Talavante perdonó la vida al quinto astado de la tarde, de nombre «Niño Bonito». El burel demostró su bravura y nobleza en todos los tercios de la lidia y se ganó el derecho regresar a la dehesa. El matador de toros extremeño firmó una labor de temple y largura en los muletazos, sobre todo por el pitón izquierdo. El público, cuando el pacense se acercó a por el estoque de verdad, comenzó a sacar pañuelos blancos de forma mayoritaria pidiendo el indulto, que el presidente concedió. Ante el segundo de la tarde, Talavante sólo puedo justificarse ante un animal que se rajó a tablas. Aún con todo, consiguió sacarle algunos pases de lustre, pero no mató bien y perdió cualquier opción de pasear un trofeo.

Abría cartel Eulalio López «Zotoluco», que no tuvo fortuna con el lote que le tocó en suerte. El mexicano lo intentó, pero la mansedumbre del ganado dejó en vano el esfuerzo. Tras estoquear al cuarto de la tarde escuchó el reconocimiento de los aficionados en forma de ovación.

La terna la completó Arturo Saldívar, quien repetía en La Monumental de Aguascalientes. El diestro local vio como sus adversarios se apagaban conforme transcurría la lidia. Se lución en los lances con el capote y en mostró quitud en los inicios de las faenas, pero la falta de fuerzas de los astados no le permitieron volver a triunfar ante sus paisanos.

Aguascalientes (México). Octavo festejo de feria. Se lidiaron reses de Begoña, bien presentadas y juego desigual. El 5º, de nombre «Niño Bonito» y herrado con el número 286, fue indultado. Zotoluco, silencio y ovación; Alejandro Talavante, palmas y dos orejas y rabo simbólicos; y Arturo Saldívar, palmas y silencio. Tres cuartos de entrada.