París
La «mano tendida» de ETA conlleva «dar leña» si no se les da lo que piden
«Dar leña mientras extendemos la mano» o, dicho de forma más clara, las ofertas de negociación hay que acompañarlas con atentados. La frase corresponde a una carta, intervenida en Francia, que la «dirección» de ETA envió, a medidos del año pasado, al «comando Ezuste», que estaba integrado por dos pistoleros ya detenidos , a los que se cree responsables de los asesinatos del militante socialista Isaías Carrasco y del empresario Ignacio Uría.
Los autores de la misiva subrayaban que esta estrategia es «la de siempre» ya que es la única que puede llevar al pueblo vasco a «su libertad». El pasado lunes, los cabecillas Miguel Albizu, «Mikel Antza», y Soledad Iparraguirre, «Anboto», aseguraron, durante el juicio que contra ellos se celebra en París, que ETA «tiene una mano tendida» para la negociación; corresponde a los gobiernos español y francés «actuar con responsabilidad». La afirmación conlleva una amenaza, porque, en caso de no responder, ¿qué es lo que podría ocurrir?.
«Golpear con fuerza»
La citada célula estaba formada por Iurgi Mendinueta y Joanes Larrechea, arrestados en la localidad francesa de Mont Pellier, en octubre de 2009. Unos meses antes, cuando estaban en España, en el «Ezuste», recibieron una carta de la «dirección» en la que les animaban a cometer atentados, con el fin de «mover al enemigo (...) hay que golpearles con fuerza para que se den cuenta de la esterilidad de su estrategia».
Los cabecillas de ETA preparaban ya los planes que han puesto en marcha ahora, incluida la «suspensión de las acciones ofensivas». Eran conscientes de la mala situación en la que se encontraba la banda, tanto operativa como políticamente, y hablaban de la necesidad de dar una «oportunidad a nuestro pueblo de cara al futuro».
Para ello, fijaban dos líneas maestras: la primera, frenar la «injerencia del enemigo» y, la segunda, que es en la que se encuentran ahora, «agrupar las fuerzas que puedan estar a favor de la liberación de este pueblo, a favor de su independencia, haciendo una defensa del proceso de liberación». Tras el acuerdo logrado por Batasuna con Eusko Alkartasuna y la firma del «Acuerdo de Guernica», en el que también estaba Aralar, el tinglado montado por los proetarras ha empezado a hacer aguas con riesgo de hundimiento, sobre todo cuando lo han querido llevar a Navarra. Aralar se ha desmarcado de una posible coalición electoral con la «izquierda abertzale», el brazo político de la banda, y EA se ha apresurado a asegurar que prepara candidaturas propias.
Incertidumbre
La actitud de estos partidos está motivada por la incertidumbre que existe sobre lo que vaya a hacer ETA y si, conseguido el objetivo de colar sus candidaturas, vuelve a los atentados. De hecho, en la carta al «comando Ezuste», la «dirección» subrayaba la necesidad de dar continuidad a la «lucha armada» (actividades terroristas) «hasta que ya no sea necesaria, ya que los topes que nos pone el enemigo han sido levantados». La decisión final siempre correspondería a los terroristas.
Mientras, había que hacer lo de siempre: «dar leña mientras extendemos la mano». Y subrayaba ETA: «esta estrategia política está ahora más confirmada que nunca y es la que se ha defendido durante los años en que se ha tenido la mano tendida. En esta situación es donde está más claro que nunca que eso es lo único que puede llevamos a la libertad».
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