Brooks cierra filas con su antiguo jefe

Fue un pequeño desliz que ahora le hace tener las manos manchadas. Ayer no quería cometer el mismo error. Pero para la ambición pelirroja ya es demasiado tarde. Todos los dedos la sitúan en la escena del crimen. La ex consejera delegada de News International, que está siendo también investigada por la Policía tras su detención el domingo, no tuvo más remedio que admitir que durante su época como directora del dominical se utilizó a detectives privados para conseguir exclusivas. Se escudó en que era una práctica común en buena parte de la prensa británica en los 90 y la primera década del siglo XXI, cuando se detuvo, debido a las nuevas leyes sobre la confidencialidad de datos. Además, Brooks esquivó su responsabilidad en las escuchas ilegales al asegurar que la primera vez que los directivos de News International conocieron la extensión de esa práctica en el dominical a finales de 2010 actuaron «con prontitud y de forma decisiva». «Fue sólo cuando vimos la documentación sobre Sienna Miller [actriz que les demandó por haber pinchado su teléfono] cuando nos dimos cuenta de la gravedad de la situación», matizó. Siguiendo la estela de su ya ex jefe, Brooks mostró su lado más vulnerable al recordar el «caso Dowler», el responsable en gran medida de que todo haya salido a la luz. «La sola idea de que el teléfono de esa niña fuera manipulado por alguien contratado por ‘News of the World', o peor aún, autorizado por alguien en el ‘News of the World', es tan aborrecible para mí como lo es para todo el mundo que está en sala», señaló. Durante toda su intervención mostró su saber estar y modeló a su antojo su voz, aquella que hasta hace tan sólo unos días engatusaba a políticos, herederos y reyes. Su encanto no la permitirá ahora eludir sus responsabilidades.