Mali

«Los cooperantes están vivos y en manos de Al Qaeda»

Un mediador confirma la autoría del secuestro en Tinduf

Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalons
Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalonslarazon

MADRID- Una semana después de ser secuestrados en el campamento de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia), los dos españoles «están vivos y en manos de Al Qaeda». Así lo afirmó ayer a la agencia AFP un mediador implicado en la negociación para la liberación de Ainhoa Fernández de Rincón y Enric Gonyalons, capturados junto a la italiana Rosella Urru en el centro de protocolo de Rabuni, en el desierto del Sáhara.

Según afirmó el mediador a la citada agencia, «los tres rehenes europeos están vivos». La fuente de la información habría sido uno de los miembros de la célula de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) que perpetró el secuestro. «Han dicho que comunicarán sus demandas más tarde. Pero, por ahora, los rehenes están vivos», aseguró el negociador.

Un comando de hombres armados y de uniforme, según los testigos, irrumpió a tiros en las viviendas de los cooperantes en la madrugada del domingo. El Frente Polisario inició una persecución infructuosa y los tres rehenes fueron trasladados al norte de Mali, una región que sirve de escondite para los terroristas de esta filial de Al Qaeda. Este mismo grupo terrorista fue el autor del secuestro en agosto del año pasado en Mauritania de los tres catalanes de la ONG Acción Solidaria, que permanecieron retenidos durante nueve meses hasta que se efectuó el pago de un rescate millonario que el Gobierno de Zapatero siempre ha negado.


Agresión a Willy Meyer en El Aaiún
El eurodiputado de IU Willy Meyer denunció ayer que la Policía marroquí le agredió al llegar a El Aaiún, capital del Sáhara Occidental, cuando trataba de bajar del avión que lo había trasladado desde Gran Canaria. Según explicó a Efe, las autoridades marroquíes le impidieron la entrada y tuvo que regresar en el mismo avión. Meyer explicó que los policías lo frenaron cuando bajaba por la escalerilla del avión, por lo que optó por resistirse «de forma pasiva» sentándose en ella. Los policías le empujaron mientras el comandante del avión les instaba a abandonar la escalerilla porque era «territorio español».