada día más arraigada en España. No dejaba de comentar su viaje a China, junto a su madre y sin su marido. Y eso da para malpensar, porque imaginar es muy libre.
✕
Accede a tu cuenta para comentar