Asia

Relación España/Venezuela

Aung San Suu Kyi mantiene su desafío a la Junta Militar birmana

Su trabajo se centrará durante los próximos meses en lograr la unidad de los grupos opositores.

La líder opositora birmana, Aung San Suu Kyi, se dirigió ayer a sus simpatizantes en un acto celebrado en la capital, Rangún
La líder opositora birmana, Aung San Suu Kyi, se dirigió ayer a sus simpatizantes en un acto celebrado en la capital, Rangúnlarazon

Pekín- La opositora birmana, Aung San Suu Kyi, no ha tardado ni 24 horas en volver a la carga. Después de recuperar la libertad el sábado, ayer retomó su desafío a la dictadura militar ante un auditorio de unas 5.000 personas, que siguieron su discurso enfervorizadas. Frente a la sede de su partido, de pie sobre una silla y vestida con ropas tradicionales, la Dama (como la conocen todos en su país) comprobó que sigue teniendo poder de convocatoria para catalizar las ansias de libertad de su pueblo.


Sus seguidores, entre ellos muchos jóvenes, aplaudieron con ganas, aun siendo conscientes de que mostrar públicamente de-safecto al régimen puede traer muchos problemas en este país convertido en una cárcel y rebautizado Myanmar por los generales. Como se esperaba, la intervención de Aung San Suu Kyi fue, hasta cierto punto, conciliadora y no demasiado aguerrida. Dijo, incluso, que «no guarda rencor a sus captores». La «Dama», dicen los observadores, tendrá que ser cautelosa para no alarmar demasiado a los generales, quienes podrían volver a encerrarla en cuanto inventen otro pretexto.


La «Dama» tampoco abandonó el motor de su activismo político, basado en la «resistencia pacífica» de Gandhi. «La base de la libertad democrática es la libertad de expresión», dijo, para después lanzar varios mensajes a la población, sugiriendo mayor compromiso: «Incluso si no eres un político, la política vendrá a ti (...) uno tiene que defender lo que es justo».
Su trabajo de los próximos meses tendrá que centrarse en conseguir la unidad de la oposición, dispersa desde que ella entró por última vez en cautiverio y por las promesas de transición democrática del régimen, una farsa en la que algunos creyeron ver una oportunidad. Según Reuters, tras el discurso, ofreció declaraciones ante los periodistas, a quienes dijo que «Birmania necesita ayuda. Le estamos pidiendo a todos que nos ayuden, naciones de Occidente y de Oriente. A todo el mundo».